Gafas pico de pájaro. Curva a izquierdas en codo cerrado junto a los gayumbos grises gigantescos que patrocinan la rosa. 450 metros para la línea. Conduce Van Aert, hábil, sabio, rápido. Mide el tiempo. Desarrollo ligero para poder partir casi de cero a la salida de la insidia. 65 por hora-55-65 de nuevo. Media victoria de etapa para él, la otra mitad para el chaval que va pegado a su rueda, su compañero neerlandés del Visma Olav Kooij, que es el que levanta los brazos en Viadana, junto a Mantua, donde hacen escobas y brochas.
Una etapa breve para un sprinter fuerte que consigue, un año después de ganar en Nápoles, su segunda victoria en el Giro, a los 23 años. Un interludio musical ligero, una polca rápida que goza juvenil, 21 años, Isaac del Toro. Habilidad fácil de pianista virtuoso que salpica las teclas cuando salta de hueco a hueco, sutil a la vez que imponente, de rosa en el pelotón. Y ni le importa tener que abrir paso, maglia rosa abriendo el viento, para que Juan Ayuso, 22 años, se proteja. Potencia para, como quien no quiere la cosa, a la Pogacar siempre, conseguir otros 2s de bonificación en una meta volante en la que esprinta corto, no más de 100 metros, mirando repetidamente a su espalda, como acostumbra el nuevo campeón. Juan Ayuso, siempre a su espalda, ya está a 33s en la general.
Al salir de Módena y sus motores maravillosos con el aliento de Pavarotti en las orejas, los ciclistas pasan por delante de Maranello, donde ingenieros fantasiosos fabrican ferraris, dejan partir a la fuga para que marque el tempo del tema —son las fugas así: se van tres o cuatro, consiguen dos minutos de ventaja y el pelotón se acomoda a su ritmo para mantener siempre la distancia— y aprovechan para hablar del bólido rojo que se comprarán cuando ganen un par de etapas y algo más. Los más fanáticos se detienen para orinar en las tapias de la factoría. Un día de fiesta y de bellezas frenético que continuará el viernes con el ascenso final a los montes béricos de Vicenza, donde la belleza es la arquitectura geométrica e irracional de Palladio, su simétrica Villa Rotonda al lado de la cuesta final, 800m al 10% donde, seguramente, Del Toro magnífico levantará los brazos, tan insolente es su superioridad.
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