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“Alerta, amas de casa. Asistir al espectáculo Solo para mujeres puede convertirlas en drogadictas, prostitutas, pedófilas, secuestradoras y homicidas”, se leía en uno de los volantes que grupos conservadores repartieron a las afueras del teatro Mirage, en Puebla, en 1999. El objetivo era impedir que se presentara el controversial show de striptease en el que participaban los galanes de telenovela más famosos de la época. Este intento de censura —en el que también se involucraron las autoridades— culminó con una protesta de cientos de mujeres que exigían con boleto en mano que se respetara su derecho de ver un espectáculo por el que ellas mismas pagaron. Dos décadas después, este episodio resurge en el nuevo documental de ViX, Solo para mujeres, el cual revisita el fenómeno cultural y muestra cómo abrió un camino para que se hablara del deseo femenino en espacios donde antes era silenciado o ridiculizado.

Para la directora Liora Spilk Bialostozky (Ciudad de México, 35 años), la cultura pop puede ser una excusa para abordar temas profundos y, en el caso de Solo para mujeres, considera que tiene un trasfondo de teoría de género que en su momento pasó desapercibido por la polémica. El espectáculo fue creado por Alexis Ayala y Sergio Mayer tomando como inspiración el filme Full Monty, pero con la particularidad de contar con actores como Jorge Salinas, Raúl Magaña, Juan Carlos Casasola, Hugo Acosta, y otros rostros icónicos de Televisa bailando en paños menores. “Es interesante lo que pasó dentro del show, pero creo que es mucho más interesante lo que pasó en el público. Era una época en donde las cosas estaban cambiando y es interesante ver un espacio en donde las mujeres son libres de expresar su deseo sexual, lejos de la mirada masculina que las va a juzgar”, dice a EL PAÍS.

Registro de una presentación del show de 'striptease' que se volvió un fenómeno cultural en México.

Como su nombre lo indicaba, en las funciones no se permitía el acceso a los hombres (a menos que se atrevieran a ir vestidos de mujer, como lo hizo Eugenio Derbez en una ocasión que le ganó la curiosidad), por lo que el espectáculo se convirtió en una especie de oasis de complicidad para las asistentes. “En nuestra cultura, una mujer que desea y que quiere sexo es una puta, porque históricamente las mujeres no podían desear, solo podían tener sexo para parir. Y creo que en México —que es un país principalmente católico— fue un logro poder empezar a llevar el deseo femenino a la esfera pública y hacerlo rentable, porque finalmente es un gran mercado. Ayudó a quitar un poco el tabú. Esto era en un teatro, podías ir con tu mamá, con tu tía. Se volvió como una diversión, como ir al cine”, señala Spilk.

La sorpresiva mirada femenina detrás del ‘show’

Detrás de la fantasía y el éxito que fue Solo para mujeres, había una perspectiva femenina poco conocida hasta ahora. El documental de ViX busca poner el foco en las mujeres del equipo creativo que aportaron su mirada al espectáculo, entre ellas Debbie Hawley, la directora y coreógrafa que se aseguró de que cada movimiento en escena apelara a lo que las mujeres consideran erótico, no a lo que los hombres creen que debería gustarles.

La coreógrafa Debbie Hawley en el documental 'Solo para mujeres'.

A ella también se sumaron Chela Contreras, como encargada de producción; Bel Herrero, en prensa; y Lupita Rodríguez, responsable del vestuario. “Para nosotros siempre fue muy importante tomar en cuenta el punto de vista de la mujer. El hecho de tener a Debbie como coreógrafa —y a las otras mujeres de nuestro equipo— nos ayudó a saber qué le iba a gustar a la mujer, que no se sintiera grotesco, que no se sintiera pasado. La línea era y sigue siendo muy delgada dentro de lo que presentábamos o no, queríamos hacerlo siempre con mucha calidad y mucho respeto”, explicó Alexis Ayala en una entrevista con este diario. Sin embargo, en uno de los episodios se hace hincapié en que la situación cambió una vez que el proyecto creció, y se fueron involucrando algunos hombres en las decisiones creativas.

Más allá del frenesí mediático que rodeó a Solo para mujeres desde su estreno y hasta su última función en 2017, el espectáculo atravesó momentos de gloria, caos y tragedia, como el accidente en el que falleció uno de sus integrantes, los conflictos internos y el desgaste que vino con los años. El documental de ViX aborda estos claroscuros y pone en el centro lo que por mucho tiempo quedó al margen: las mujeres que lo hicieron posible y la conversación sociopolítica que detonó.

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