[ad_1]
Esta es la versión web de Americanas, la newsletter de EL PAÍS América en el que aborda noticias e ideas con perspectiva de género. Si quieren suscribirse, pueden hacerlo en este enlace.
A sus 89 años, Martha Rosenberg, una psicoanalista y médica argentina, recuerda el día hace exactamente 20 años en el que, con otras compañeras, lanzaron la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito: “Fue muy importante. Estábamos muy contentas porque habíamos conseguido ponernos de acuerdo con el nombre, que es muy largo y muy explícito. Y también con los tres lemas: ‘Educación sexual para decidir, anticonceptivos para no abortar, aborto legal para no morir”, rememora. “Pusimos mesas en las calles para recoger firmas. La gente se paraba, acordaba o protestaba, pero lo importante es que se hablaba del tema”.
El 28 de mayo es el Día Internacional de Acción por la Salud de las Mujeres, una fecha clave pensada en 1987 para poner en agenda la necesidad de garantizar el acceso equitativo y respetuoso a la salud sexual y reproductiva, especialmente en contextos donde el aborto era penalizado y los sistemas de salud ignoraban las necesidades de las mujeres. Ese día de 2005 fue el elegido en Argentina para lanzar la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito, una alianza federal formada por cientos de organizaciones feministas y de derechos humanos. Veinte años después, el país tiene ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo, y un Gobierno que se opone a este derecho. Pero volvamos al comienzo.
“Ese día aparecieron los pañuelos verdes en las calles, que ya existían, pero aún no circulaban tanto”, suma otra de las fundadoras de la Campaña, Marta Alanis, una educadora popular y referente de Católicas por el Derecho a Decidir en Argentina, que hoy tiene 76 años. El pañuelo remitía a las Madres de Plaza de Mayo, símbolo de lucha en el país. Eligieron el verde porque era un color que no se relacionaba a ningún partido político y transmitía esperanza. Según recuerda esta madre de cuatro hijos y abuela, la idea de lanzar la campaña maduró en los Encuentros Nacionales de Mujeres (ENM). En el de Mendoza de 2004, decidieron lanzarlo.
“En el primer Encuentro de 1986 ya reclamábamos el aborto, pero dentro del taller de salud y en el marco de la anticoncepción”, dice de aquellas reuniones que congregaban a decenas de miles de argentinas Nina Brugo, una abogada laboralista y militante política de 81 años que tuvo que exiliarse durante la dictadura militar. “Luego se empezó a hablar un poco más, cuando regresó de su exilio en Francia Dora Coledesky, que trajo la inquietud y formó la Comisión por el Derecho al Aborto”, añade.
Coledesky, una abogada, militante feminista, obrera textil y sindicalista, murió en 2009 a los 81 años sin que se hubiera aprobado el aborto legal en el país. Seis años antes, en 2003, habló en el Encuentro de Rosario, donde se celebraron talleres estratégicos por el derecho al aborto. “Nos hizo ver y pensar que el derecho a interrumpir el embarazo era el derecho a decidir nuestras vidas, a la igualdad, y que iba mucho más allá de la interrupción del embarazo, fue extraordinario escucharla”, recuerda Brugo.

“Al ser profesora de Derecho de Familia en la universidad, enseguida percibí que el derecho no era neutral, sino que, junto a la justicia, eran el brazo que tenía el patriarcado para continuar con la sumisión de las mujeres”, rememora la abogada Nelly Minyersky, de 96 años. “Así que, me dediqué a trabajar para mejorar el derecho que nos sometía, y conseguimos leyes muy importantes, pero no llegábamos a la esencia del patriarcado, que era el propio cuerpo, y que no se nos redujera a simples reproductoras. Era una asignatura pendiente, y por eso me acerqué a la Campaña”.
De tema “tabú” al Congreso
Desde su creación, la Campaña redactó un Proyecto de Interrupción Voluntaria del Embarazo (IVE) que fue presentando al Congreso durante años sin éxito, hasta 2018. El contexto había cambiado gracias a las marchas del #NiUnaMenos y su lucha contra la violencia machista y el movimiento #MeToo contra los abusos. “Era tal la magnitud del movimiento que habíamos armado que el entonces presidente Mauricio Macri habilitó que se tratara el tema. Instituimos los martes verdes, movilizamos gente. Así se armó la marea verde. Conseguimos que el proyecto se aprobara en Diputados con una diferencia de muy pocos votos, pero en el Senado no resultó igual”, lamenta Brugo.
Otra de las pioneras, Dora Barrancos, socióloga, historiadora y educadora de 84 años, no recuerda ese momento como una derrota. “No se comprometía la conquista final”, dice y destaca que, en aquel momento, la campaña ya mostraba una “enorme capacidad” para atraer a grupos de todo el país.
“Fue una etapa inolvidable para mi vida, y a mi edad”, agrega Minyersky, quien participó como experta en el debate en el Congreso. “Fue una emoción que llenó mi vida de plenitud. La campaña fue un árbol con muchas ramas: las socorristas, las profesionales de la salud, de la educación, las defensoras de la Educación Sexual Integral, junto a la marea verde, el mar, las aguas, los árboles, todo se concentra en nuestro pañuelo verde”.
De aquella época, Alanis recuerda las marchas y pañuelazos cada vez mayores: pasaron de ser 70 organizaciones a 750, y fueron sumando apoyos de escritores, intelectuales y deportistas. “La legitimidad que la Campaña le dio al derecho al aborto fue fuertísima”, dice. “Siempre está entre los argumentos de este derecho que lo defendemos por una cuestión de justicia social, de derechos humanos y de igualdad”.

