Las ideas del cardenal Robert Prevost ―elevado este jueves a la silla de Pedro como León XIV― han sido objeto de escrutinio público desde que su nombre empezó a oírse como uno de los posibles sucesores de Francisco. Considerado un progresista moderado, el nuevo Pontífice ha optado por la prudencia en sus declaraciones públicas. Sin embargo, el nuevo papa ha generado polémica con algunas afirmaciones en asuntos como los derechos de la comunidad LGTBI, la eutanasia y los asuntos doctrinales de la Iglesia.
Estas claves incluyen datos sobre las ideas de León XIV, el peruano-estadounidense que desde este jueves es el líder espiritual de cerca de 1.400 millones de católicos. El Pontífice será el responsable de definir el papel que desempeñará una institución milenaria a la que su predecesor, el argentino Jorge Mario Bergoglio, dio voz con sus habituales intervenciones públicas.
Aborto y eutanasia
Prevost no se aparta de la posición tradicional de la Iglesia sobre la interrupción voluntaria del embarazo y la eutanasia. En su momento, el entonces obispo de Chiclayo, en la costa norte del Perú, apoyó la carta de los obispos del Perú contra la decisión judicial de autorizar ese final a la psicóloga Ana Estrada Ugarte, la primera peruana en acceder al derecho a la muerte digna. “Debemos recordar que la eutanasia siempre será el camino equivocado, porque es atentar contra el derecho inalienable a la vida”, reza el comunicado de los obispos del Perú sobre la eutanasia en 2021.
Celibato y ordenación de mujeres
En asuntos como el celibato obligatorio de los sacerdotes, el Papa ha guardado silencio, pero en otros, como la ordenación de las mujeres, ha sido contundente: “Clericalizar a las mujeres no necesariamente soluciona un problema, podría generar uno nuevo”, aseguró el cardenal Prevost en 2023.
Las demandas de mayor participación femenina dentro de la Iglesia no son nuevas, y fueron protagónicas durante el papado de Francisco. El argentino nombró a varias mujeres en cargos estratégicos del Vaticano, que antes estaban reservados a los cardenales.

Género y sexualidad
Los avances doctrinales que Francisco hizo en materia de derechos de las personas LGTBI+ ―el Papa permitió la bendición a las parejas del mismo sexo con la Fiducia Supplicans― desató fortísimas críticas internas por parte de los sectores más conservadores de la Iglesia. En 2024, Prevost resaltó que la aplicación de dicha declaración debía tener en cuenta “las diferencias culturales” de cada región: “Hay que recordar que todavía hay lugares en África que aplican la pena de muerte, por ejemplo, a las personas que viven en una relación homosexual… Así que estamos en mundos muy diferentes”. El cardenal consideró que “cada conferencia episcopal necesita tener una cierta autoridad” sobre el otorgamiento de estas bendiciones, “en términos de decir: ‘¿cómo vamos a entender esto en la realidad concreta en la que vivimos?’”.
En 2012, las posturas de Prevost eran más tradicionales. Entonces, se lamentó de que los medios y la cultura popular mostraran “simpatía por creencias y prácticas que están en desacuerdo con el Evangelio”, como “el estilo de vida homosexual” y las ″familias alternativas compuestas por parejas del mismo sexo y sus hijos adoptivos”.
Asuntos sociales
La doctrina social de la Iglesia es el punto que más acerca a León XIV hacia el pensamiento de Francisco. La elección de su nombre no es una casualidad: No solo evoca al de León XIII ―quien inauguró el enfoque social de la Iglesia con la encíclica Rerum Novarum dedicada a “la situación de los obreros”― sino que también remite al “hermano León de Asís”, quien fue el mejor amigo de San Francisco de Asís, cuyo nombre tomó el papa argentino para simbolizar su apuesta por la defensa de los pobres. Es un guiño al fallecido Pontífice, al que mencionó dos veces en su primer discurso: “Tengamos presente la voz débil, pero siempre valiente del papa Francisco, quien bendijo a Roma (…) aquella mañana de Pascua. Permítanme continuar con esa misma bendición”.
