En su afán por instaurar la dictadura woke, El Comidista vuelve a promover el cambio de la carne por verdura, apuntando esta vez a un clásico venerado por los niños españoles desde hace generaciones: el san jacobo. En su versión tradicional, cuya receta ya hicimos en anteriores episodios, este delicioso empanado lleva jamón y queso, pero aquí dejamos a los cerdos en paz por un rato y usamos calabacín.
La hortaliza es perfecta para este tipo de preparación porque, cortada en láminas, permite hacer una especie de sándwiches con queso y otros ingredientes que son fáciles de empanar y freír. El calabacín no ofende a nadie con su suavísimo sabor, pero sí necesita un poco de animación para no resultar aburrido. Además de con el queso, aquí se la hemos dado con unos tomates secos, que añaden el necesario punto salado a la fiesta.
Ingredientes
Para 8 san jacobos
- 1 calabacín grande
- 300 g de un queso que funda bien (nosotros usamos Arzúa-Ulloa)
- Entre 150 y 200 g de tomates secos en aceite
- Albahaca fresca (opcional)
- 2 huevos
- 100 g de harina
- 150 g de pan rallado
- Aceite de girasol o de oliva suave
- Sal
Instrucciones
Cortar el calabacín en dos trozos quitándole los extremos. Cortarlo en láminas finas con un cuchillo (ver vídeo).
Cortar el queso en lonchas y aplastar los tomates con el lado de un cuchillo para que queden bien planos.
Formar bocadillos con las láminas de calabacín poniéndoles queso, tomate seco y, si se quiere, hojas de albahaca.
Poner aceite abundante a calentar a fuego medio en una sartén o cazuela baja.
Preparar un plato hondo con harina, otro con huevo batido con un poco de sal, y otro con pan rallado.
Pasar los san jacobos primero por la harina, luego por el huevo, y después por el pan rallado.
Freír en tandas en el aceite caliente por los dos lados, y cuando estén dorados, sacar a una rejilla o un plato con papel de cocina. Salar. Servir inmediatamente.
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