Doble sorpresa en las semifinales de la Conferencia Este de la NBA. Los dos favoritos para llegar a la final están contra las cuerdas tras los primeros cuatro partidos de sus respectivas semifinales. Si el domingo fueron los Indiana Pacers los que se pusieron tres partidos a uno frente a los Cleveland Cavaliers, el mejor equipo del Este en la temporada regular, este lunes han sido los New York Knicks los que han puesto a los actuales campeones de la NBA, los Celtics de Boston, al borde de la eliminación con su victoria en el cuarto partido de su serie (121-113). Lo que parecía la final cantada del Este ahora se antoja una quimera.

El Madison Square Garden de Nueva York fue una fiesta este lunes con la victoria de los Knicks. Tras un inicio de partido en que Boston llevó la voz cantante y llegó con 11 puntos tanto al final del primer cuarto como al descanso, los Celtics perdieron su ventaja en el tercer cuarto frente al empuje local y se hundieron en los últimos minutos. Un triple de Tatum empató por última vez a 102 antes de que Anunoby encestara otro tiro de tres puntos y los Knicks lo cerraran definitivamente con una racha de 11-0 que puso el marcador 116-104.

Jalen Brunson, con 39 puntos, lideró a los locales, y se vio bien acompañado por Karl-Anthony Towns, Mikal Bridges y OG Anunoby, con 23, 23 y 20 puntos, respectivamente.

Por parte de los Celtics, Jayson Tatum sumó 42 puntos; Derrick White, 23, y Jaylen Brown, 20. Los triples que entraban en el primer cuarto, cuando los visitantes se escaparon, dejaron de hacer diana el resto del partido.

El duelo se dirimió en la zona, tanto por el mayor poder reboteador de los locales como por su anotación desde cerca. Los Knicks capturaron 43 rebotes, frente a 31 de los Celtics, y sumaron 60 puntos en el juego interior, por 32 de los visitantes. Durante toda la serie, Kristaps Porziņģis ha rendido por debajo de sus posibilidades, hasta el punto de que Al Horford le ha arrebatado la titularidad. El veterano dominicano, sin embargo, no pudo frente a Towns y Anunoby.

Para colmo, Tatum se retiró lesionado a poco menos de tres minutos para el final del partido y una hipotética ausencia compromete aún más la posición de los campeones, que se quedan sin margen de error y necesitarían ganar tres partidos seguidos para librarse de la eliminación. La imagen de Tatum en silla de ruedas en el túnel de vestuarios no es buen presagio para los de Boston. Los Knicks empiezan a saborear su primera final de conferencia desde 2000, un año en que cayeron frente a los Indiana Pacers, que podrían volver a ser sus rivales un cuarto de siglo después.

Solo en 14 ocasiones en la historia de la NBA se ha remontado una eliminatoria desde un 3-1 adverso. Esa es la situación en la que se encuentran los dos equipos que parecían predestinados a jugar la final de la Conferencia Este. Nadie ha remontado esa desventaja desde que los Denver Nuggets lo hicieron dos veces en 2020 en la burbuja de la pandemia. Antes de eso, Cleveland remontó ante Golden State en las finales de la NBA de 2016.

Los Cavaliers, que cerraron una sobresaliente temporada regular y pasaron la primera ronda de las eliminatorias con la mayor diferencia de puntos en la historia de los playoffs, se han visto mermados por las sucesivas lesiones de Darius Garland, Evan Mobley y Donovan Mitchell. El domingo cayeron aplastados en Indiana y tienen muy complicado salvarse de la eliminación.



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