Las vibraciones de la tormenta que hasta última hora puso en peligro la celebración del Gran Premio de Miami disfrazaron a Oscar Piastri de Thor, el dios del trueno en la mitología nórdica que la factoría Marvel supo rentabilizar a las mil maravillas, con una saga que sigue reventando la taquilla de los cines de todo el mundo en cada nueva entrega que se estrena. Armado con un McLaren casi más poderoso que el famoso martillo, el australiano interpretó uno de los papeles de su vida en una prueba en la que se enfrentó y derrotó a Max Verstappen, su metafórico archienemigo ayer por la tarde.
El triunfo del muchacho de Melbourne tiene muchas connotaciones si tenemos en cuenta que es el cuarto de seis posibles, y certifica el buen momento del piloto, que se ha encaramado al escalón más alto del podio en las tres últimas paradas del calendario. Una racha que ningún corredor del equipo británico conseguía desde tiempos pretéritos; aquellos en los que mandaba Mika Hakkinen, 27 años atrás (1997-1998). Esta victoria, por lo demás, le afianza todavía más al frente de la tabla de puntos, y le subraya como el corredor más en forma del momento, además de un clarísimo aspirante al título.
A pesar del lío en el que volvió a verse envuelto en la primera curva, Lando Norris se las apañó para culebrear entre el pelotón y certificar el segundo doblete de McLaren en lo que llevamos de año. George Russell completó el podio para desgracia de Verstappen (cuarto), adelantado por el de Mercedes en su parada para cambiar de gomas, justo en el ecuador de la cita (vuelta 29 de 57). Carlos Sainz cruzó la meta el noveno, aunque era probable que los comisarios le penalizasen por un par de rifirrafes, mientras que Fernando Alonso lo hizo el 15º, muy cabreado todo el fin de semana por la gestión de la estrategia de Aston Martin, una escudería que pretende aspirar a todo y que no está para nada.
La estratosférica vuelta en la cronometrada que le valió la pole al actual campeón le colocó en una posición que al Red Bull no le corresponde en absoluto por potencial. Y eso deriva en un trajín tremendo para el holandés, sobre todo en la salida, donde volvió a quedar completamente expuesto a los McLaren, los monoplazas más afilados del momento, por mucho. Situado el segundo, en la primera línea de la parrilla, Lando Norris volvió a dar alas a quienes juegan con su nombre y lo han rebautizado como Blando. Al llegar a la primera curva del circuito después de recorrer menos de 180 metros, todavía en cabeza, Verstappen clavó los frenos y se fue un poco largo, circunstancia que abrió una puerta a Norris, que se metió por el interior. Al tratar de corregir, el buque insignia de la marca del búfalo rojo se hizo ancho y estrujó a su colega, que no tuvo más remedio que irse fuera de la pista para quedar absolutamente a merced de la voracidad de los lobos que llegaban por detrás. Una vez más, Norris quiso ganarle la posición a Mad Max y como resultado perdió tres, en otro episodio que seguramente le volverá a tumbar en el diván.
Sin la amenaza del piloto de Somerset, Red Bull y su estilete se prepararon para la gresca con el segundo McLaren, que se fue acercando progresivamente, mimando los neumáticos, y que llegó en la undécima vuelta. Piastri no es Norris, y eso volvió a quedar claro en el Miami International Autodrome, donde el líder del certamen lanzó dos ofensivas para salirse con la suya en la tercera: tras tirarle el coche y obligarle a frenar más tarde, Verstappen no pudo volver a tiempo como antes lo había hecho con Norris, aunque en todo su empeño confirmó que es tan bueno atacando como defendiendo. Esta puesta en escena también deja cristalinamente claro que ni siquiera un gran talento como él es capaz de maquillar la diferencia entre McLaren y el resto, y que quedó perfectamente reflejada en los 33 segundos que separaron al ganador del coche de Russell, el tercero. Con ese margen, la pareja de los bólidos papaya hubiera tenido tiempo de realizar una segunda parada en los garajes, reincorporarse a la pista y ganar, con más de cinco segundos de ventaja a sus espaldas.
En la edición de hace dos años (2023), en este mismo trazado, el primer McLaren en terminar fue Norris, que lo hizo a casi un minuto y medio de Verstappen, el vencedor en aquella ocasión. “Creo que nos doblaron dos veces. Es increíble el trabajo que han hecho los chicos en este tiempo”, resopló Piastri, con la frialdad que le caracteriza, nada más terminar.
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