La Unión de Clubes Europeos (UEC por sus siglas en inglés) ha solicitado una nueva medida económica en favor de aquellos clubes que no participan en la Champions League. Su nombre es la Recompensa al Desarrollo de Jugadores (PDR) y busca impulsar el fútbol base y el desarrollo de las categorías inferiores de los equipos. Este organismo, al que están afiliados más de 140 conjuntos europeos —entre ellos 13 conjuntos españoles como Granada, Osasuna, Las Palmas o Valladolid entre otros— pide a la UEFA que destine al menos el 5% de sus ingresos anuales de las Competiciones de Clubes a un nuevo mecanismo financiero. Este beneficiaría directamente a los clubes que entrenan y desarrollan a los jugadores que disputan las competiciones UEFA. “En la UEC creemos que no basta con señalar algunos de los problemas y retos actuales a los que se enfrenta la gobernanza del fútbol europeo, sino que también debemos aportar soluciones innovadoras y concretas. La PDR es un enfoque pragmático y basado en los méritos para restablecer la equidad y el equilibrio en el ecosistema del fútbol”, dice la entidad en un comunicado emitido este lunes.

Esta novedosa propuesta, que ya han presentado a la Comisión Europea y a las “principales partes interesadas del fútbol”, ha tenido una buena respuesta inicial, según la UEC. Y sigue: “Aunque la aplicación concreta de la política sigue siendo objeto de debate, el principio básico es claro: los clubes que invierten en el desarrollo de jugadores deben ser recompensados de manera justa cuando esos jugadores contribuyen al éxito de las competiciones europeas”.

El modus operandi de esta medida se basa en los minutos jugados y los premios en metálico que obtengan los jugadores que disputan la Champions. Ese dinero generado iría destinado a los clubes que formaron a estos futbolistas. Por ejemplo, el futbolista del Barcelona Jules Koundé ha jugado 1.106 minutos con el conjunto azulgrana y ha llegado a semifinales. Por lo que los 768.000 euros generados irían destinados al Girondins de Bourdeos, club donde se formó hasta los 20 años. Francesco Acerbi, futbolista del Inter, ha disputado 670 minutos con los nerazzurri y ha llegado a la final de la Liga de Campeones. Los 321.000 euros generados irían para el Pavia italiano, en el que estuvo hasta los 22 años. Los únicos equipos que no recibirían esa compensación serían aquellos que disputen esa temporada la máxima competición europea. Esto se debe a que participar en este torneo se aglutina una gran parte de dinero. Solo por participar cada club recibe más de 18 millones de euros, sumados a las ganancias por cada empate o cada victoria.

La UEC apunta directamente a la FIFA y sus políticas. “Los mecanismos de solidaridad y compensación por formación de la FIFA son poco fiables y están ligados a la actividad de traspasos, no al éxito real en el desarrollo”. Además, señala que los pagos de solidaridad de la UEFA “no contienen ninguna recompensa específica para los clubes basada en el éxito del desarrollo de los jugadores”.

La solución que propone el organismo con la Recompensa al Desarrollo de Jugadores a estas “deficiencias” son: “La equidad al vincular las recompensas financieras directamente al papel de un club en el desarrollo de talentos de alto nivel; la sostenibilidad al ofrecer una fuente de ingresos nueva y predecible para los clubes que no pertenecen a la élite; e incentivos para el desarrollo a largo plazo de la cantera y la infraestructura”.

Casi 1.500 clubes se verían beneficiados

El estudio que ha realizado la UEC junto a la web Transfermarkt basado en las últimas temporadas muestra que casi 1.500 clubes europeos habrían recibido pagos del PDR, desde las primeras divisiones hasta los equipos de sexta categoría. Además, esta simulación apunta que más de 400 equipos habrían recibido más de 100.000 euros cada uno. En una estimación que realizaron de la temporada pasada, el Ajax, club que ha sacado grandes talentos de su cantera, habría obtenido unos cinco millones de euros. El Dinamo de Zagreb croata habría ingresado casi dos millones.

Esta nueva medida puede generar un cambio en el fútbol europeo y en la apuesta por el desarrollo de los jugadores en el fútbol base. Además, daría un pequeño paso a esa desigualdad entre clubes y la mejora de infraestructura en los equipos con menores presupuestos.



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