La chispa se encendió en el antiguo campo de Atocha, donde la Real Sociedad consiguió los títulos de liga de 1981 y 1982, una Supercopa de España y la Copa del Rey de 1987. Mientras esos trofeos se sucedían, Jagoba Arrasate (Berriatua, Bizkaia, 1978) era un niño que disfrutaba del fútbol playero –la diferencia con el fútbol playa es que los rivales son las mareas– en un club de Deva (Gipuzkoa) y de las visitas al estadio de sus amores para ver las paradas de Arconada, los regates de López Ufarte y la jerarquía de Bakero, entre otros jugadores que protagonizaron la etapa más exitosa de la historia realista. Ir a Atocha dependía de que le tocara plaza en un sorteo que se hacía entre los compañeros del equipo de fútbol playero. “Te puedes imaginar la ilusión de un niño de siete años esperando cada 15 días a ver si me tocaba a mí”, le cuenta el entrenador del RCD Mallorca al periodista de DAZN Rafa Escrig (Castellón, 1994) durante la charla en este episodio del videopódcast LALIGA VS.
Escrig, que también es un creador de contenidos –cuenta con más de 400.000 seguidores en sus redes sociales- que busca historias de pasión futbolística por todo el mundo, repasa ampliamente la trayectoria del técnico. Arrasate probó fortuna como canterano de la Real, curtió su carrera entre el barro y la lluvia de los campos vascos y se licenció en Magisterio para ejercer como profesor al acabar su carrera. “La pedagogía para mí es una forma de vida. Creo en el convencimiento, no en la autoridad”. Una filosofía que ha trasladado a su verdadera vocación, la de ser entrenador. No le ha ido mal, como demuestran sus 438 partidos entre LALIGA EA SPORTS y LALIGA HYPERMOTION.
“¿Te preocupa que se pierda esa herencia? Tenemos un reto por delante, porque al final los estadios de fútbol son el reflejo de la sociedad”, cuestiona Escrig al técnico guipuzcoano sobre cómo los mensajes y manifestaciones de odio en los campos pueden acabar con ese fútbol que él tuvo el privilegio de conocer. “Lo más importante para los críos es hacer lo que hacen sus referentes. Por eso es importante lo que pueda decir un entrenador, un jugador, un capitán…”, responde el entrenador. Por ello, valora las iniciativas de LALIGA VS en las que ha participado el Mallorca, como el despliegue de cartelería informativa y de códigos QR para reportar actos de odio que suceden en los estadios. “Es importante crear conciencia. LALIGA ha dado un paso más”, valora Arrasate.
Y pone de ejemplo ELDERBI VASCO, un acontecimiento que en los últimos años ha sabido transformar la rivalidad en un “pique sano” que ha dejado imágenes históricas de confraternización. “Si mi hijo me pide una camiseta del Athletic Club porque le gusta Nico Williams, yo, que soy de la Real, ¿qué voy a hacer? ¿No se la voy a comprar? Yo no quiero eso para mis hijos, quiero que elijan libremente”, argumenta Arrasate, sobre su forma de entender la relación con el rival. “En esas pequeñas cosas está el futuro. Hay que ir en la dirección adecuada para no fomentar el odio”.
La herramienta que mide el nivel de odio en las conversaciones en torno al fútbol jornada a jornada
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