En 2020, Barrancos era asesora del expresidente Alberto Fernández: “Pasamos por la epidemia de COVID, que era un obstáculo grave, porque había una idea de que, si no había movilización en las calles, no íbamos a conseguir el aborto”. Pero justo en esa época, el Ministerio de Mujeres, el de Salud y la Secretaría de la Presidencia redactaron el proyecto del Ejecutivo, que contenía al de la Campaña, más otros conceptos fundamentales. “Entonces se lo convenció al presidente de que no se podía esperar más y el proyecto se volvió a debatir hasta que el 30 de diciembre a las 4.15 de la madrugada tuvimos el regocijo de la ley”, celebra.
La lucha sigue
La ley 27.610 entró en vigencia el 24 de enero de 2021 y, desde entonces, todas las mujeres tienen derecho a pedir la interrupción voluntaria del embarazo hasta la semana 14 inclusive, o la interrupción legal si su salud o su vida corre peligro o el embarazo es producto de un abuso.
En enero de 2024, a poco de asumir como presidente Javier Milei, un grupo de legisladores de La Libertad Avanza presentó un proyecto que proponía derogar el aborto legal. Ante el rechazo social de la propuesta, el Gobierno libertario decidió desfinanciar la ley: no compró ni distribuyó más los insumos necesarios. Milei considera que el aborto es “una aberración” y “un asesinato agravado por el vínculo”.
Por eso, estas pioneras que llevan décadas luchando saben que no es el momento de bajar los brazos. Y están dispuestas a seguir luchando para que se les garantice ese derecho a las mujeres que lo requieran. “El Gobierno actual quiere sacar la ley y complica su implementación, así que ahora estamos fiscalizando que los insumos lleguen, que se pueda garantizar en muchos lugares donde ya no se garantiza”, asegura Brugo.
“Los tratados de derechos internacionales, que es en lo que tiene apoyatura nuestra ley en la Constitución, no se han derogado. Así que si quieren derogar la ley, tienen que cambiar la Constitución. Como no pueden, desfinancian la ley”, explica Minyersky. Para ella, Argentina está pasando por una etapa “muy dura, muy grave”. “Nos gobiernan los antiderechos, y por eso la Campaña sigue viva. Vamos a seguir luchando por los derechos de las mujeres, por los ya conquistados y por los que faltan, y si derogan la ley vamos a trabajar para que vuelva y seguro conseguiremos un nuevo triunfo”.
Rosenberg, por su parte, ve esta nueva etapa de la lucha como la de “la implementación” de la ley. “Desde la presidencia de Milei y su batalla cultural, el feminismo y la diversidad sexual son los enemigos principales del régimen conservador, libertario y autoritario. Por eso es necesario mantener y reforzar todo lo que la Campaña construyó como expansión de los derechos”.
Nuestras historias recomendadas de la semana:

López ha liderado investigaciones clave que han expuesto irregularidades del Ejecutivo salvadoreño y los abusos de la guerra contra las pandillas. A su arresto se suma la renuncia del comisionado de Derechos Humanos

Casi 7.000 mujeres, la inmensa mayoría campesinas o indígenas, fueron víctimas de la práctica promovida por el régimen de Fujimori.

Juan Gregorio Salcedo, Goyo, fue detenido en la casa de su madre el 12 de junio de 1976. Tenía 29 años. Nunca se conoció su paradero

El recrudecimiento de las medidas migratorias contra haitianos en República Dominicana está exacerbando la crisis de derechos humanos. Las expulsiones debilitan también sectores vitales de la economía como el turismo o la construcción

Tras años de silenciar los problemas de fertilidad y las consecuencias de la menopausia, el mercado ha encontrado en las inseguridades de las mujeres una mina de oro

Las dos víctimas venían denunciando el temor de que sus exparejas les hicieran daño. Fueron asesinadas por domiciliarios que iban a entregarles regalos

La ‘influencer’ venezolana afincada en Madrid, con medio millón de seguidores en Instagram, publica su primer libro. En ‘Lo que nadie te contó de la maternidad’ reivindica que convertirse en madre no es una pérdida, sino una transformación

La galardonada ha desarrollado una trayectoria de medio siglo en la que su mirada antropológica se ha centrado en las comunidades indígenas y en las plantas y los pájaros
[ad_2]
Source link
Comentarios