La banca en México es un buen negocio. A diferencia de otros sectores, el sistema financiero mexicano ha mostrado un crecimiento sostenido de doble dígito durante los últimos años. El año pasado, la banca mexicana reportó utilidades récord por más de 288.000 millones de pesos y aunque la expectativa es seguir creciendo, los efectos del huracán arancelario desatado por Donald Trump amagan con desacelerar el paso firme de las instituciones financieras en el país. En el ámbito interno, la economía tampoco da buenos reflejos. Al primer trimestre del año, el Producto Interior Bruto (PIB) creció apenas un 0,2%, tras una caída de 0,6% en el último trimestre del año pasado, e indicadores como el consumo y la inversión muestran signos de debilidad. Con estas preocupaciones en el horizonte, la Asociación de Bancos de México (ABM) celebra este jueves y viernes en Nuevo Vallarta (Nayarit) su reunión anual para analizar contratiempos y desafíos. El foco se centrará en la relación comercial México-Estados Unidos, en nuevos esquemas de financiamiento para pequeñas y medianas empresas, el proceso de digitalización y en los mecanismos para ampliar el acceso al crédito en un país donde más del 54% de su población labora en la informalidad.

Los bancos lograron el año pasado otro año de ganancias máximas desde que se tienen registros con un alza de un 6%, respecto a los 272.672 millones de pesos reportados en 2023, de acuerdo con los datos de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV). Las utilidades récord del año pasado se presentaron en un entorno de tasas de interés elevadas, lo que dejó a estos intermediarios financieros los mayores ingresos por el cobro de réditos. El presidente de la Asociación de Bancos de México, Julio Carranza, aseguró que pese al entorno de nerviosismo financiero derivado de las políticas proteccionistas de Trump, el sistema financiero mexicano tiene la oportunidad de crecer en 2025, al menos, un 10% en la colocación de crédito.

Solo el año pasado, la cartera de crédito creció un 8% a 7,6 billones de pesos y la captación total fue de 9 billones, lo que supuso un alza del 6% y el Índice de Morosidad se ubicó en 2% en el último mes del 2024, es decir, 0,06 puntos porcentuales menos respecto al mismo periodo del año previo. En el balance anual, BBVA México se mantuvo como el banco que más utilidades obtuvo en el 2024 con 93.146 millones de pesos al cierre de diciembre, con base en los datos del regulador. En segundo lugar, se ubicó Banorte con 45.298 millones de pesos y, en el tercer puesto, se situó Santander con 28.584 millones de pesos.

Pese a las cifras de bonanza al cierre de 2024, este año se han comenzado a vislumbrar mayores desafíos en el horizonte. Los analistas apuntan a que la caída en el consumo, la inversión y el nerviosismo en los mercados mermarán las expectativas de los bancos este año. En marzo pasado, la agencia calificadora Fitch Ratings advirtió de que los bancos mexicanos enfrentan mayores deterioros crediticios y presión sobre sus ganancias, debido a la situación económica, derivada de los aranceles impuestos por Estados Unidos. La firma aseguró, que si bien los colchones de capital y los perfiles de liquidez respaldan las calificaciones de los bancos, la incertidumbre causada por los aranceles de Trump elevan el riesgo crediticio. Los siete principales bancos mexicanos calificados por Fitch concentraban el 71% de los activos totales del sistema al cierre de 2024. Estos bancos otorgan la mayoría de sus préstamos a grandes corporaciones, empresas y al sector público, además de créditos al consumo.

La coyuntura apremia el diálogo y la Convención bancaria supone un momento único para que la plana mayor bancaria externe sus preocupaciones ante la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, y su gabinete económico. Solo hace unas semanas, la mandataria solicitó a los bancos la reducción de sus tasas de crédito para dinamizar la economía. La presidenta afirmó en una de sus habituales conferencias matutinas que, pese a los recortes en la tasa de referencia del Banco de México —en su última reunión, el banco central recortó la tasa de interés en 50 puntos base para ubicarla en 9%— el acceso a los financiamientos sigue siendo complicado. “Le encargamos a Edgar Amador (secretario de Hacienda) que busque, junto con los bancos tanto de desarrollo como la banca comercial, que bajen las tasas. Con todo, y que el Banco de México bajó la tasa, de todas maneras el acceso a un crédito sigue siendo muy complejo”, declaró a fines de abril.

Gabriela Siller, directora de Análisis de Banco Base, coincide que el mayor reto de la banca es la desaceleración económica del país y la incertidumbre. La experta detalla, además, que la tasa de referencia del Banco de México, en 9%, sigue siendo alta, por lo que es muy probable que las personas y empresas, bajo este panorama, lejos de acudir a los bancos para solicitar un crédito, prefieran esperar hasta finales del año. “Podría verse un incremento en la morosidad, esto ya dependerá de cada banco, pero lo primero que está en riesgo es la morosidad en los créditos al consumo”, zanja.

Este año, el reto de la banca mexicana será sortear los efectos de la desaceleración económica, los aranceles y la cautela en inversiones, a la par, que abren la llave del crédito para apuntalar los principales proyectos gubernamentales del sexenio, de la mano del Plan México. La presidenta Sheinbaum ya tiene una meta asignada: elevar la colocación del crédito a empresas del 24% al 30% al cierre de su sexenio. Carranza ha adelantado que, uno de los primeros pasos en esta dirección se dará precisamente en la Convención, con la firma del compromiso de ampliar el financiamiento a medianas y pequeñas empresas mexicanas.



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