La evolución de la renta real de los hogares españoles confirmó a cierre de 2024 la tendencia al alza que venía marcando a lo largo del año. Avanzó un 3,5% en el conjunto ejercicio, casi el doble de la media del 1,8% registrada en el bloque de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), según la última estadística del organismo publicada este martes. El incremento que se ha apuntado España es el segundo más alto de todos, solo superado por Portugal (6,7%), pero la mejora es algo más leve con respecto a 2023 (3,7%), al estancarse en la recta final del año con un crecimiento plano en el cuarto trimestre.

Los datos del organismo con sede en París tienen en cuenta los ingresos de las familias netos de los impuestos y de la inflación, y sumadas las prestaciones sociales como las pensiones. Ya en el tercer trimestre del año pasado España había destacado por registrar en mayor incremento trimestral entre todos los países del club, del 2,2%. Entonces la OCDE atribuyó a los fuertes aumentos en el ingreso por las rentas de la propiedad, es decir, aquellos vinculados a los rendimientos que proporcionan inmuebles, intereses o dividendos, y cuyo peso ha ido creciendo sobre los ingresos totales tanto en España como en otros países.

En este cajón de sastre conformado por los ingresos de la propiedad están los rendimientos obtenidos por el alquiler, cuyo precio está en máximos. El calentamiento del mercado de la vivienda —también la vivienda en venta está en récord— no es exclusivo de la geografía nacional y se debe a varios factores, entre ellos una demanda que se ha recuperado con fuerza tras haber estado forzosamente parada durante la pandemia y, en el caso de España, una fuerte presión sobre la oferta por la escasez de inmuebles disponibles. También entran en esta categoría el capital mobiliario, como los cobros por acciones o depósitos, y las ganancias patrimoniales. En su conjunto, los rendimientos del capital —en términos brutos— superaron los 90.000 millones de euros el año pasado, un repunte de más del 20% comparado con 2023.

Aunque la estadística de la OCDE no desglosa las variables específicas que en cada país ha causado la subida o la bajada de la renta real de los hogares, otros fenómenos que pueden haber impactado en el repunte de España son las actualizaciones de salarios y prestaciones. El salario mínimo interprofesional subió un 5% el año pasado; las pensiones se revalorizaron un 3,8% y el sueldo de los funcionarios un 2%. Asimismo, las empresas en general han subido las nóminas de sus trabajadores para que recuperaran el terreno perdido durante los últimos años de inflación elevada —en 2024, los convenios crecieron en promedio un 3,1%—.

De hecho, la estadística refleja el impacto de la llamarada inflacionaria. Los precios se encendieron con la salida de la pandemia y estallaron del todo tras la invasión rusa de Ucrania a principios de 2022. En España, la inflación supero ese año el 8,3% y la renta real de los hogares cayó un 2%, según los datos de la OCDE. Ahora, que los precios se han moderado, la situación se muestra más estable en el conjunto del bloque. “El aumento anual del ingreso familiar real per cápita observado en la mayoría de los países se produjo cuando la inflación se desaceleró en comparación con el año anterior”, señala la escueta nota que acompaña la estadística.

Moderación

La renta disponible de los hogares que analiza la OCDE es la suma del gasto de consumo final de los hogares y de sus ahorros, e incluye tanto rendimientos del trabajo como de la actividad económica y de la inversión, así como las pensiones y otras prestaciones sociales. Aunque en España ha retrocedido ligeramente, unas dos décimas, con respecto a los resultados de 2023, en el conjunto del club ha sido superior en una décima, pasando del 1,7% de hace dos años al 1,8% del ejercicio pasado.

Casi todos los países se han apuntado mejoras. Sin embargo, y como no puede ser de otra forma en un grupo que aglutina realidades muy distintas, el resultado no es homogéneo. De los 19 miembros de la OCDE con datos disponibles para confeccionar la estadística, dos registraron un retroceso sobre base anual con respecto al ejercicio 2023: Australia, de algo más de un punto, y Bélgica, de cuatro décimas. El mayor avance, el de Portugal, se debe “principalmente por la remuneración de los empleados y una disminución de los impuestos pagados”, apunta el organismo.

Si se toman en cuenta solo los datos del último cuatrimestre, hasta siete países registraron una disminución en la renta real de sus hogares: Chile, Grecia, Dinamarca, Bélgica, Hungría, Italia y Alemania. De los 19 países con datos disponibles, 9 registraron un aumento, 7 una disminución y 3 no experimentaron cambios. Entre las economías del G7, el ingreso real per cápita de los hogares creció solo en dos países: EE UU y el Reino Unido.



Source link