Bolsos de Yves Saint Laurent y Dolce & Gabbana, complementos de Bimba y Lola, mochilas Kanken, bandoleras de Guess. A simple vista eran buenas oportunidades para adquirir artículos de marcas de lujo a precios reducidos, pero la realidad indicaba que todas eran falsificaciones procedentes de una organización que importaba y distribuía productos falsificados en cientos de establecimientos y mercadillos ambulantes. La Policía Nacional ha intervenido más de 24.000 de estos artículos que sumaban siete toneladas en una operación desarrollada en Málaga en la que han detenido a 49 personas, que se consideran responsables de delitos contra la propiedad industrial. También han sido incautados 380.000 euros en metálico procedentes de las ganancias por la venta de esta mercancía. Las copias ilegales generan unas pérdidas de casi 6.000 millones de euros al año en España, según la agencia de investigación Sicpa.

Los productos se hallaron en 31 naves industriales ubicadas en el polígono Guadalhorce, el mayor recinto industrial de la ciudad de Málaga. Llegar hasta ellas ha sido fruto de una investigación que empezó hace apenas dos meses, en marzo. Los agentes realizaron entonces un trabajo de seguimiento de aquellos vendedores que tradicionalmente ofrecen productos falsificados en zonas del litoral malagueño. Comprobaron que todos acudían a una misma zona ubicada a las afueras de la capital malagueña. Y que allí había una estructura criminal que importaba prendas y complementos, que luego eran comercializados desde distintos negocios al por mayor y que finalmente acababan en decenas de puntos de venta minoristas, sobre todo en los municipios turísticos de la Costa del Sol.

El pasado 8 de abril —justo antes de Semana Santa, la primera temporada alta turística de la Costa del Sol— un amplio operativo de 130 efectivos de la Policía Nacional, Policía Local de Málaga e Inspección de Trabajo se desplazó hasta la zona para hacer registros simultáneos en hasta 31 negocios, que vendían tanto al por mayor como al consumidor final. Allí se encontró numerosa mercancía textil legal, pero también “toneladas de falsificaciones” de marcas de lujo. “Encontramos de todo: bolsos, equipaciones deportivas, monederos, correas… todo imitaciones”, cuenta el inspector policial que ha dirigido este operativo, dado a conocer este lunes. Para comprobar que no eran prendas verdaderas, contaban con la presencia de asesores de las principales marcas. Además, certificaron que los locales no contaban con la licencia que muchas de estas empresas de moda exigen para la venta de sus productos.

Las prendas eran fabricadas principalmente en China y adquiridas bien desde allí, bien desde distintos países europeos”, añade el investigador. La mercancía luego era comprada por un importador en España que, a veces, la distribuía a distintas provincias, entre ellas Málaga. Por todo ello se detuvo a 49 personas implicadas en la comercialización y la venta de los productos, a los que se imputa un delito contra la propiedad industrial. La pena máxima en estos casos va de uno a tres años de prisión. Los agentes también han solicitado a la autoridad judicial el cierre de los negocios.

La investigación continúa abierta

A raíz de la actuación policial se intervinieron finalmente 24.000 artículos —desde prendas de ropa hasta marroquinería y numerosos complementos— que ahora han quedado almacenados a la espera de que la autoridad judicial autorice su destrucción. Los policías también incautaron las ganancias de las ventas: 380.000 euros en efectivo junto a otras divisas extranjeras. Igualmente, se hallaron 500 monedas antiguas de colección falsificadas, sobre las que se está investigando su comercialización.

La investigación —dirigida por el grupo II de Delitos Económicos de la Comisaría Provincial de Málaga— está abierta porque el objetivo último de la operación es dar con el proveedor en Europa de este tipo de productos. “De ahí la participación de Europol, que nos permitirá saber de dónde venían esas prendas”, subrayan fuentes del caso. Las mismas recuerdan que este tipo de delitos suponen “un fuerte daño reputacional a las marcas” pero que también conllevan otros problemas como “impuestos que no se pagan, trabajadores en malas condiciones laborales o la ausencia de controles de seguridad”. “El primer indicio de que algo es falso es el precio”, advierten las mismas fuentes. El informe Situación del comercio ilícito y fraude en Europa y el resto del mundo, presentado por la agencia de investigación Sicpa a principios de 2024, calculó que las copias ilegales generaron un impacto de 5.700 millones de euros de pérdidas el año anterior, cuando se destruyeron también 44.700 empleos por ello.



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