La noche en la que Kevin de Bruyne se despidió de la casa del Manchester City y a Guardiola se le llenaron los ojos de lágrimas en ese adiós hubo un espacio para la sonrisa en el destronado campeón de la Premier. Volvió Rodri y todo para los deprimidos citizens pareció volver a su sitio: sumó su partido consecutivo número 36 en la Premier sin conocer la derrota. Puede parecer una anécdota porque el mediocentro saltó al campo con apenas poco más de diez minutos por jugar y el duelo ante el Bournemouth estaba resuelto, pero es también un síntoma porque pocos futbolistas tienen tal incidencia en el rendimiento colectivo como el segundo Balón de Oro de la historia del fútbol español. Desde que se lesionó Rodri el Manchester City apenas ganó el 51,9% de los partidos que ha disputado.
241 días después de romperse el ligamento cruzado anterior y los meniscos de la rodilla derecha, Rodri volvió a pilotar el centro del campo del Manchester City. “Es una buena noticia. Le quedan muchos meses para volver a su mejor nivel, pero el primer paso ya lo ha dado”, valoró Guardiola al final del partido. Ocho meses ha tardado Rodri en regresar de una lesión que en bastantes casos deja a los futbolistas en boxes durante no menos de diez meses.
El último tramo de la puesta a punto del futbolista español se inició el pasado 30 de abril. Aquel día se reincorporó a los entrenamientos colectivos y se elucubró sobre una posible aportación en la final de la FA Cup disputada el pasado sábado. No fue así. No se precipitó un regreso, ni aun con la perspectiva de un título sobre la mesa que al final se llevó el Crystal Palace. Al equipo le queda aún un desafío tras la victoria de este martes ante el Bournemouth: el de sacar al menos un punto en la visita al Fulham y asegurar una plaza en la próxima Champions League. Parece probable que Rodri pueda tener todavía más minutos el próximo domingo en Londres y el calendario le tiene además un par de guiños más preparados para cerrar la temporada sobre el césped: la final a cuatro de la Nations League, con un duelo entre España y Francia el 5 de junio y una eventual final tres días después; y el Mundial de clubs que para el City comienza el 18 de junio en Philadelphia. En ese torneo no estará De Bruyne.
Guardiola se ha pasado meses buscando soluciones para paliar la ausencia de Rodri. No las ha encontrado. Kovacic, que fue expulsado ante el Bournemouth, tiene otras características; Gündogan no ha logrado brillar en su regreso tras la campaña que pasó en Barcelona. Y John Stones, que puede alinearse en esa posición por delante de la zaga, ha encadenado lesiones desde el mes de octubre. En el mercado de invierno llegó Nico González, coruñés e hijo de Fran, mito del Deportivo. Pero aún debe cuajar. Con todo, un golazo suyo redondeó la victoria ante el Bournemouth (3-1) tras la que Guardiola exigió al club una plantilla más corta para la próxima temporada. “Me iré si no se cumple. No puedo entrenar a 24 futbolistas y dejar a cinco o seis fuera de una convocatoria. Si tenemos lesiones jugaré con canteranos”, zanjó.
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