A media tarde del sábado, poco antes de que se celebre la final femenina, Feliciano López (Toledo, 43 años) recibe a EL PAÍS en su despacho de la Caja Mágica para evaluar una edición que ha transcurrido contra viento y marea. A las bajas de Carlos Alcaraz y Paula Badosa se unió la salida prematura de otro de los grandes atractivos, el serbio Novak Djokovic, y entre medias llegó el inesperado fundido a negro en todo el país. “El mayor reto de todos ha sido, sin duda, lo del apagón. Fue surrealista”, indica el director del torneo de Madrid, satisfecho con la respuesta del aficionado pese a todas las circunstancias y a la ausencia del gran reclamo histórico de la Caja Mágica: año I después de Rafael Nadal. Coincide todo con una época de cambio, en la que la estructura del tenis está mutando y la dinámica de los circuitos también. Dice estar tranquilo, defiende la identidad de su evento y aspira a asemejarlo lo máximo posible a un Grand Slam.
Pregunta. ¿Fue muy peliaguda la gestión del apagón?
Respuesta. Al principio pensamos que iba a ser algo momentáneo, pero cuando nos enteramos de que no iba a volver la luz, se convirtió en un desafío organizativo. El año de la pandemia fue un palo gordo porque tuvimos que cancelar el torneo, pero esto fue diferente; fue un estrés grande a todos los niveles, porque al principio no sabíamos realmente qué hacer y la espera fue larga. No está bajo tu control. Ese día teníamos aquí a 8.500 personas y teníamos que garantizar la seguridad y el bienestar de la gente, pero sin electricidad en el recinto. Eso, en medio de mucha preocupación e incertidumbre, además de la incomunicación y el colapso tan grande que había en el transporte. De repente, te encuentras con un caos, pero tanto las personas que habían venido como los jugadores reaccionaron muy bien, la verdad. No hubo un solo incidente.
P. ¿Y qué me dice de las ausencias?
R. Lo de Jannik [Sinner] es una pena, porque su sanción termina justo ahora, y Carlitos [Alcaraz] desgraciadamente no pudo estar; tampoco teníamos muchas esperanzas con Paula [Badosa], aunque lo intentó hasta el final, porque a ella le encanta jugar aquí; Djokovic venía después de tres años y cayó el primer día… Pero, pese a todo eso, la gente ha respondido bien más allá de los nombres, y eso nos da la tranquilidad y la confianza de que el torneo está muy establecido, de que la gente lo espera; de hecho, la gente compra las entradas con mucha antelación.
Pese a todo, la gente ha respondido muy bien este año. Somos un torneo con solera, muy establecido
P. Entonces, en perspectiva, ¿prueba superada?
R. El torneo ha ido muy bien. A ver, después de 23 años es muy atrevido decir que era una prueba de fuego, pero era un gran reto y la respuesta ha sido muy positiva. Ayer [por el viernes] estuvo lleno día y noche, hoy [sábado] queda poquito por vender y para mañana está todo vendido. Estamos muy contentos de cómo ha ido.
P. Madrid y Nadal crecieron más o menos de la mano. ¿Hasta qué punto se resiente la proyección del torneo sin él?
R. El torneo nació [en 2002, entonces instalado en el Rockódromo de la Casa de Campo] sin Rafa, pero es cierto que en cuanto a evolución han ido de la mano. Obviamente, el año pasado hubo una expectación enorme a nivel mediático, más allá del récord de asistencia; la gente sabía que no iba a competir más veces aquí y todo el mundo quería verlo. Pero bueno, en algún momento tenía que terminar y ahora nos enfrentamos a un momento nuevo en el que la gente también necesita tiempo para conocer a la nueva generación. Creo que estamos ante una época mucho más abierta. Intuyo que el dominio de Sinner y Alcaraz va a ser bastante importante, pero no sé si tan claro como el del Big Three [Nadal, Federer y Djokovic]; ya no es un debate sobre si serán igual de buenos o no, sino sobre si serán capaces de estar durante tanto tiempo compitiendo a ese nivel, aspirando a ganar continuamente, porque a mí se me hace imposible.

P. ¿Cree que la continuidad del relato está garantizada? ¿Teme que después de una era tan dorada pueda haber un bajón?
R. El trabajo más importante de los torneos es que ninguno de ellos dependa de nadie. Hemos vivido la mejor etapa del tenis, pero antes estuvieron Sampras y Agassi, y la primera época gloriosa nació con McEnroe, porque se popularizó de verdad en todo el mundo. Habrá gente que sienta añoranza del pasado, pero nuestra tarea es hacer las cosas bien para que no dependamos de si juega un jugador u otro, de si llega a la final uno u otro. Queremos que la gente venga a Madrid para ver tenis, independientemente de quién juegue, y creo que lo hemos conseguido. Ellos [Nadal y Federer] ya no están y no sabemos cuánto va a durar Novak, pero vendrán otros y este torneo seguirá. No podemos depender de ciertos nombres. Por eso lo de este año era una prueba tan importante.
