“El baloncesto cada día es menos baloncesto”. La señal de alarma la dio Marcelinho Huertas tras el partido de la ACB que su equipo, La Laguna Tenerife, perdió en casa ante el Unicaja (78-91) el pasado 1 de mayo. El eterno base brasileño, que el 25 de este mes cumplirá 42 años, lanzó tras el encuentro un duro mensaje sobre la supuesta dureza de un rival que cometió 27 faltas: “Hoy se premia simplemente el físico, el jugar duro, el repartir. Cada vez hay menos baloncesto, sin libertad de movimiento, con agarrones, empujones. Lo que ha cambiado en los últimos años es una barbaridad. Siempre se premia al equipo que juega más duro en lugar del que juega mejor al baloncesto. Cada día hay menos talento y espectáculo y se juega a otro estilo. La gente no disfruta así”.
Marcelinho encendió un debate que ha subido de temperatura y que envuelve la Final Four de la FIBA Champions League (BCL) en la que desde este viernes participan esos dos equipos españoles en Atenas. El Tenerife se mide en la primera semifinal (17.00, Teledeporte) al Galatasaray y el vigente campeón Unicaja desafía a los anfitriones del AEK (20.00). La final es el domingo a las 19.00.
El técnico de los malagueños, Ibon Navarro, echó mano de la estadística para responder al base del Tenerife después de verse señalado. “Es debatible que no se sientan protegidos. Son el segundo mejor equipo de la ACB con mayor diferencia en tiros libres a favor y en contra, y el equipo con mejor porcentaje en faltas [recibidas] por posesión de la Liga”. En la ACB, el Unicaja es séptimo en faltas cometidas (22,6 por encuentro) y decimosexto en recibidas (20). El Tenerife, antepenúltimo (19,1) y noveno (20,9). De fondo late un choque de estilos antagónicos. El conjunto de Txus Vidorreta juega a pocas posesiones (71,9 por cada 40 minutos, el número más bajo de la Liga), alargadas al máximo bajo la batuta del cerebral Marcelinho, que amasa el balón hasta que se agota el cronómetro. El Unicaja es una centrifugadora que aprieta, roba y corre para acabar pronto la jugada: 79,3 posesiones por duelo, solo por detrás del Manresa.
Las palabras de Marcelinho cargan el peso de la experiencia. Debutó hace 21 años en la ACB, con el Joventut, y en ese periodo ha vivido la mutación del jugador de baloncesto en un atleta cada vez más fuerte y rápido, igual que en otros deportes. “Súperhombres”, como les llama Chus Mateo, técnico del Madrid, condenados a un calendario agotador: los blancos suman ya 75 encuentros este curso. Ahí apunta también Álex Mumbrú, que jugó 21 temporadas en la ACB desde su estreno en 1997 y que ahora entrena a Alemania, campeona mundial: “Lo que ha cambiado más desde mi época es el calendario. Es tan salvaje… Hay tantos partidos y de tanto nivel que necesitas mucho físico para poder aguantarlo. Por eso los clubes han de fichar pensando en ese perfil de jugador potente que resista tanta carga. El nivel es brutal. No son máquinas y les exigimos ganar. Un conjunto de Euroliga puede jugar ocho partidos en 15 días. Es una salvajada”.
“El baloncesto va donde los físicos nos dejan ir”, abunda Sito Alonso, entrenador del UCAM Murcia y próximo seleccionador de Letonia; “los físicos de la actualidad son superiores a los de hace 20 años, ya no digo hace 30 o 40, y hay unas normas, un arbitraje, que cuando juegas muchas competiciones varía en función del partido o el torneo. Unicaja, para bien, pone el baloncesto al límite, a un nivel de exigencia muy alto para el rival. Entiendo a Marcelinho porque es uno de los que más recibe este tipo de contactos y cuando los recibe de un equipo durante 40 minutos el trabajo que tiene que hacer es extra. El baloncesto es esto en este momento, y la manera en que te haces respetar en este juego físico es lo que te hace ganar partidos”.
En ese caldo de cultivo se juega esta Final Four de la Champions, una competición revalorizada porque será una de las vías de acceso a la futura NBA europea. Y un torneo que en ocho cursos ha coronado en cinco ocasiones a un equipo español. El Tenerife inauguró el palmarés en 2017 y repitió triunfo en 2022, el San Pablo Burgos firmó un doblete en 2020 y 2021 y el Unicaja es el actual campeón después de vencer a los tinerfeños en la final de la temporada pasada en Belgrado. El conjunto malagueño busca su cuarto título de esta campaña tras levantar ya la Intercontinental, la Supercopa y la Copa (estos dos últimos ante el Madrid). El destino le reúne en Atenas con su gran rival de los últimos años, el Tenerife de Marcelinho, en medio del debate sobre la esencia del baloncesto.
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