La puntilla crujiente, el brillo naranja de una yema al que ninguna foto hace justicia; el chisporroteo del aceite o el éxtasis al mojar un buen pan. Hay muy pocos platos en España capaces de poner de acuerdo a toda la población: ¿quién no se muere por unos huevos con patatas? Con materia prima de calidad y buena mano, esta receta nos retrotrae a la infancia, nos alegra el domingo y consigue que rebañemos el plato hasta dejar solamente la delatora huella amarilla. Pero como sucede con la tortilla de patata, los huevos fritos no saben igual en todas partes, y sus devotos comensales sueñan siempre con SU restaurante (sí, con mayúsculas).
En nuestro país, el huevo sigue siendo todo un básico todoterreno: en 2023, los hogares españoles gastaron 1.300 millones de euros en el ingrediente, del que cada día se usan 17,6 millones de unidades. Su consumo doméstico creció un 7,7% en volumen y un 17% en valor ese año, muy por encima de las principales categorías de alimentos, según los datos del Observatorio del Consumo de Huevo en España, que señala que los huevos fritos o estrellados forman parte de los tres platos más consumidos en casa.
Si quieres darte un capricho y comerlo fuera, he preguntado a periodistas, cocineros y expertos cuál el mejor sitio para meterse entre pecho y espalda unos buenos huevos fritos con patatas. Desde los que repiten una receta tradicional insuperable millones de veces al año a los que introducen una salsa pizpireta, meten embutidos en la ecuación o lo combinan con el contraste resultón del pescado o del marisco para lograr una experiencia mágica. Acompáñame: en busca del huevo frito perfecto.
Casa Lucio, el eterno favorito
La periodista gastronómica Mónica Ramírez define su huevo ideal. “Es perfecto cuando la yema está cuajada, pero mantiene su centro cremoso para poder romperlo con el pan y mojar en él. La clara la prefiero un pelín tostada, con su puntillita dorada alrededor, con ese toque crujiente al masticar”. ¿Cuáles han sido los mejores huevos con patatas que ha comido? No podía ser de otra manera, en el templo madrileño del huevo estrellado: Casa Lucio. “Sé que suena a tópico, pero es así. Era sabroso, equilibrado, con una mordida tierna y crujiente a la vez, cocinado con el punto perfecto. De hecho, repetimos”. Fue hace muchos años; desde entonces, los he pedido pocas veces y no recuerda ninguno como aquel.
No es la única que se ha deshecho en alabanzas hacia el emblemático local de La Latina, también famoso por su rabo de toro. “Yo no sé si es verdad que las gallinas que ponen esos huevos escuchan música clásica, pero ahí hay algún tipo de magia negra para que sepan tan ricos. Si tuviese antojo de huevos rotos, esa sería mi apuesta segura”, asegura Helen Santiago, guionista, cómica y colaboradora de El Comidista. Como curiosidad, Granjas Redondo es quien nutre a Casa Lucio desde hace casi tres décadas del ingrediente principal de su plato icónico: consume 900 docenas a la semana entre los tres locales del grupo.

Casa Lucio: Calle de la Cava Baja, 35. Madrid. Tel. 913 65 32 52. Mapa.
Arzábal Retiro, un clásico castizo versionado con trufa
Iñaki Mayora, el bloguero gastronómico responsable de Jaleo en la Cocina y autor del libro ¡Corten! 100 recetas de película está enamorado de los huevos rotos trufados de Arzábal Retiro, uno de sus restaurantes favoritos de Madrid –y un plan ideal para disfrutar de la Feria del Libro–. “Es un plato que no puede faltar en nuestra comanda”. “Iván Morales y Álvaro Castellanos sorprenden con esta versión del clásico castizo frente al Retiro con el toque de trufa que le da el punto perfecto a uno de los platos más perfectos de nuestra gastronomía. No hay mejor plan para el fin de semana que ir al Retiro con amigos y acabar disfrutando de este y otros de sus platos”. En Árzabal también puedes disfrutar de una delicia primaveral de temporada con el huevo en la ecuación y unas setas muy especiales: gurumelos salteados con yema de huevo.

Arzábal Retiro: Av. de Menéndez Pelayo, 13. Madrid. Tel. Mapa.
