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La lectura del padrón de una ciudad da cuenta de la composición de su población: en Barcelona hace años que aumenta ligeramente (alcanza los 1,7 millones de personas) por la llegada de migrantes, que cada vez tienen más peso (la población con nacionalidad extranjera es el 26,4%), y solo un 45% de los habitantes son nacidos en la ciudad. Pero hay otros capítulos apasionantes para analizar una urbe: como el de los domicilios y su composición. E igual que este apartado muestra como en Barcelona los niños pierden peso, apunta que ganan peso los domicilios unipersonales. En la lectura a 1 de enero de este año, son un 31,6% del total (215.153 domicilios). La media española de hogares unipersonales es inferior, del 28%.
En estos hogares de una sola persona, un fenómeno que la responsable del departamento de Estadística y Difusión de Datos, María Jesús Calvo califica de “sólido, tras haber crecido mucho en los últimos años”, las mujeres son mayoría holgada (61%, en parte porque viven más, pero no es la única razón), frente a un 39% de hombres. “Es un rasgo recurrente en muchos ámbitos territoriales: cuánto más desarrollado está el Estado del Bienestar, más posibilidades hay de vivir solo. Y cuánto más grande es la incorporación de las mujeres al mercado de trabajo, menos dependientes son los hombres, y más eligen vivir solas”, señala el informe La población de Barcelona en 2025, publicado este sábado por la Oficina Municipal de Datos (OMD).
“A parte de aspectos como la autonomía o la intimidad, el aumento de la esperanza de vida (superior entre las mujeres) y la eclosión de las telecomunicaciones juegan a favor de la expansión de los hogares unipersonales de los dos sexos”, añade el trabajo. En los últimos 28 años, la distancia entre los dos colectivos se ha acortado señala Calvo, y el porcentaje de hogares con un solo hombre ha incrementado notablemente, un 23%. Más allá de los domicilios unipersonales, los de dos personas son el 29% del total en la ciudad; y los de tres y cuatro personas, el 21%.
Otra realidad que muestran los datos de los domicilios es que desde hace casi tres décadas no paran de aumentar los hogares, al tiempo que cae el número de personas que viven en cada piso. Desde 1997 los domicilios han crecido en casi 100.000, mientras la ocupación ha caído de 2,7 personas por hogar a 2,48. Aunque ojo, desde hace dos años la cifra aumenta ligeramente, una explicación que habrá que buscar en en futuras encuestas de condiciones de vida.
La población crece hasta 1.732.066 vecinos
En global, la lectura del padrón de Barcelona a 1 de enero muestra, sintetiza María Jesús Calvo, que “se consolidan las tendencias de los últimos años, pero se ralentizan: continúa creciendo la población, pero a un ritmo menor, y el peso de la población extranjera crece, pero también más lentamente”. La población de Barcelona es de 1.732.066 vecinos, 30.000 personas más que hace un año (un 1,7% más) y la cifra más alta en 40 años. La natalidad y mortalidad han frenado el ritmo de descenso, y la inmigración y emigración se han estabilizado. La media de edad es de 44,4 años, con una esperanza de vida de entre 85 y 86 años las mujeres, y 80 los hombres. Si se observan los barrios, la población ha crecido en 70 de los 73. Y crece de forma destacable en La Clota (que alcanza los mil vecinos) y La Marina del Prat Vermell, donde la construcción del nuevo barrio atrae nuevos empadronamientos.
También aumentan las personas centenarias (1.104 de las que el 84% son mujeres) y el nivel académico de los mayores de 16 años, que en un 37% son universitarios o tiene estudios de formación profesional de grado superior. Por lugar de nacimiento, Barcelona sigue perdiendo población autóctona, nacida en la ciudad. En este sentido, si 2019 fue el primer año en que los autóctonos perdieron la mayoría entre el total de vecinos, este 2025 los nacidos en la ciudad solo son el 45%. De los nacidos en el extranjero, los países de procedencia con más peso son Argentina, Colombia y Perú. Y por nacionalidades, el 26,4% de la población barcelonesa tiene nacionalidad extranjera. Por este orden, las más numerosas son la italiana (que suma nacidos en Italia, Argentina y Uruguay), colombiana, paquistaní, china y peruana. En total hay 182 nacionalidades, tras dos incorporaciones: Santa Lucía y Timor Oriental.
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