No hubo premio para España en Eurovisión y eso que por primera vez concursaba dos veces. O por lo menos así lo vivieron los fans. Por la mañana, la Unión Europea de Radiodifusión había amenazado con sancionar a RTVE por la mención de sus comentaristas al conflicto de Gaza en la semifinal y todos esperaban la respuesta de la cadena pública casi tanto como la actuación de nuestra representante. El primer duelo se zanjó con un simple pero contundente mensaje de La 1 antes de empezar la emisión: “Frente a los derechos humanos, el silencio no es una opción. Paz y justicia para Palestina”. El segundo, en la pista, donde Melody no consiguió ni acercarse a Austria, el ganador, y se quedó con el antepenúltimo puesto. Sin embargo, las redes, ese maravilloso universo paralelo, lo vivieron como una doble victoria.

En el caso de Melody es más que entendible. La artista sevillana ya llevaba meses sirviendo el mejor contenido De Pata Negra para el algoritmo de los eurofans y la gran final no fue una excepción. Horas antes de la final, muchos compartían los momentos más divertidos de una campaña eurovisiva como hacía años que no se veía. Todo empezó en la alfombra roja de los Goya, cuando batió el récord de estribillos cantados por metros cuadrado. En redes se burlaron de su insistencia en cantar Esa diva, el tema que defendió en Eurovisión, pero ante el barullo desatado Melody decidió que una diva se convierte a sí misma en un meme antes de que lo hagan otros. En su presentación a la prensa internacional no dejó de cantar y además sumó otras delicias como inventarse una excelente relación con Lady Gaga, lady para los amigos, que supuestamente sería una de las interesadas en su candidatura.

Antes del inicio de la gala, todos estos memes se mezclaban con la especulación sobre cuál sería la respuesta de RTVE a los organizadores de Eurovisión. Finalmente La 1 decidió interponer la cartela donde pedía justicia para Palestina justo antes de que empezase la retrasmisión oficial con el nombre de Moroccanoil, el gigante cosmético israelí que patrocina el certamen. El meme aquí se cuenta solo. Las redes no tardaron en respaldar y enorgullecerse la decisión de la cadena pública. Una vez despejada la incógnita respiraron tranquilos y se lanzaron a crear memes.

No tardaron en ensalzar el desfile de Melody que entró esquivando o, mejor dicho, toreando las polémicas utilizando la bandera de España a modo de capote. Esa diva era valiente y poderosa, pero, como descubrirían más adelante, a veces no solo basta con eso. ¡Qué Lady Gaga nos pille confesados!

Este arranque de orgullo patrio llevó a algunos usuarios a abrazar al primer concursante, el noruego Kyle Alessandro, como caballo ganador por sus orígenes españoles. La idea no era del todo mala, pero finalmente solo quedo cinco posiciones por encima de Melody.

Uno de los concursantes más jugosos para las redes fue el estonio, Tommy Cash, con su tema Espresso macchiato. La coreografía desatada y su torpe pronunciación del italiano (en vez de “per favore” decía “por favore”) hicieron que los usuarios lo tomaran como una versión bizarra y desfasada del anuncio de Nesspresso de George Clooney o de la canción Espresso de Sabrina Carpenter.

El buen humor se acabó rápido con uno de los momentos más (o menos) esperado de la final: la actuación de Israel. Los comentaristas de RTVE, Tony Aguilar y Julia Varela, se mostraron más serios que con el resto de concursantes pero esta vez no hicieron ninguna alusión a la invasión de Israel en Gaza. Algunos espectadores aprovecharon para ir al baño, otros intentaron pedir el boicot total a Eurovisión con el hastag #Isralhell (un juego de palabras entre Israel e infierno que en inglés se dice hell) y otros se empeñaron en mostrar los abucheos que se vivían desde el estadio.

Poco después le llegaba el turno a Melody que, como durante los últimos meses, lo dio absolutamente todo. Incluso, una vez acaba la actuación, regaló a los fans el paso del helicóptero que tanto esperaban. Pero ni con esas consiguió llamar la atención del público extranjero.

Después de ella, apareció alguna que otra diva más. En el caso de Reino Unido se destacaron sus similitudes con las princesas de Disney. Como consuelo, tampoco a ellas les fue excesivamente bien en el televoto. De hecho, consiguieron cero puntos.

Con JJ, el representante austriaco y actual campeón, también se volcaron los más ingeniosos, de su puesta en escena en blanco y negro al barco en el que navegaba. Desde el principio había estado en lo más alto de las casas de apuestas y los memes no pudieron hacer nada para impedirlo.

Mientras tanto, Melody, que parecía no haber tenido suficiente, seguía cantando en el backstage. Si es que hay que querer a esta rumbera.

Atravesada la primera mitad, los espectadores comenzaban a notar la fatiga y por algún extraño motivo se descubrieron encontrando similitudes entre los concursantes de Italia y Finlandia y los personajes de la serie La que se avecina.

Ya no había vuelta atrás. En Armenia encontraron a un Montoya, concursante de La isla de las tentaciones, en Suecia al cómico Joaquín Reyes y en Grecia a la influencer Roro.

Para el final, surgía ya incluso el humor escatológico con la representante de Francia.

Por fin se cerraron las votaciones y con los puntos del jurado de cada país los usuarios empezaron a vislumbrar el destino de su diva. La mayor “traición” fue quizás que el país vecino, Portugal, no otorgase ningún punto a España.

El televoto tampoco fue mucho mejor, Melody solo consiguió 10 puntos y quedó en la antepenúltima posición. Menos mal que en su canción ya decía: “Su vida es un jardín lleno de espinas y rosas. Resurge bailando con más fuerza que un huracán”. Esperemos que así sea y que ahí estén las redes para convertirlo en meme.

Sin embargo, y a pesar de la pésima posición de nuestra rumbera, lo que provocó la verdadera indignación del público fue que Israel acabase segundo gracias al televoto. Sobre todo, teniendo en cuenta que el público español le ha dado sus 12 puntos.

El año pasado ya terminaron quintos de la misma manera. Ante eso, solo queda agarrase al meme que Amaia, otra diva a su manera, dejó a su paso por el festival. “Eurovisión es bastante postureo, parece los Juegos del Hambre. Se puede malinterpretar, pero igual si se malinterpreta es correcto“, sentenciaba hace años. Ahora parece tener más razón que nunca.



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