El enfrentamiento armado entre reos del penal de Aguaruto, en Culiacán, Sinaloa, ha dejado más dudas que certezas sobre la inseguridad y actos de corrupción a su interior. Tras contener el conflicto, elementos de la Secretaría de Seguridad Pública de Sinaloa (SSPS), junto con otras fuerzas del orden estatales y federales, llevaron a cabo una revisión en la que han asegurado 11 armas de alto calibre, entre rifles de asalto, subametralladoras y fusiles semiautomáticos, además de 14 pistolas, 94 cargadores para estos armamentos, una granada y tres artefactos explosivos improvisados.
Distintos medios locales informan que al menos una decena de personas habría muerto en el enfrentamiento. De acuerdo con la SSPS, la situación fue controlada “de manera rápida y efectiva” y se resolvió con cero heridos y ningún fallecido. La Fiscalía de Sinaloa ha dado a conocer que a poco más de 24 horas de lo sucedido, en el penal aún se encuentran autoridades Federales y de la Secretaría de Seguridad estatal, y que, de momento, mantienen la versión de que no hubo bajas durante el ataque.
Mientras, según informan los medios locales, familiares de los reclusos permanecen en las afueras para poder conocer noticias sobre sus allegados al interior del reclusorio. Aún no se ha dado a conocer las causas que detonaron la balacera en Aguaruto.

La mañana de este miércoles, alrededor de las 11.20, según fuentes locales, se escucharon ruidos de fuertes detonaciones de armas de diversos calibres dentro del reclusorio. Circulan imágenes, a través de redes sociales, de civiles y personal judicial de los tribunales que operan de forma contigua a la cárcel, que tuvieron que resguardarse mientras la balacera sucedía. Incluso se puede ver a elementos de seguridad estatal disparando desde la azotea de un edificio cercano para tratar de aplacar el disturbio.
El registro al interior del penal de Aguaruto, también detalló el hallazgo de 181 dosis de polvo blanco, al parecer cocaína, y 141 contenedores con hierba verde, aparentemente marihuana. Asimismo, se encontró 42 teléfonos celulares, una tableta, una computadora portatil, siete módems (dispositivo electrónico que permite la conexión de otros aparatos a una red de datos), una antena de Starlink, el sistema de internet satelital del magnate Elon Musk, y 22 radios. También localizaron un túnel de aproximadamente 5 metros de profundidad y 15 de longitud, que, según informaron, será inutilizado.
Como parte del operativo que investiga el caso, se ha asegurado por lo menos tres vehículos localizados en las inmediaciones de Aguaruto. Uno de ellos con visibles impactos de bala. Y otro una camioneta blindada.
Grupo Interinstitucional toma el control del Centro Penitenciario Aguaruto, en Culiacán, después de riña entre internos
Elementos de la Secretaría de Seguridad Pública de Sinaloa, a través de la Policía Estatal Preventiva, en coordinación con la Secretaría de la Defensa… pic.twitter.com/mKIY64a92g
— Seguridad Pública Sinaloa (@sspsinaloa1) May 22, 2025
En medio de la incertidumbre y los hallazgos dentro del penal de Aguaruto, los familiares de Eusebio N, un pastor evangélico de 50 años, han solicitado información sobre su paradero a las autoridades a las afueras del reclusorio, según ha dado a conocer el medio Debate.
El hombre, según relatan sus familiares, ingresó el miércoles al penal como orador en un evento de graduación de reos en rehabilitación y tras los hechos perdieron toda comunicación con él. Sus allegados solicitaron a las fuerzas federales que les permitan verificar si su coche se encontraba en el estacionamiento a las afueras del reclusorio.
“Los marinos nos dijeron que su carro está aquí, y dieron con él con las características que les dimos que es un Corolla color rojo”, ha dicho la esposa de Eusebio N, acompañada de sus hermanos. Según le ha dado a conocer la policía estatal a la familia, este tendría que aguardar retenido dentro hasta después de la revisión al interior del penal, en la que se verifique y demuestre que es una persona externa al reclusorio.
Aguaruto, un penal reincidente
Óscar Loza Ochoa, presidente de la Comisión Estatal de Derechos Humanos (CEDH), ha expresado su preocupación ante la falta de esclarecimiento sobre los enfrentamientos al interior de Aguaruto. El titular de la CEDH ha cuestionado la versión oficial respecto a los testimonios de personas que se encontraban de visita en el centro penitenciario o transeúntes que se encontraban cerca. “La información que dieron es brevísima y deja muchas dudas. Lo que se escuchó y lo que la gente denunció no coincide con lo que las autoridades informaron”, ha declarado Loza Ochoa.

Por su parte, el Consejo Estatal de Seguridad Pública ha exhortado a las autoridades federales para que los reclusos de los centros penitenciarios que han sido calificados como de “alta peligrosidad” sean trasladados a penales federales ante la inseguridad que desatan en las cárceles estatales. “La seguridad penitenciaria es un pilar de la gobernabilidad democrática. El Estado no puede —ni debe— permitir que los penales estatales se sigan utilizando como centros de operación criminal, violencia e impunidad, como los hechos lo han constatado”, puede leerse en el comunicado dirigido a la presidenta, Claudia Sheinbaum, y al gobernador de Sinaloa, Rubén Rocha Moya.
El penitenciario de Aguaruto ha obtenido calificaciones muy bajas en los Diagnósticos Nacionales de Supervisión Penitenciaria realizados por la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH). Su última calificación, realizada el pasado mes de abril, fue de 6.76. En una revisión reciente al penal por parte de la Secretaría de Seguridad Pública de Sinaloa, hace 17 días, se halló 571.000 pesos, celulares, armas de fuego, cuchillos, droga y dispositivos electrónicos.
El penal de Aguaruto ha sido escenario de reiteradas crisis de seguridad. Una de ellas se produjo en 2018, cuando Julián Grimaldi, presunto operador financiero de Joaquín El Chapo Guzmán, y Carlos Jesús Salmón, asociado al Cartel de los Beltrán Leyva, salieron por la puerta principal disfrazados de guardas. O, en 2017, cuando 47 reos escaparon de este mismo penal, en medio del caos provocado por la ofensiva del Cartel de Sinaloa para liberar a Ovidio Guzmán, hijo del Chapo, durante el denominado Culiacanazo.
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