El secretario del Trabajo de México, Marath Bolaños, sabe que el desafío más relevante del sexenio de Claudia Sheinbaum será la reducción de la jornada laboral de 48 a 40 horas semanales. La presidenta mexicana anunció esta semana que en un plazo máximo de cinco años todos los trabajadores en el país tendrán derecho a dos días de descanso por cada cinco trabajados. México es uno de los países de la OCDE donde las personas dedican más horas a sus empleos y desde 1917 ha evitado revisar la pertinencia de la jornada laboral. Bolaños (Nezahualcóyotl, 38 años) reconoce, en entrevista con EL PAÍS, que la tarea es una cuesta que implicará poner de acuerdo a los trabajadores, los sindicatos y los empresarios sobre cómo llegar al objetivo. Esta no es la primera vez que el Gobierno mexicano se propone a cambiar las condiciones de los trabajadores en México: en 2019 comenzó un gradual pero significativo aumento al salario mínimo y en 2021 eliminó por ley la subcontratación a través del outsourcing. En específico, el debate sobre la reducción de la semana laboral llevaba años en el tintero, entrampado en promesas y laberintos legislativos, un bucle de más de un siglo que Sheinbaum quiere romper al final de su mandato.

Pregunta. ¿Cuál será la ruta para la implementación de la jornada de 40 horas?

Respuesta. Es una solicitud que han hecho muchísimos trabajadores que buscan mejorar las condiciones de vida. Después de prácticamente 100 años de no abordar el tema, estamos en un momento en el que es propicio mejorar las condiciones laborales, además, los empresarios están muy sensibilizados y muy hechos a la idea de que es posible pensar en un esquema. Nos dimos a la tarea de hablar con ellos y de ahí que se haya hecho un planteamiento de la gradualidad, pero tenemos una fecha límite en 2030. Más allá de tener un plan concreto de cuántas serían las horas que tendríamos que ir reduciendo año con año, esto va a derivar en los foros que vamos a tener con los empresarios, los trabajadores y la academia. Queremos que sea una propuesta sólida.

P. ¿Cuáles son las condiciones en las que se llevarán a cabo los foros?

R. No van a ser solamente en la Ciudad de México, vamos a visitar ciudades en los Estados del Norte, en el Bajío y en el occidente del país. El plan es hacer, a lo largo del mes, 10 foros que nos permitan tener una fotografía completa, con las aportaciones de los empresarios, los trabajadores y académicos. Queremos que con mucha claridad se dé certidumbre al proceso de implementación. Los foros inician el 2 de junio y esperamos que para la primera semana de julio ya tengamos las conclusiones.

P. ¿Por qué la iniciativa tiene un plazo en años?

R. Con lo que hemos visto en la implementación en otros países, esa gradualidad siempre da la oportunidad para que las empresas vayan adecuando sus procesos.

P. ¿Se cambiará la Ley Federal del Trabajo para 2030?

R. Sí, claro. Tenemos ya identificado cuál sería el instrumento jurídico, pero si hay otro tipo de planteamiento derivado de los foros, habría que ver si tiene algún otro alcance.

Marath Bolaños durante la rueda de prensa de la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, el 25 de abril.

P. ¿Por qué no optó el Gobierno por cambiar la ley directamente?

R. Hemos dado pasos con los sectores involucrados antes de hacer los planteamientos. Estudiamos los temas, hablamos con todos los actores y después de eso, ya con una propuesta clara, lo ponemos a discusión. Así, la propuesta se nutre y se refuerza. Ya entonces se hace el planteamiento de qué modificación legal se tendría que dar. Por eso, todas las medidas que se han hecho en materia laboral han sido por consenso con todos los actores. Eso ha dado también la solidez de avanzar con claridad y con el conocimiento de cuáles van a ser las reglas para todos.

P. En 2022 se hizo la propuesta en el Congreso, pero no pudo avanzar.

R. En ese momento estaban aconteciendo muchas cosas. Veníamos de empezar con el aumento del salario mínimo y estábamos instrumentando la reforma del outsourcing. De lo que se trata es de ir avanzando en mejorar el ingreso de los trabajadores, las condiciones laborales, pero también que lo vayamos haciendo de la mano de todo el aparato productivo. Por ejemplo, en el caso del outsourcing, fueron tres millones de trabajadores que fueron reconocidos por sus verdaderos empleadores. Esto tuvo un impacto en otro derecho constitucional que se había debilitado durante todo el periodo neoliberal: el de reparto de utilidades. Que la presidenta Sheinbaum ahora presente la propuesta es de lo más oportuno, porque ya vamos en otra etapa distinta del aumento salarial, de la implementación de la reforma del outsourcing y de la reforma laboral de 2019. Es un momento apto para ello.