León XIV comparte con Francisco su actividad misionera en las zonas más empobrecidas de Latinoamérica. En 1985, Prevost estuvo destinado como misionero en Chulucanas, un pequeño municipio en el norte de Perú. En el país andino también entabló una amistad con el padre Gustavo Gutiérrez, también peruano y fundador de la Teología de la Liberación, un movimiento sociopolítico nacido en el seno de la Iglesia católica latinoamericana, en defensa de la opción preferencial por los pobres. Este fue un movimiento condenado por Juan Pablo II y Benedicto XVI; Francisco, en cambio, tuvo una actitud más receptiva hacia él.
En Perú, además, fue crítico con el dictador Alberto Fujimori, a quien le recomendó en 2017 “pedir perdón, personalmente, por algunas de las grandes injusticias que fueron cometidas y por las cuales él fue juzgado y sentenciado”. Durante la crisis de la covid-19, Prevost se aseguró de que la Diócesis de Chiclayo comprara dos plantas de oxígeno medicinal, gracias a una campaña solidaria. Durante las inundaciones de 2017 y 2023 en esa zona, también insto a los ciudadanos a ser solidarios con los afectados.

Doctrina de la Iglesia
En su primer discurso desde el balcón de la basílica de San Pedro, León XIV anticipó la continuidad en la visión horizontal de la Iglesia que defendió Francisco: “Queremos ser una Iglesia sinodal”, aseguró, lo que se traduce en que todos los bautizados ―incluidas mujeres, sacerdotes de parroquia y fieles en general― puedan discutir cuestiones doctrinales que los sectores más conservadores de la Iglesia consideran reservadas a la jerarquía eclesiástica. Para calmar estos ánimos tradicionalistas, el Papa optó por aparecer por primera vez en público usando la muceta papal, la estola, la cruz dorada y el roquete: las piezas que Francisco se negó a usar para dar énfasis a la sencillez que quería para su mandato.
Prevost es además el primer pontífice miembro de la Orden de San Agustín, una comunidad que se funda en principios como la vida en comunidad y un fuerte compromiso con la caridad y la justicia. Este signo determina también su visión de la Iglesia, la que anticipó en su discurso como “misionera”. “El obispo no debe ser un principito sentado en su reino”, declaró el año pasado a la web de noticias del Vaticano, según recoge The New York Times. Más bien, dijo, un líder de la Iglesia está “llamado auténticamente a ser humilde, a estar cerca de la gente a la que sirve, a caminar con ellos, a sufrir con ellos”.
Cambio climático
Las preocupaciones de León XIV en relación con el cambio climático también lo acercan a Francisco ―quien escribió su encíclica Laudato Si’ inspirado en las enseñanzas de San Agustín―. En un encuentro en el Vaticano dedicado a la crisis ambiental, el nuevo Pontífice “enfatizó que es hora de pasar de las palabras a la acción” y con base en “la doctrina social de la Iglesia”, en declaraciones recogidas por la prensa de la Santa Sede en 2024: “El dominio sobre la naturaleza —la tarea que Dios encomendó a la humanidad— no debe volverse tiránico. Debe ser una relación de reciprocidad con el medio ambiente”, afirmó.
Lucha contra la pedofilia
Durante su tiempo en el Perú, el papa León XIV apoyó a las víctimas del escándalo del Sodalicio, un poderoso grupo ultraconservador peruano que fue acusado de corrupción y de encubrir abusos a menores. Francisco lo cerró de un golpe en enero de este año, lo que generó fuertes recelos de los sectores más tradicionalistas de la iglesia del país andino que, días antes del cónclave, lo acusaron falsamente de encubrimiento. El apoyo de Prevost a las investigaciones de los reporteros Pedro Salinas y Paola Ugaz, quienes destaparon el caso con un libro en 2015, fue “decisivo”, sobre todo para darles acceso al papa Francisco.
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