“Vamos a tener una gran oportunidad. No digo que el partido del domingo sea decisivo, pero casi”, asumió Carlo Ancelotti al final de una tarde que viajó de la placidez al terror en el Bernabéu. “El partido parecía acabado, tuvimos el cuarto gol con Arda [Güler] y luego debimos cambiar a Asencio porque no podía más. Hemos sufrido más de lo necesario”, explicó el técnico italiano, aliviado y también con un punto reivindicativo por la situación en la que ha quedado la plantilla tras el aluvión de bajas médicas de la última semana. “Con la salida de Asencio faltaban seis defensas y no siempre somos capaces de arreglar estas cosas. Durante una hora lo hicimos muy bien, se podía manejar mejor la ventaja, pero al final es una victoria bonita”, celebró Carletto, que acabó con Jacobo Ramón sobre el campo, achicando agua y temiendo una despedida fulminante de la Liga sin viajar todavía al último clásico del curso.

Hasta el amago de drama final para los blancos, la tarde giró alrededor de Güler, titular de nuevo después de su buen encuentro en Getafe hace 10 días, donde metió el gol de la victoria merengue, y sus estimables minutos en el desenlace de la final de la Copa del Rey. Las preguntas de la bancada de la prensa fueron abundantes sobre el turco y Carletto recordó un mensaje que ya le había dedicado al joven: “Ya lo he dicho: hay que chupar banquillo para ser titular indiscutible en el Real Madrid. Arda será mejor la próxima temporada. Tiene el perfil para ser titular. El banquillo lo ha chupado bien, no le ha molestado y lo ha aprovechado bien”, destacó el entrenador blanco, que hace un par de meses le lanzó un dardo a la gente que trabaja con el zurdo.

En la previa de la ida de semifinales de Copa ante la Real, Ancelotti le mandó un aviso al entorno del futbolista. Dijo que él estaba con él durante las jornadas de Valdebebas, pero que, cuando salía de la ciudad deportiva, ya no podía controlar todo lo que le decía y aconsejaba la gente que convive con Güler. Un discurso que el preparador de Reggiolo recordó con una de las claves de su progresión esta temporada. “Hace dos meses, le tiré un palo a la gente que estaba alrededor de él y ahora les tengo que felicitar porque han hecho un buen trabajo”, aseguró Carletto.

El italiano, añadió, ve al joven con menos carga mental que el año pasado. “Parecía que tenía más responsabilidad [de la que debería] para su edad. Ahora lo veo más tranquilo, con más confianza”, valoró. Un avance que, a su juicio, también se ha desarrollado a lo largo de esta temporada. “El Güler de septiembre no es el de hoy. Es la progresión natural de un joven en el Real Madrid. Ha trabajado mucho y nunca ha perdido la confianza. También ha mejorado su perfil físico”, apuntó.

Frente al Celta, Güler disparó tantas veces (cuatro) como Mbappé, tres de las cuales fueron a portería. Fue el madridista que más ocasiones creó (tres), el que mas centros metió (cinco) y el que estuvo más cerca del tanto según la estadística de goles esperados de la tarde (0,63). En el minuto 85, con la necesidad de meter más físico para resistir el empuje vigués y mantener encendida la lucecita de la Liga, Ancelotti lo relevó por Brahim, que es el caso inverso al turco en este tramo final. Suya fue una de las ocasiones falladas por el Madrid para sentenciar en una contra.

Su despunte de la última quincena lo sitúa como un aspirante claro a entrar en el once inicial de la cita clave de Montjuïc del próximo domingo. También se espera a Mbappé, que anotó un doblete, agradecido de los espacios que dejaba el Celta. Un escenario que, según Ancelotti, se puede repetir en Barcelona. “Sus movimientos a la espalda de los defensas pueden ser decisivos”, afirmó el técnico blanco.



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