P. Hay quienes dicen que al torneo le falta pedigrí, que no tiene la autenticidad del Godó, por ejemplo.
R. Bueno. Este torneo nació hace 23 años y creo que ya tiene poso y solera. Al final, la gente ya asocia a Madrid con el tenis. Cuando salgo ahí fuera, a las zonas públicas, me encuentro con gente que me dice: ‘he venido de Alicante y vengo todos los años‘. Al final, controlar la crítica es muy difícil, pero nosotros intentamos hacerlo lo mejor posible para todo el mundo. Aquí la gente viene a ver tenis, principalmente, aunque también a vivir una experiencia diferente.
Arabia no ha sido nunca una amenaza, se han leído por ahí muchas películas que al final eran mentira
P. Se refiere, supongo, a lo de la zona VIP y los palcos.
R. El VIP es un tema puramente empresarial. La gente viene aquí para ver tenis, pero luego, después de ver su partido, también le apetece disfrutar; o sea, al final eso está diseñado para el fan que quiere estar aquí desde las once de la mañana hasta las ocho de la noche. Somos un torneo para todo el mundo, por eso estamos muy pendientes de lo que se diga por ahí o no; al final, el torneo lleva 23 años, que son 23 años de crecimiento. El torneo empezó cuando Manolo Santana convenció en su día al alcalde, Álvarez del Manzano, y a partir de ahí fue un reto muy grande. Hubo que convencer al Ayuntamiento y a las empresas, y aquí estamos ahora, en 2025, con un torneo superexitoso, en la Caja Mágica y arriba del todo en nuestra categoría [Masters 1000]. Eso no se consigue solo haciendo feliz a una parte de los aficionados.
P. Mucha gente piensa que está pensado para las élites. ¿No es así?
R. Al final, las críticas son incontrolables. Yo las he vivido desde que llegué a la dirección [desde 2017 como adjunto, desde 2019 en solitario]. Pero somos un torneo muy accesible a nivel de precios. España es un país diferente a los países donde se celebran otros Masters 1000, pero a nivel de precios, somos muy competitivos. Obviamente, cada uno en su país se tiene que amoldar a la gente y al estilo de vida, pero en ese sentido somos muy accesibles; entonces, las críticas no es algo que nos preocupe en exceso porque estamos convencidos de que este es un torneo para todo el mundo.

P. En los últimos años ha habido mucho runrún ante una posible marcha. ¿Es una opción real?
R. En la prensa se han leído muchas cosas y la mayoría eran mentira. Jon Tiriac [el propietario original] lo vendió hace dos años a IMG [multinacional estadounidense], que a su vez lo había puesto también en venta, pero eso no quiere decir que el torneo vaya a irse de Madrid, o que otro país lo vaya a comprar o que se pueda juntar con otro. Todo eso son historias y películas que no eran ciertas. Este torneo tiene su licencia y su semana. Para organizar un Masters 1000, primero tienes que tener la licencia y no son nada fáciles de conseguir.
P. Sobrevuela por todos lados el dinero de Arabia Saudí. ¿Aquí también ha sucedido?
R. Respecto a eso ha habido mucha desinformación. Arabia lo que quiere es celebrar un Masters 1000 y están en el proceso de conseguirlo, pero en ningún momento han intentado comprar ninguno. Son una licencia supervaliosa que nadie está dispuesto a perder. Todos los organizadores tenían que aprobar que hubiera otro más y, bueno, hay una serie de cosas, muchas cosas más que se han ido aprobando poco a poco, y ahora parece ser que están cerca de poder llegar un acuerdo con la ATP y la WTA [rectores de los circuitos] para que el torneo se celebre; no sé cuándo, pero parece ser que la cosa va por buen camino. Arabia Saudí nunca ha sido una amenaza, sino al contrario; siempre han querido tener un torneo propio.
NUEVA PISTA PARA 2028
A. C. | Madrid
Dos semanas antes de la presente edición, el CEO del torneo de Madrid, Gerard Tsobanian, anunció la intención de construir una nueva pista de cara a 2028, con capacidad para 8.000 espectadores, con el objetivo de reforzar la ambición de los organizadores.
“Ojalá, esa es la idea”, confirma Feliciano. “Es el último escalón para ser lo más parecidos posible a un Grand Slam. Ya somos unos privilegiados, porque tenemos tres estadios techados, como Australia, aunque nosotros desde 2010. Somos los únicos. Eso es una barbaridad, no somos conscientes de lo que tenemos”, apunta.
El director considera que actualmente, el segundo estadio “es pequeño para la dimensión del torneo y a veces se nos queda un poco corto porque la demanda es muy grande, especialmente la primera semana”. Así que la proyección es levantar otro “para separar las sesiones en dos grandes pistas”, al haber un límite de cinco partidos en la central (tres de día y dos de noche).
De llevarse a cabo la obra, dice López, culminaría “un gran plan de crecimiento” y la diferencia respecto a los cuatro grandes se reduciría simplemente a los cuadros; los de los majors son de 128 jugadores y los de los miles de 96. En los últimos tiempos, recalca, la extensión se ha ampliado de una a dos semanas y eso exige una respuesta a nivel de infraestructura.
“Hay que intentar tener unas instalaciones adecuadas para recibir al doble de gente y de jugadores”, cierra el dirigente.
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