Portada del libro 'Las temporadas de mi vida: memorias y recuerdos de aquel fútbol', de Raúl Ruiz Benito.

Hubo un tiempo en el que tres futbolistas juveniles podían ser traspasados por 40.000 pesetas y dos sacos llenos de balones. En el que el dueño de una cafetería de una ciudad capital de provincia podía ser el presidente de un club de fútbol con aspiraciones de llegar a la élite. En el que las victorias valían dos puntos y existían los conceptos de “positivos” —para acompañar los puntos que se lograban fuera de casa— y “negativos” —para hacer lo propio con los que se dejaban de ganar como local—. Un tiempo en el que una herida en la cabeza se solucionaba momentáneamente con un aparatoso vendaje y en el que muchos futbolistas tenían que compaginar el deporte con el servicio militar, que por aquel entonces era obligatorio. En aquella época, que un equipo modesto diera una sorpresa eliminando en la Copa del Rey a otro de mayor categoría era muy complicado; las eliminatorias se jugaban a doble partido. Sin embargo, hay algo que permanece inalterable desde el principio de los tiempos. Que sucedió en aquella época, sucede hoy y sucederá mañana: los singulares giros del destino.

Casi toda España conoció a Raúl Ruiz cuando el Numancia, el equipo en el que jugaba, se enfrentó al Barcelona en la Copa de la temporada 1995-1996. El club soriano había eliminado a la Real Sociedad, al Racing de Santander y al Sporting de Gijón —todos ellos en Primera—, en una versión futbolera del cuento de la Cenicienta. En el extinto Canal + alguien tuvo la brillante idea de darle a Raúl una cámara para que grabara todo lo que viviera en la expedición al Camp Nou. Su gracia natural y su espontaneidad, sumados al inesperado éxito del Numancia, lo convirtieron en una estrella. Tres décadas después firma, junto a Juan R. Apolo, Las temporadas de mi vida (Aguilar), un libro en el que el ex futbolista —delineante de formación y polifacético comunicador— narra sus temporadas en activo con gran agilidad, un entrañable sentido del humor, numerosos e interesantes detalles y el aroma de unos inolvidables años de fútbol que ya no volverán.



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