Casa Macareno, huevos rotos para chulapos con gambones al ajillo
“Casa Macareno es uno de los restaurantes de peregrinación para los amantes de la comida castiza y tradicional (como yo) en Madrid”, señala Iñaki Mayora. ”Sus huevos rotos con gambones al ajillo combinan dos platos típicos de nuestra gastronomía de una forma brutal y alejándonos de los típicos con jamón (que nunca fallan, por cierto)”. Esta encantadora taberna de toda la vida, reformada y reinaugurada hace casi diez años en el corazón de Malasaña, mantiene sus azulejos de cariátides y sátiros, su barra de mármol para apurar el pincho de tortilla o las ristras de ajos y pimientos junto a la pizarra.
El responsable de Jaleo en la Cocina también recomienda otros platos. “Si os gusta la ensaladilla rusa, las patatas bravas y un buen vermú con una deliciosa gilda con el que empezar el fin de semana, Casa Macareno es vuestro sitio”, sentencia. Además de su pasión por los buenos tragos, los encurtidos, las salazones y las conservas, en la carta brillan otras opciones como las croquetas de ibérico y trufa, el falso risotto de carabinero o el cordero a baja temperatura.
Casa Macareno: C. de San Vicente Ferrer, 44. Madrid. Tel. 658 59 65 72. Mapa.
Kabuki, fusión nipona
Vero Gómez, chef privada, autora del libro de recetas PINCH! y finalista de Masterchef, tiene claro que los huevos fritos más ricos del mundo son los de su madre. Pero cuando quiere comer el plato con un toque diferente lo hace en el restaurante madrileño Kabuki, donde sirven atún rojo macerado con huevos rotos y papas canarias, una delicia que junta lo mejor de la gastronomía ibérica e insular con la nipona.
Si te quieres dar un capricho, el menú degustación de Kabuki te permite teletransportarte al país del sol naciente sin olvidar el toque patrio, disfrutando de creaciones como el nigiri de cigala ibérica con grasa de jamón Joselito, el nigiri de huevo frito de codorniz con paté de trufa blanca o un tataki de lomo bajo, salsa ponzu con ajo confitado y cebolleta fresca.

Kabuki: C/ Lagasca 38. Madrid. Tel. 915 68 71 55 Mapa.
Atocha 107, el huevo de oca con sobrasada de Xesc Reina
La periodista, escritora y filmmaker Sara Cucala, que dirige el primer centro gastronómico de España, A PUNTO, o la revista Mi Vino, confiesa que ha comido exquisitos huevos con patatas en Asturias “con sus tortos, picadillo y demás”, y también en el extinto restaurante almeriense El Crisol, en Rodalquilar. Cuando llegó a Madrid se hizo adicta a los huevos de la taberna El Almendro y, desde hace tiempo, un local ha conquistado a su paladar.
Se trata de Atocha 107, el restaurante de Joaquín Felipe. “Allí voy cuando quiero disfrutar de calidad y buena elaboración”. Actualmente los preparan con huevo de oca, “con su puntilla, sus patatas fritas perfectas y sobrasada de Xesc Reina”, una propuesta con un toque diferente. En su carta puedes disfrutar de otras suculentas viandas como las alcachofas fritas con mojo rojo, cogollos asados con Cabrales, alubias viudas de Tolosa con piparras en vinagre o “pichicallos” de Angus a la madrileña. Hace un par de años también se atrevieron a versionar los buñuelos de huevo sobre morcilla artesana de arroz.
Atocha 107: C. de Atocha, 107. Madrid. Tel. 911 08 06 61. Mapa.
Gelida, la casa de comidas que resiste a la gentrificación
Mikel López Iturriaga, jefecillo de El Comidista, se deshace en halagos hacia los huevos del Gelida, una de las pocas casas de comidas tradicionales de siempre que resisten contra viento y marea en el Eixample de Barcelona, donde puedes comer platillos por –sí, estás leyendo bien– entre cuatro y ocho euros. Como si estuviésemos a principios del milenio, con el euro recién estrenado. “En su carta no suelen faltar los huevos fritos al momento con la cantidad justa de puntilla –es decir, con poca–, acompañados de patatas que, milagro, no parecen haber visitado antes ningún congelador industrial Todo sin regusto al clásico aceite que lleva milenios en la freidora y vendido a precio popular: 4,80 euros”. Por ese precio apenas puedes beberte una cerveza en algunos de los locales de la zona.
