La Casa Blanca ha publicado este viernes el plan presupuestario del presidente Donald Trump para 2026, como cierre a sus tumultuosos primeros cien días de mandato. Se trata de una propuesta de máximos que luego las Cámaras se encargarán de modular, que aspira a recortar, si no eliminar, el gasto en muchos programas gubernamentales como la atención infantil, la investigación de enfermedades, las energías renovables y el mantenimiento de la paz en el mundo; muchos de ellos ya objeto de recortes por el Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE, en sus siglas inglesas) de Elon Musk. Para la agenda de deportaciones masivas de la Administración republicana, al contrario, se prevé un aumento de fondos. En conjunto, el plan presentado este viernes aspira a reducir de manera considerable, casi en un 23%, las cuentas nacionales, es decir, el gasto discrecional no relacionado con la inversión en defensa.

El presupuesto de Trump se hace especial eco de sus promesas de acabar con los programas woke, incluidas las subvenciones a la educación preescolar a los Estados que hayan adoptado programas y políticas de diversidad e inclusión de minorías. El borrador también refleja su promesa de poner fin a la “militarización del gobierno” reduciendo drásticamente el Servicio de Impuestos Internos (IRS, en sus siglas inglesas; Hacienda), a pesar de que los críticos le acusan de utilizar los resortes del poder para castigar a las personas e instituciones que no le gustan.

A la vez, la Casa Blanca espera que el Congreso, donde los republicanos gozan de una mayoría exigua, desbloquee 375.000 millones de dólares en nuevos fondos para los departamentos de Seguridad Nacional y Defensa para repeler lo que el presidente Trump califica de “invasión extranjera”, aunque las llegadas de inmigrantes a Estados Unidos están en mínimos históricos.

El presidente de la Cámara de Representantes, Mike Johnson, ha acogido el plan de la Casa Blanca como “un proyecto audaz que refleja los valores de los estadounidenses trabajadores y el compromiso con la fortaleza y la prosperidad de Estados Unidos”. En la práctica, los tres grandes ganadores son el gasto en defensa, la seguridad fronteriza y la atención sanitaria para los veteranos, mientras que los programas de vivienda, salud y clima sufrirán recortes masivos.

Considerada a menudo una declaración de intenciones, esta propuesta de presupuestos no se convierte automáticamente en ley, sino en moneda de cambio para las negociaciones de la financiación en el próximo año fiscal. Tiene además el valor añadido de acuñar los objetivos ya adelantados del segundo mandato del republicano. Su publicación se produce, además, cuando Trump ha impuesto unilateralmente miles de millones de dólares en aumentos fiscales en forma de aranceles, desencadenando una guerra comercial que tiene a consumidores, empresarios y líderes extranjeros preocupados por una posible recesión económica.

Los demócratas han tachado el presupuesto de “presagio devastador de la visión de Trump” para el país y por extensión para el mundo, como lo relativo a la financiación de programas de mantenimiento de la paz y el paulatino desenganche de EE UU de agencias de la ONU. “Trump ha dejado claras sus prioridades: quiere eliminar programas que ayudan a los trabajadores estadounidenses”, ha dicho la senadora Patty Murray, la demócrata de mayor rango en el Comité de Asignaciones, citada por la agencia AP, “mientras alienta enormes exenciones fiscales a multimillonarios como él y aumenta los impuestos a los estadounidenses de clase media con sus imprudentes aranceles”.

La Oficina de Gestión y Presupuesto de la Casa Blanca, dirigida por Russell Vought, uno de los principales artífices del Proyecto 2025 de la conservadora Heritage Foundation, ha esbozado así una versión delgada, que sólo incluye las cifras principales y abarca únicamente el gasto discrecional del Gobierno federal, que actualmente asciende a unos 1,83 billones de dólares anuales. El equipo de Trump reduce ese gasto en 163.000 millones de dólares, hasta 1,69 billones, una parte del presupuesto nacional de casi siete billones que incluye muchos más programas y servicios.



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