La noche del 28 de octubre de 2024, horas antes de la peor gota fría en la historia de la Comunidad Valenciana, Emilio Argüeso, número dos de Emergencias, conversó con Inmaculada Piles, jefa de servicio.

Argüeso. Inma, buenas noches. ¿De esto [la noticia publicada en Las Provincias sobre suspensión de clases en 17 municipios por las lluvias] sabemos algo? Es que la información que nos llega del 112 no es tan grave.

Piles. La cancelación entendemos que es con carácter preventivo a la vista de los avisos de riesgos emitidos y la información de que mañana puede ser el día más desfavorable. Algún ayuntamiento había consultado a la sala qué hacer.

Argüeso. Pero, vamos, ¿que es un poco exagerado el tema?

Piles. De momento no hay incidencias y aunque ha llovido bastante esta mañana en Castellón, no hay riesgo hidrológico ni incidencias significativas.

Argüeso se mostró extrañado de que algunos municipios valencianos hubieran suspendido las clases del día siguiente por la tormenta anunciada y envió por mensaje a Piles un enlace con la noticia publicada en el diario Las Provincias. Hasta 18 municipios (Nàquera, Enguera, Alzira, Carlet, Alberic, Alginet, Algemesí, Gàtova, El Perelló, Favara, Carcaixent, L’Alcúdia de Crespins, Canals, Utiel, Cullera, Sueca, Albalat de la Ribera y Fortaleny) cerraban sus colegios por la previsión de fuertes lluvias. La misma información señalaba que “la Universitat de Valencia, el campus de la Politécnica en Gandia, la Católica y la CEU Cardenal Herrera” aplazaban sus actividades.

El exsecretario autonómico de emergencias Emilio Argüeso, el número dos de emergencias, a su entrada a los juzgados, el 11 de abril.

La Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) llevaba 24 horas informando a la población de la previsión de “lluvias torrenciales” con hasta 150 litros por metro cuadrado que podrían “generar crecidas de ramblas y barrancos, que habitualmente bajan con poco agua, e inundaciones”. La dana (depresión aislada en niveles altos) del 29 de octubre en la provincia de Valencia causó una catástrofe natural con 228 muertos y gigantescos daños materiales valorados en más de 17.000 millones de euros (306.000 vecinos afectados, 11.242 viviendas, 141.000 vehículos y 800 kilómetros de carreteras dañados).

El Gobierno valenciano no tomó ninguna medida excepcional ante lo que se avecinaba. La Aemet difundió su primera alerta roja para diversas zonas de Valencia a las 07.36 del 29 de octubre. Sin embargo, la Generalitat solo envió la alerta masiva a teléfonos móviles a las 20.11, cuando habían transcurrido más de 12 horas y ya era demasiado tarde para evitar la mayoría de las muertes.

Han pasado seis meses de la catástrofe natural más grave en España en lo que va de siglo. La jueza Nuria Ruiz Tobarra investiga lo ocurrido y mantiene imputados a dos altos cargos del Gobierno valenciano: la exconsejera de Interior, Salomé Pradas, y el secretario autonómico de Emergencias, Emilio Argüeso. Ambos fueron destituidos por el presidente Mazón, señalando así su responsabilidad política en la tragedia.

La exconsellera de Justicia e Interior de la Generalitat valenciana Salomé Pradas llega a la reunión del Centro de Coordinación Operativo Integrado (CECOPI) de la Comunitat Valenciana, a 4 de noviembre.

La jueza escribió en uno de sus autos que la administración autonómica dispuso el 29 de octubre de “ingente información de la Aemet, el 112, la Confederación Hidrográfica del Júcar o los medios de comunicación” y que, pese a ello, resultaba “inexplicable la ausencia de respuesta” por parte del Gobierno valenciano, “la ausencia de avisos a la población en cualquier lugar donde pudieran encontrarse, en la calle, en el trabajo, de camino a casa en sus coches, en los domicilios o en residencias de la tercera edad”. “La Generalitat”, concluyó la instructora, “cometió una gravísima inactividad con resultado mortal”.

