Falta certidumbre en la tierra del azar. El casino Wynn, una de las empresas más grandes de Las Vegas, ha decidido aplazar la reforma de uno de sus edificios por los aranceles de Donald Trump. “Las tasas actuales nos han llevado a retrasar proyectos por 375 millones de dólares, que incluye la remodelación a la torre Encore. Una vez que se asienten estas tasas volveremos a considerar exhaustivamente los elementos afectados”, aseguró Craig Billins, el consejero delegado de la compañía, a los inversionistas en la presentación de resultados del primer trimestre. El caso de Wynn Resorts se suma a una creciente lista de empresas que han sido afectadas por la política comercial de la Casa Blanca. El grupo reportó este martes menores ganancias en todos sus sectores de ventas, incluidos los casinos Wynn y Encore, comparados con el mismo periodo de 2024.

Billings dio a entender durante la llamada de inversionistas que la guerra comercial de Trump había encarecido los precios de los bienes para el mercado de lujo, el sector al que apelan sus grandes hoteles y casinos ubicados en el Strip de Las Vegas. Esto les ha obligado a aparcar obras estimadas en 200 millones de dólares para reacondicionar las habitaciones del Encore. Por el momento, han rechazado dar una nueva fecha para la remodelación.

“Es un proceso que puede tomar mucho tiempo. La nueva cotización de una sola pieza de mobiliario puede tomar varios meses. No hay nada que podamos hacer con eso”, aseguró Billings. Julie Cameron Doe, la directora financiera del grupo, dijo que fijar una nueva fecha para las obras en un clima económico incierto no será fácil.

La guerra comercial de Trump no es la única mala noticia para el grupo Wynn. Los ejecutivos también hicieron referencia directa al turismo internacional, que podría convertirse en un problema para el grupo en los próximos meses. Las Vegas registró una caída de 8% de los turistas extranjeros en marzo. Las autoridades de la ciudad creen que la cifra responde al impacto que han tenido algunas de las políticas impulsadas por Donald Trump desde la Casa Blanca. La baja del turismo extranjero en la capital del juego es de 7% si se toman en cuanta los primeros tres meses de 2025.

“No somos ingenuos, las cosas allí fuera son inciertas”, aseguró Billings a los accionistas. Wynn registró en el primer trimestre un beneficio neto de 72 millones de dólares, una baja considerable desde los 144 millones ingresados en el mismo periodo de 2024. Este, no obstante, había sido catapultado por el Super Bowl LVIII, que se disputó en febrero del año pasado en Las Vegas. El grupo ingresó 1.700 millones de dólares, una cifra menor a los 1.860 millones del primer trimestre del año pasado. Cayeron los ingresos en los negocios de hospitalidad, entretenimiento y en los juegos.

Billings, el consejero delegado, sucedió en 2018 a Steve Wynn en el cargo de máximo ejecutivo de la compañía. Wynn, el fundador del grupo, fue un célebre donante al Partido Republicano (aunque también ha apoyado a varios candidatos demócratas) y mantuvo una relación cercana de amistad con Trump. Wynn, considerado por muchos como uno de los arquitectos del nuevo Las Vegas, cayó en desgracia hace siete años, cuando enfrentó una serie de acusaciones de acoso sexual a manicuristas y maquillistas que fueron ocultadas por décadas.

Su descenso se agravó en 2023, cuando la Comisión de Juego de la ciudad lo multó con diez millones de dólares y le prohibió continuar con negocios vinculados al juego. Esto después de que una investigación revelara que el empresario permitió la entrada a las arcas de su negocio de millones de dólares ilegales. Su influencia tras bambalinas, sin embargo, sigue notándose. La prensa estadounidense afirma que asesoró informalmente a Trump durante su segunda campaña presidencial en el otoño pasado.



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