Los cinco opositores venezolanos que desde hace más de un año se encontraban refugiados en la Embajada de Argentina en Caracas han sido liberados y trasladados a “suelo estadounidense”, según han confirmado el secretario de Estado, Marco Rubio, y la líder opositora María Corina Machado. Las circunstancias de la liberación se desconocían a última hora de la tarde del martes, aunque los mensajes de Rubio y Machado apuntaban a un “rescate” y a una operación “inédita”.
Rubio aseguró que la salida de los opositores se trató de una “operación de precisión”. “Estados Unidos celebra el exitoso rescate de todos los rehenes retenidos por el régimen de Maduro. Después de una operación precisa, todos los rehenes están en suelo de Estados Unidos”, publicó en un mensaje en X, que luego replicó Machado para confirmar la salida de sus colaboradores: “Extendemos nuestra gratitud a todo el personal involucrado en esta operación y a nuestros socios que ayudaron a asegurar la liberación segura de estos héroes venezolanos”, agregó el funcionario estadounidense.
Los dirigente políticos que habían recibido de asilo de Argentina son Magalli Meda, jefa de campaña de Edmundo González; Claudia Macero, que encabezaba el equipo de comunicaciones de Machado; Omar González Moreno, exdiputado a la Asamblea Nacional; Pedro Urruchurtu y Humberto Villalobos, todos ellos miembros de Vente Venezuela, el partido político que encabeza Machado. Hasta diciembre los acompañó como refugiado el político Fernando Martínez Mottola, quien abandonó la sede en diciembre pasado y falleció en febrero.
Los seis se refugiaron en la Embajada argentina en febrero de 2024, después de que la Fiscalía venezolana girara órdenes de captura bajo acusaciones de supuesta conspiración. Desde que Venezuela rompió las relaciones con Argentina cuando el presidente Javier Milei desconoció los resultados de las elecciones presidenciales del pasado 28 de julio, la sede diplomática estaba bajo protección de Brasil.
El Gobierno de Argentina ha celebrado la salida de los opositores como “extracción”. En un comunicado, la Presidencia agradeció a Estados Unidos por la operación y aseguró que seguirán “trabajando fuertemente en la cooperación” para lograr la liberación del gendarme Nahuel Gallo, detenido bajo acusaciones de terrorismo durante una visita de turismo en Venezuela en diciembre pasado. Las reacciones de Estados Unidos y Argentina se producen sin que Venezuela haya dado su versión hasta ahora. La noche de este martes, en los canales oficiales del Gobierno han informado de la llegada a Moscú del presidente Maduro y su esposa, Cilia Flores, para las celebraciones del Día de la Victoria, a las que lo ha invitado Vladímir Putin.
Los últimos meses vividos por los opositores en la sede diplomática argentina fueron un calvario. El inmueble fue asediado constantemente por decenas de funcionarios policiales armados. Los refugiados denunciaron que les cortaron la electricidad durante varias semanas e impidieron el ingreso de agua y alimentos.
Hasta diciembre, los políticos fueron atendidos por el personal diplomático local que trabajaba para Argentina. Estos trabajadores fueron retirados luego de que escalaron las tensiones entre Maduro y Milei por la detención de Gallo y, luego, de un chofer de la embajada venezolano. Ambos continúan presos. A partir de ese momento los cinco colaboradores de Machado quedaron solos en la quinta que servía de residencia a los embajadores de Argentina, ubicada en la exclusiva zona de Las Mercedes, con las sedes diplomáticas de Rusia y Corea del Norte de vecinas.
Los refugiados solicitaron por meses salvoconductos para salir del país que el Gobierno venezolano reiteradas veces negó. Sin embargo, en febrero pasado, Caracas y Washington, en los primeros días de Donald Trump en la Casa Blanca, lograron entenderse para la liberación de seis ciudadanos estadounidenses presos en Venezuela, a cambio de la recepción de vuelos de deportación de migrantes venezolanos detenidos en Estados Unidos.
Las deportaciones se detuvieron por unas semanas y llevaron a Trump a endurecer la relación con Maduro, por lo que reimpuso las sanciones petrolera. Las hostilidades mutuas volvieron entre los mandatarios, pero los vuelos con deportados han continuado aterrizando en Caracas, incluso en medio de las tensiones crecieron con la deportación de migrantes venezolanos a la megacárcel de Nayib Bukele en El Salvador. Pero ha sido Bukele el que hace unas semanas desafió al Gobierno venezolano con el ofrecimiento de entregar a los deportados venezolanos que ha encarcelado sin juicios en su país a cambio de un número igual de presos políticos en Venezuela, entre los que se cuentan —además de activistas, periodistas y políticos— gran parte de los miembros de Vente, el partido de Machado, y Rafael Tudares, el yerno de Edmundo González Urrutia.
Comentarios