Para conocer con detalle qué sucedió en cada momento y qué hizo (y qué no hizo) cada uno de los responsables —Aemet, la Confederación Hidrológica del Júcar, la Generalitat, el Gobierno central, el 112, la UME o los responsables que estuvieron en el Centro de Coordinación de la Emergencia—, EL PAÍS ha analizado toda la información existente recopilada por la juez hasta el momento: informes periciales, declaraciones, registro de llamadas y conversaciones entre los implicados.

Lo que sigue es un relato cronológico de las 12 horas trágicas que arrasaron Valencia y de la ineficaz gestión de la catástrofe natural por el presidente Carlos Mazón y parte de su Gobierno.

05.00/08.00. 1.000 llamadas al 112. 17 municipios han suspendido clases. 46 incidentes por fenómenos meteorológicos. Mazón: “Prudencia en carreteras”

Las personas que atendían el servicio de emergencia 112 se dieron cuenta a primera hora de la mañana de que algo grave estaba pasando. Entre las 5.00 y las 8.00 habían recibido más de 1.000 llamadas y abierto 46 incidentes por fenómenos meteorológicos. Algunos de los mensajes registrados ya eran alarmantes: “Agua dentro de casa, dicen [que les llega a la] altura cuello”.

A esa hora, al menos 17 municipios han suspendido clases. A las siete de la mañana, el Puerto de Valencia interrumpe también el tránsito de buques y el alcalde de Utiel se suma al cierre de los colegios por la situación meteorológica. Media hora después (07.36), la Aemet eleva la alarma a nivel rojo en varias zonas de Valencia y avisa de ello a Protección Civil de la Generalitat. Lo mismo hace a esa hora la Confederación Hidrográfica del Júcar sobre la alarma por la lluvia acumulada durante las últimas cuatro horas en la presa de Forata.

La Delegada del Gobierno Español en la Comunidad Valenciana, Pilar Bernabé, el 13 de noviembre.

La delegada del Gobierno en la Comunidad Valenciana, Pilar Bernabé, anula las actividades previstas para ese día ante las informaciones de la Aemet, algo que no hizo en ningún momento del día el presidente Carlos Mazón.

El WhatsApp de Emilio Argüeso, número dos de Emergencias de la Comunidad Valenciana, comienza a llenarse de mensajes donde otros contactos le advierten de los avisos de la Aemet y le describen los primeros incidentes ocasionados por la dana. Él mismo escribe en el chat de la Conselleria de Servicios Sociales, Igualdad y Vivienda: “Mucho cuidado hoy, accidentes en cadena en carreteras”. Una de las respuestas, en tono jocoso, le responde minutos después: “Estoy volviendo desde Ayora y esto es un infierno!!! Me he olvidado los remos, pero llevo flotadores de manguitos!!!”.

La primera señal de vida pública de Mazón no llega hasta una hora después, a las 8.53, cuando comparte en X un tuit de la Aemet y escribe: “Por favor, prudencia en carreteras y mucha atención a las indicaciones de las autoridades”. La indicación más necesaria de las autoridades llegó casi 12 horas después cuando ya era tarde.

A la hora en que Mazón pedía prudencia en carreteras, el Metro de Valencia ya había interrumpido la circulación de sus trenes entre Alginet y Castelló, la Confederación Hidrográfica del Júcar ya había comunicado a Protección Civil de la Generalitat un ascenso de caudal en el río Albaida y la consellera de Igualdad ya tiene movilizados a sus colaboradores para prevenir cualquier incidente grave en sus centros de Servicios Sociales o en las entidades de ayuda al sinhogarismo. A esa hora, la desesperación comienza a colarse por los auriculares de los trabajadores que atienden los teléfonos del 112: “Vecinos (50 años aproximadamente) piden socorro llorando”, dice un registro desde Turís sobre las nueve de la mañana. Los primeros vídeos de las inundaciones comienzan a viralizarse por redes sociales. El Gobierno autonómico cierra varios tramos de siete carreteras comarcales, la A-7 a su paso por l’Alcúdia y la A-3 en sentido Madrid desde Chiva.

La primera aparición de la consellera Salomé Pradas en los documentos recopilados por la jueza de Catarroja se registra a las 09.24, cuando le escribe un mensaje a Argüeso sobre un tema que, según se entiende, ya habían tratado antes:

Pradas. ¿Has hablado con [la alcaldesa de Valencia, María José] Catalá?

