La etapa de Raúl González Blanco como jugador del Real Madrid se cerró en 2010 con una despedida bastante desangelada pese a ser el futbolista con más partidos en el club (741), un hito que todavía conserva, por delante de Iker Casillas (725). Este martes, la entidad y el técnico comunicaron que deja el banquillo del Castilla. Otra salida suya fría, por la puerta de atrás de Chamartín.

Después de seis temporadas en el filial, Raúl se echa a un lado resignado por la ausencia de una oportunidad en el primer equipo. La teoría, la historia reciente y su esperanza indicaban que su puesto lo dejaba bien situado para ascender al Bernabéu. Al menos, en caso de urgencia. Así había ocurrido con Zinedine Zidane en 2016, Santiago Solari en 2018 y hasta con Juan Ramón López Caro en 2005. El recurso a alguien de la casa en situaciones de crisis, vacíos o cambio de ciclo es una práctica habitual en los clubes, pero eso no ha ocurrido con Raúl pese al estimable rendimiento de sus equipos y la condición de símbolo histórico de la entidad.

Su aspiración de ser algún día el entrenador del Real Madrid se mantiene, sin embargo, ahora ha visto las puertas cerradas. “Estoy seguro de que estos años me han hecho crecer como profesional y persona. Se abre una nueva etapa con el convencimiento de que algún día volverá a la que siempre es mi casa”, escribió Raúl en su adiós, en el que agradeció al club por la oportunidad y a todos los “empleados de la casa”, pero no citó expresamente al presidente, Florentino Pérez. Todas las personas consultadas apuntan a una falta de sintonía clara entre él y la dirección del club, una brecha que viene de lejos.

El exdelantero siempre fue un tipo castellano, recio, de los que no regalan sonrisas, y como entrenador se le ha descrito como alguien metódico y exigente con los chavales. En las últimas campañas, según avanzaba el tiempo sin que pudiera acercarse al banquillo de la Castellana, su carácter también ha resultado motivo de debate entre defensores y detractores. Los primeros sostienen que una de sus virtudes, ya como futbolista, fue ser estricto y serio, y que los comentarios sobre su forma de ser han formado parte del juego sucio. Los segundos lo han acusado de soberbio y arisco.

Mientras, Raúl no ha ocultado su malestar en el día a día de la ciudad deportiva por algunos aspectos del funcionamiento de la cantera, y la llegada de personas que no considera preparadas a puestos, algunos de responsabilidad. En paralelo, su relación con Carlo Ancelotti siempre resultó fluida y él fue uno de los valedores de Raúl Asencio en su sorprendente ascenso al primer equipo.

Arbeloa, probable sucesor

La situación del ya extécnico del Castilla, en la medida en la que no iba contando para empresas mayores en el club, ha sido percibida desde fuera como un elemento desacoplado en el engranaje de la entidad. A Vicente del Bosque, por ejemplo, le preguntaron hace dos semanas en El Larguero si se estaba siendo “injusto con Raúl”, y el exentrenador blanco pasó palabra: “Prefiero callarme de este asunto, no quiero molestar a nadie”, zanjó. El alejamiento de Raúl de los medios de comunicación tampoco ha sido un factor que le haya ayudado en este proceso.

Ahora, todo apunta a que su sucesor en el primer filial será Álvaro Arbeloa, procedente del Juvenil A y muy cercano en lo personal a Xabi Alonso desde que ambos compartieron vestuario en el Madrid y la selección. Este lunes, estuvo presente en la presentación del tolosarra en Valdebebas.

Las seis temporadas de Raúl al frente del Castilla es el periodo más largo, al menos, en la etapa moderna del club de un entrenador en el filial. Obligado a reconstruir el equipo cada año o, como mucho, cada dos, debido a las cesiones y traspasos de los jóvenes hacia categorías profesionales, siempre ha terminado cada temporada entre los 10 primeros. “No es fácil estar en la jornada 10 los últimos, en la 20 casi los últimos, y ahora casi llegamos al playoff”, reivindicó hace unos días. En la 2022-23, perdió el ascenso a Segunda a falta de seis minutos para el final de la prórroga contra el Eldense, con una plantilla que contaba con Rafa Marín, Sergio Arribas y Nico Paz. También jugó la promoción en la 2020-21, aunque no pasó de la primera eliminatoria contra el Ibiza. En la 2018-19, dirigió al Cadete B y Juvenil B, y en 2020 alzó el título de la Youth League, la Champions juvenil.

Nada le ha alcanzado para escalar el peldaño que más ansiaba, y sigue deseando. Raúl se marcha de Valdebebas en busca de otros horizontes y a la espera de que un día la ventana se abra para él.



Source link