Les está quedando un Madrid precioso, aunque no sé para quién. Para el que haya nacido aquí, o el que vino a estudiar y se quedó, o el que encontró aquí su primer trabajo y se asentó, no, para esas personas no. Para el millonario extranjero, para el que heredó la empresa familiar, para el rentista con 20 pisos en alquiler, para el que emprende con el colchón de su familia de apellido compuesto, para ellos sí. Al resto la ciudad nos echa. Más que Madrid, quién nos echa son aquellas personas que deciden sobre Madrid. Después de años viviendo en la capital, creando vínculos de amistad, pareja, teniendo hijos que han nacido aquí y siendo una vecina real, no un turista de paso o un fondo buitre, siento que en un corto-medio plazo tendré que recoger mi vida y llevarla a una ciudad que de verdad quiera tener personas que la habiten, y no simples consumidores elitistas que transiten y posteen.
Cristina Prados Corral. Madrid
Después de Gaza
Después de lo que está haciendo con total impunidad y chulería macarra el Gobierno de Netanyahu en Gaza ¿de qué noticia nos vamos a escandalizar a partir de ahora, y calificar como miserable, insoportable, inhumana, desalmada y de un sadismo colosal, cruel y despiadado?
Manu Ballesteros Rodríguez. Bilbao
Justicia justa
Sandro Rosell, expresidente del Barcelona, pasó 645 días en prisión por organización criminal, blanqueo de capitales, comisiones de partidos de la selección brasileña. La Audiencia Nacional lo ha absuelto de los delitos y ha fijado una indemnización de 232.000 euros, por los perjuicios causados. Ahmed Tommouhi (marroquí) ha pasado 15 años en prisión acusado de violación. Se ha demostrado por pruebas de ADN que la violación ni otros delitos fueron cometidos por él, según sentencia 531 de 2023 (26 años después de los hechos, en 2006). La Audiencia Nacional se negó el mes pasado a indemnizar a Tommouhi, se le niega la reparación económica, con el daño que sufrió este señor y su familia. ¿Es justa la justicia?
Antonio Romero Martínez. Boadilla del Monte (Madrid)
Son el futuro
Miles de jóvenes con una formación sólida y las ganas de aportar se enfrentan a un mercado laboral escaso de estabilidad y oportunidades. Un mercado que, al parecer, solo les puede ofrecer contratos de prácticas, contratos de larga duración pero con escaso salario, o contratos de jornada completa, pero sin derechos laborales. En estas condiciones, desarrollar una experiencia laboral conforme a la que suelen requerir la mayoría de los puestos se vuelve imposible. Estamos ante un modelo que no solo mina la motivación de los jóvenes, sino que obliga a muchos de ellos a buscar en el extranjero lo que aquí se les niega. Apostar por el talento joven no es solo una cuestión de justicia, sino de invertir en el futuro del país.
Juan Nuño Cortés. Zaragoza
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