Gelida: Carrer de la Diputació, 133. Barcelona. Tel. 934 53 79 97. Mapa.
Cal Pep, los huevos fritos con llangueta que enamoran a Gipsy Chef
“Cal Pep en el Born”, afirma sin titubear Pablo Albuerne, más conocido como Gipsy Chef, comunicador y chef partes iguales. “Para mí es sin duda una de las mejores barras donde comer en Barcelona. Entre otras muchísimas cosas que hacen fantásticamente, está freír huevos: puede parecer una chorrada, pero no está al alcance de cualquiera hacerlo con el éxito y la maestría que lo hacen en Cal Pep”. Los huevos que recomienda son estacionales y tienen el encanto de solo estar disponibles en temporada. “Me voy a permitir la licencia de saltarme las patatas fritas y recomendaros que probéis sus huevos fritos con llangueta y que conste que soy un defensor a ultranza de la patata frita como acompañante imprescindible de unos buenos huevos fritos, pero créeme que no las echarás de menos”.
Por si no lo sabes, la llangueta es una variación del chanquete, un pescadito de temporada corta y sabor suave y delicado, ideal para las frituras veraniegas. Además, este no es el único plato con huevo para compartir en la bulliciosa barra de Cal Pep: atrévete a picotear sus gambas salteadas con huevo frito y sobrasada, sus guisantes del Maresme con butifarra de sepia y yema de huevo o su tortilla trampera, elaborada con un solo huevo, patata, chorizo y cebolla, acompañada de un toque de alioli por encima.
Cal Pep: Plaça de les Olles, 8. Barcelona. Tel. 933 10 79 61. Mapa.
A Lareira de Ancares, una montaña de papas y zorza
El abogado, bodeguero y enamorado de la cocina de menú del día Alberto García Moyano, responsable del blog En ocasiones veo bares, es un gran amante de los huevos fritos, y tiene un montón de recomendaciones bajo la manga para degustarlos por toda la geografía española. Una de sus paradas obligatorias está en este pequeño bar-restaurante familiar de comida gallega situado en Bellvitge (L‘Hospitalet de Llobregat).
Es difícil que salgas de A Lareira de Ancares con hambre. “Es que los huevos van encima de tremenda montaña de papas y zorza, que me vuelve loco”. Si te gusta la combinación dulce de la yema con el salado de las patatas fritas y el picante característico de la zorza, es tu lugar. En su menú tampoco faltan el pulpo á feira, los pimientos de Padrón, la tortilla, la oreja o los callos, además de postres caseros como la larpeira y, por supuesto, pan gallego para mojar. También destaca los huevos fritos de el Arturo de Sants, o de Casa Axín en Barcelona, acompañados del embutido a la brasa, o probarlos en Arco Iris, también en la Ciudad Condal, con panceta fresca y curada, “ración generosa y papas tremendas”.
A Lareira de Ancares: Rambla de la Marina, 54. L‘Hospitalet de Llobregat, Barcelona. Tel. Mapa.
Bar Emilio, brasa y esmorzars de forquilla
Mònica Escudero, editora y coordinadora de esta casa, descubrió este bar de Gavà por trabajo, y ha vuelto por placer. “Nos habíamos levantado a las cuatro de la mañana para hacer fotos del amanecer en el Parc Agrari del Baix Llobregat y a las 11 pasábamos por delante de este bar de una zona industrial de Gavà cuando el olor a brasa nos llamó como los pollos a Carpanta”. Lo que encontraron superó con creces las expectativas: cap i pota guisado con una salsa increíble, calamares a la andaluza crujientes y, lo que hoy nos ocupa, unos buenísimos huevos fritos con patatas a los que puedes añadir panceta, morcilla, chorizo o cualquier otro derivado del cerdo. “El menú de mediodía también tenía una pinta excelente”, avisa.

Bar Emilio: Avinguda de Bertran i Güell, 32. Gavà, Barcelona. Tel. 675 68 30 93. Mapa.
El Barrexat, huevos rotos trufados
La primera recomendación valenciana de Arnau Clarí, uno de los responsables de la cuenta de Instagram La Ruta dels Esmorzars, es El Barrexat, un bar-restaurante en la zona de Benicalap. “Hacen unos huevos muy buenos, a los que llaman ‘huevos rotos trufados’. Llevan patatas pochadas, un par de huevos fritos con su puntilla y jamón ibérico”. Como en el lugar también son devotos del esmorzaret, también puedes tomar huevos con patatas fritas en formato bocadillo: el Pa Pobres viene reforzado con chistorra, y el Del Barrio, con longanizas.
