La celebración histórica más importante para el Kremlin, el Día de la Victoria, peligra. Las Fuerzas Armadas ucranias han lanzado este martes sobre Moscú más de una decena de drones por segundo día consecutivo. El último ataque no ha causado víctimas, pero ha dañado un edificio y ha forzado el cierre temporal de los cuatro aeropuertos de la capital rusa. Esa es ya una amenaza y una advertencia importante pocas horas antes de la llegada a la ciudad, cuyo corazón permanece blindado, del presidente de China, Xi Jinping, entre otros mandatarios.
El presidente ruso, Vladímir Putin, instó al líder ucranio a acatar una tregua efímera y unilateral de tres días (7,8 y 9 de mayo) con motivo del 80º aniversario del final de la Gran Guerra Patria, la victoria soviética sobre los nazis en el frente oriental de la II Guerra Mundial. Pero Volodímir Zelenski rechazó el alto el fuego si no duraba lo suficiente para frenar la sangría en la invasión de Ucrania. Kiev, que no ha comentado de forma oficial el ataque sobre territorio ruso, sitúa el límite temporal mínimo del alto el fuego en 30 días.
La propuesta del mes de cese de hostilidades partió de Washington, pero, dentro de su dialéctica errática, el presidente Donald Trump aplaudió este lunes el paso ofrecido por Putin: “No es que parezca mucho, pero es mucho sabiendo de dónde partimos”.
A falta de consenso entre las partes, Rusia mantiene también su ofensiva sobre diferentes regiones ucranias. En las últimas horas, los ataques rusos con más de 130 drones, según fuentes militares, han dejado un muerto en la región de Odesa, a orillas del mar Negro. En Járkov, en el noreste, junto a la frontera rusa, han causado varios heridos, daños e incendios en diferentes barrios de la segunda ciudad del país.
El alcalde de Moscú, Serguéi Sobianin, ha publicado hasta cuatro avisos de drones en su canal de Telegram a lo largo de la noche del lunes al martes. “Las fuerzas de defensa aérea del Ministerio de Defensa repelieron un ataque […] Según información preliminar, no hay daños graves ni víctimas. Los servicios de emergencias trabajan en el lugar donde han caído los restos”, ha reiterado el edil.
Uno de los aparatos ocasionó daños menores tras impactar contra un edificio residencial de nueve plantas próximo a la autopista Kashírskoye, a unos 11 kilómetros del Kremlin. En total, el Ministerio de Defensa ruso ha asegurado haber interceptado 105 aparatos no tripulados ucranios en 11 regiones este martes.
La operación ucrania obligó a la agencia federal del transporte aéreo, Rosaviatsia, a cerrar en la región de Moscú los aeropuertos de Domodédovo, Sheremétievo, Vnúkovo y Zhukovski durante cuatro horas, desde la una a las cinco de la mañana. Hasta 34 vuelos han sido desviados a otros aeropuertos alternativos. El lunes, otro ataque de cuatro drones fue interceptado más lejos de la capital, en la ciudad de Podolsk, pero provocó el cierre del aeropuerto de Domodédovo durante hora y media por estar situado a unos 50 kilómetros del lugar.
La capital rusa se ha acostumbrado a estas pequeñas oleadas de drones. En dos ocasiones causaron víctimas: tres muertos el pasado 11 de marzo en el mayor ataque ucranio sobre Rusia con aparatos no tripulados, y otra fallecida el 10 de septiembre de 2024 en la primera ocasión en la que se registraron muertos en la región.
Sin embargo, esta nueva oleada de drones provoca preocupación en el Kremlin de cara al Día de la Victoria. A la cita acudirán varios líderes internacionales, incluido el presidente chino, Xi Jinping, para presenciar el que promete ser un desfile masivo de carros de combate por el 80º aniversario del final de la II Guerra Mundial. Putin está obligado a demostrar ante sus socios que la capital rusa es una fortaleza en su cuarto año de guerra.
“Respeto plenamente que la seguridad de los participantes es un asunto interno de Rusia, pero si el señor Zelenski cree que con sus declaraciones obligará a las delegaciones extranjeras a no asistir, se equivoca profundamente”, advirtió el primer ministro eslovaco, Robert Fico. El mandatario centroeuropeo, uno de los líderes europeos díscolos ante la posición común del bloque contra la invasión rusa de Ucrania, ha confirmado que compartirá tribuna con Putin este 9 de mayo.
Las autoridades rusas han blindado Moscú para la cita. La Plaza Roja lleva días cerrada y las calles por las que discurrirá el desfile de vehículos de combate están militarizadas con cientos de soldados desplegados permanentemente. Asimismo, los inhibidores de geolocalización no dejan un móvil operativo y sobre las azoteas de algunos edificios asoman los antiaéreos Pantsir. Y por si fuera poco, el Gobierno cortó Internet en los teléfonos durante una hora este lunes como test previo al gran día.
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