P. ¿Hay alguna posibilidad de que en estos foros se caiga la propuesta?

R. La propuesta va, es ya una realidad y estamos totalmente seguros. El objetivo es que en el año 2030 todos los trabajadores estén en el marco de las 40 horas. Nuestro límite es enero de 2030, pero podríamos llegar a ese objetivo en menos tiempo, en 2029, por ejemplo. La propuesta va a avanzar. Es una convicción no solamente de principios de la Cuarta Transformación, sino un compromiso del Gobierno de la presidenta Sheinbaum.

P. Los empresarios tienen una lectura distinta y dicen que no es el momento por la desaceleración económica.

R. Les diría que todo momento es el propicio para mejorar las condiciones de los trabajadores. También se decía eso del resto de reforma que hemos hecho. Y los beneficios han sido amplísimos y constatables. México es de los países de la OCDE que más trabaja y muchos de los países miembro ya están en el esquema de 40 horas e incluso algunos van por menos horas.

P. Los empleos de 48 horas en México, generalmente, son los trabajos más precarizados. ¿Cómo evitar que sigan siendo estos trabajadores los más afectados en el proceso de gradualidad para reducir la semana laboral?

R. Los trabajadores que trabajan más horas no es porque quieran trabajar más horas, es porque quieren recibir más ingresos. Derivado de la discusión sobre la reducción de la semana laboral, también se tiene que abrir la discusión sobre cuál va a ser el planteamiento de las horas extras. Actualmente, se tienen 48 horas más 9 horas extras. Lo que estamos pensando es en que se haga un esquema complementario.

P. ¿Cuántos empleados se van a beneficiar con esta medida?

R. Es prácticamente cerca del 48% de la fuerza laboral que tenemos formalmente registrada. Lo que vamos a tener es un impacto grandísimo.

P. México es famoso porque la gente trabaja mucho, ¿cree que se va a necesitar algún tipo de impulso de la cultura laboral tanto en patrones como en trabajadores?

R. Hay una cultura laboral muy desarrollada y eso nos ayuda en los cambios que se han planteado en materia laboral. México ya dejó esa idea de que es un país atractivo por la mano de obra barata. Si hay algo que podemos destacar ahora, y sobre todo con la articulación del TMEC, es que México tiene una fuerza laboral muy capacitada y eso ha sido parte del atractivo para que vengan a México a invertir.

Bolaños en su oficina en Ciudad de México.

P. La Secretaría del Trabajo va a implementar estos cambios laborales en paralelo a la revisión del TMEC, ¿esta es una ventaja para llegar a la negociación del acuerdo en 2026?

R. En realidad, no lo veo vinculado. El capítulo laboral del tratado (TMEC), en realidad, habla sobre la negociación colectiva auténtica y la libertad sindical, y eso ya es una realidad a partir de la reforma de 2019 y se va implementando. Hemos participado en cerca de 10.000 procesos de validación, tanto de la elección de los trabajadores por sus liderazgos como sobre la legitimación de los contratos colectivos de trabajo.

P. ¿Sin embargo, la Secretaría ya está preparando su estrategia de cara a la revisión de 2026, sobre todo, respecto al mecanismo laboral de respuesta rápida?

R. Sí, tenemos poco más de 30 asuntos que se han planteado a través de este mecanismo y en muy buena parte de ellos los resultados han sido que no hay, en realidad, materia en el fondo. El mecanismo debe calibrarse para que pueda tener mayor puntería y certeza.

P. ¿Cuáles son las reformas que seguirán en la llamada primavera laboral de este Gobierno?

R. Lo que tenemos como una hoja de ruta a seguir es alcanzar las 2,5 canastas básicas de ingreso para el caso del salario mínimo. Seguimos, además, con la implementación de la reforma del outsourcing y hemos hecho la actualización de la tabla de enfermedades y de incapacidades, una tabla que no se había actualizado en 52 años, por ejemplo, no existía en esta tabla el covid y esa es una medida que ya se está implementado.

La presidenta Sheinbaum nos pidió, también, que sigamos con la implementación de la reforma laboral a los trabajadores de plataformas digitales. Eso ya está en curso, hacia el mes de junio arranca el piloto obligatorio de seis meses en el que las plataformas tienen que ofrecer seguridad social para los trabajadores que alcancen el salario mínimo. Es un modelo innovador porque el negocio de las plataformas digitales tiene una intermitencia y se tiene que ver de qué manera, aun con esa intermitencia, se generan los derechos laborales que tienen que cubrirse por parte de las plataformas digitales.



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