El Barrexat: Calle Dr. Nicasio Benlloch, 20. Valencia. Tel: 961 01 98 92. Mapa.
Los Gomez, tres sucursales con los mismos huevos
La Taberna Los Gómez lleva operando desde 1989, y ahora mismo tiene tres establecimientos en distintos puntos de Valencia. Aunque sirven paellas, arroces y fideuás, incluyen en su listado de raciones unos huevos rotos, que Arnau Clarí, califica de “magníficos”. “Llevan jamón con Denominación de Origen Extremadura, patatas fritas caseras cortadas muy finas tipo paja y aceite de trufa”.
Los Gómez: varias localizaciones en Valencia (ver web).
La Puerta de Hierro o cómo resurgir tras la Dana
Beniparrell fue uno de los municipios valencianos duramente golpeados por la Dana de octubre del año pasado. La Puerta de Hierro, restaurante “referente de la zona” según Arnaú Clarí, resultó afectado por aquel desastre, pero ha logrado recuperarse, volver a abrir y hacer felices de nuevo a sus parroquianos. “Además de dar buenos almuerzos”, explica Clarí, “allí los huevos rotos los ponen con patatas caseras estilo panadera, jamón ibérico recién cortado a mano y trufa por encima”. Si os preguntabais si los huevos rotos con trufa están de moda en la región, todo apunta a que la respuesta es sí.

La Puerta de Hierro: Avenida Levante 2. Beniparrell, Valencia. Tel. 961 21 27 96. Mapa.
Lanperna, huevos rotos con bogavante para devotos del marisco
El chef Martín Berasategui, con 12 estrellas Michelin a sus espaldas, tiene dos locales preferidos para zamparse unos huevos con patatas que le sepan a gloria. Uno de ellos es Lanperna en San Sebastián, especializado en pescados y mariscos, “un local muy céntrico en la ciudad, donde el producto es la esencia de su cocina”, apunta el fundador de Lasarte-Oria. No te puedes ir de allí sin probar sus huevos rotos con bogavante.
El restaurante, abierto en 1939 por Gabriela, la bisabuela de los fundadores, es una oda al mar, trayendo a los fogones lo mejor de la lonja de cada madrugada. En su menú degustación no faltan el percebe gallego, las gambas de Huelva, el carabinero de Isla Cristina o la cigala viva a la plancha.

Lanperna: San Martzial Kalea, 50, Donostia, Gipuzkoa. Tel. 943 42 75 77. Mapa.
En Casa Esteban, con tomate casero
Hace tiempo que Mònica Escudero se comió estos huevos con patatas y tomate en Casa Esteban, pero aún lo recuerda como si fuera ayer. “Una salsa muy reducida, bien guisada, casi una compota de tomate con algo de cebolla y pimiento; patata agria -en bastones si la tomas en el bar a modo de tapa; en rodajas si es en el restaurante- y encima unos huevos con poca puntilla y la yema completamente cremosa: cuando lo mezclas todo, la locura”, apunta.
Restaurante Casa Esteban: Av. Canal Sur, Tomares, Sevilla. Tel. 954 15 15 30. Mapa.
Venta El Toro, “una buena gochada rica”
María Lo, ganadora de la décima edición de MasterChef y autora de Cocínalo. Recetas con sabor y alma (Grijalbo), reconoce que hay un restaurante que le pierde: Venta El Toro, en una pedanía de la soleada Vejer de la Frontera. En esta tasca gaditana “autentiquísima” acompañan los huevos fritos con patatas caseras y una “jartá” de carnes que son para flipar, celebra la cocinera.
Desde luego es para ir con el estómago bien vacío: el platazo lleva jamón, chorizo, butifarra blanca y una carne guisada. Aunque los huevos se llevan la palma, también recomienda el gazpacho en temporada, el guisito del día, la selección de embutidos o la ensalada de tomate. “Son cosas muy sencillas, que te recuerdan a casa y que te las comes en un lugar maravilloso”. De postre, arroz con leche y natillas de toda la vida. ¿Quién necesita más? “Es como EL PLAN cuando voy a Cádiz”, confiesa María Lo. “Una buena gochada rica” en uno de los pueblos más bonitos de España.
Venta El Toro: Sta. Lucía, 11158 Vejer de la Frontera, Cádiz. Tel: 956 45 14 07. Mapa.
Casa Chema, donde la yema se sirve en jarrita
Rubén Galdón, periodista asturiano de buen diente y mejor gusto, cuenta que por allí los huevos con patatas siempre van con algo encima, normalmente a base de cerdo. Nos recomienda las de Casa Chema, cerca de Oviedo. “Las hacen con chosco de Tineo IGP, que es un embutido del suroccidente de Asturias, pero lo más peculiar es que separan las yemas de las claras para y las sirven en una jarrita por encima de las patatas y las claras fritas: están increíbles porque la yema es la putomejor salsa que hay” (no podemos estar más deacuerdo con esta afirmación. “A sus fogones hay una guisandera, Joaquina, que es un amor”, remata Galdón, así que después de poneros las botas podéis pasar a saludarla.

Casa Chema: El Cordial s/n El Caleyo. Latores, Asturias. Mapa.
Galera, huevos de galo Celta fritos o encapotados
El gastrónomo, escritor y historiador Jorge Guitián nos da dos recomendaciones por el precio de una. “En Ultramarinos Galera, en A Coruña, además de fritos con pisto y jamón de bellota o chorizo cebollero de La Molinera (Lalín), también preparan huevos encapotados, y patatas fritas a cuchillo en aceite de oliva como guarnición”, para este plato o para el que prefieras (con el rabo de vaca guisado tienen que quedar de muerte lenta). Trabajan siempre con huevos de galo Celta, y en su local “hermano”, Charlatán, a veces también ponen huevo frito como tapa de cortesía: si no es el paraíso, se le parece.
Galera: Rúa Galera, 21. A Coruña. Tel: 981 04 32 72. Mapa.
Landa, un clásico de Burgos
Pero si sigues prefiriendo unos huevos fritos sencillos, apetitosos y de toda la vida, el maestro Berasategui se decanta por los del restaurante Landa en Burgos. Un lugar con parada casi obligatoria siempre que viaja a Madrid en coche, que no es pocas veces. Aunque cambian la carta a menudo, los huevos –por ejemplo, con morcilla– patatas panadera o tortillas variadas son intocables.
Landa: Carretera Madrid-irun, KM 235, Burgos. Tel. 947 25 77 77. Mapa.
El Soldado de Tudelilla, un oasis del tapeo sencillo en Logroño
Mikel López Iturriaga estuvo en La Rioja en Semana Santa, y entre muchas paradas de buena comida, no falló a su cita con un local histórico de Logroño: El Soldado de Tudelilla, una taberna donde disfrutar de la gastronomía tradicional del norte de España. “Es famoso por las ensaladas de tomate, los bocatas de pescados en conserva y los porrones de vino, pero también por los huevos”, explica.
Mikel destaca sus espléndidas raciones de huevos fritos en aceite de oliva riojano con patatas –y con fritada, pimientos del cristal, jamón o chorizo–, “igual de bien hechos que los clásicos que le dieron nombre”. “Es un oasis de cocina sencilla, cuidada y honesta en el entorno de la calle Laurel, territorio de tapeo en el que el turismo masivo ha hecho estragos”. De hecho, es la tasca más antigua de la zona, cuyo curioso nombre se remonta al siglo XVI, cuando las prostitutas colgaban ramitas de laurel en sus ventanas para avisar a los clientes de que estaban libres.
El Soldado de Tudelilla: C/ San Agustín, 33, Logroño, La Rioja. Tel. 941 13 90 68. Mapa.
Casa Montañés, longaniza con solera
Alberto García Moyano cree que merece la pena acudir a Casa Montañés, un templo aragonés económico y con solera, que cuenta con menú del día y una carta protagonizada por platos contundentes y de siempre: hígado de ternasco con ajo y perejil, paella de la casa, sopa de cocido, garbanzos estofados, un buen surtido de carnes o una copiosa mariscada. “Es un sitio precioso, con huevos bien hechos y papas fritas de 12. Si se le añade una longaniza aragonesa pues ¡tremendísimo!”.
Casa Montañés: C. del Conde de Aranda, 22, Casco Antiguo, Zaragoza. Tel. 976 44 10 18. Mapa.
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