Argüeso. Sí. Ya está arreglado. No cierra colegios

Pradas. Ok. Perfecto

Argüeso. Estaba agobiada. Ya le he dicho que si hay cambio me has ordenado que se lo vaya diciendo.

El “arreglo” que el número dos de Emergencias traslada a su jefa es que el Ayuntamiento de Valencia, a diferencia de lo que han hecho ya otra veintena de municipios de la provincia, no cierra colegios.

En otro de los pasillos del poder político, la delegada del Gobierno se reúne a las 9.30 horas con personal de la UME, Guardia Civil, responsables de carreteras del Estado y su unidad de Protección Civil para seguir la evolución de la gota fría. También mantiene una conversación telemática con alcaldes de las localidades en zonas de riesgo. Poco después, Adif interrumpe el tránsito de trenes entre Chiva y Utiel y los sensores del Sistema Automático de Información Hidrológica (SAIH) de la Confederación Hidrográfica del Júcar detectan que empieza a fluir agua por la Rambla del Poyo, normalmente seca. En solo media hora —entre las 11.00 y las 11.30— el cauce pasa de seco a llevar 208 metros cúbicos por segundo.

El 'president' de la Generalitat Valenciana, Carlos Mazón, durante el acto de recepción del certificado Aenor a la Comunitat, el 29 de octubre.

El presidente Mazón reaparece públicamente en un acto donde recoge el certificado Aenor a la Comunidad Valenciana. Las cámaras de televisión le graban una intervención donde asegura que, según la previsión, el episodio de lluvias acabará a las seis de la tarde y que el temporal se desplaza a Cuenca. Y concluye con una mensaje de tranquilidad que, a juzgar por lo que sucedía en diversas partes de la provincia de Valencia, no se correspondía con la realidad: “Tengo que decir que dentro de lo que está ocurriendo, pues afortunadamente las cosas van como os acabo de contar, sin ningún daño material, sin alerta hidrológica y todos muy pendientes”.

A esa hora, la Aemet ha ido informado públicamente de la grave situación a través de seis boletines, 15 tuits y seis comunicaciones directas a Protección Civil. Del mismo modo, la Confederación Hidrográfica del Júcar ha alertado en sus avisos a la Generalitat sobre caudales y pluviometría. En uno de ellos advierte que el río Magro crece “de forma inminente”. À Punt emite vídeos de este caudal desbocado a la altura de Carlet.

Sobre las 12.00, el Consorcio Provincial de Bomberos envía dos unidades de bomberos forestales de la Generalitat a hacer revisión de escalas (niveles del cauce) a la zona del Magro y la del barranco del Poyo La primera unidad se pone de inmediato a ayudar en labores de rescate de geste. La segunda unidad fue retirada de Chiva sobre las 14.30 por “decisión técnica” al descender en ese momento los niveles del caudal de Poyo, según señaló el entonces inspector jefe de Bomberos, José Miguel Basset. A las 16.40 el 112 recibe la primera llamada de auxilio por inundación y desbordamiento del Poyo en Chiva.

A las 12.20, la Agencia de Seguridad y Emergencias de la Generalitat declara la “Alerta Hidrológica en Rambla del Poyo”. Se recibe de la CHJ aviso de aumento del caudal de 264 m³/s en la rambla del Poyo en Riba-roja. Se activa la alerta en los municipios riberos. “La tendencia es ascendente y se mantienen las precipitaciones en cabecera”, indicaba la nota del Centro de Emergencias de la Generalitat.

Ante las alarmas a las que Mazón no aludió en su mensaje colgado en X, el director general del Medio Natural y Animal de la consejería de Medio Ambiente, Luis Gomis, informó por correo electrónico a la Agencia Valenciana de Seguridad y Respuesta a las Emergencias, dirigida por Argüeso, la disponibilidad de los agentes medioambientales para colaborar en la vigilancia de las ramblas, tal y como indica el protocolo de inundaciones.

Nadie respondió a ese ofrecimiento de ayuda.

En la sala de teléfonos del 112, presidida por una pantalla gigante donde aparece en tiempo real un mapa de las llamadas recibidas, se acumulaban las peticiones de auxilio por lo que sucedía en las calles de los pueblos inundados por las lluvias. “Varón encima del coche, vehículo flotando”, desde L’Alcúdia; “Atrapado dentro de coche con un metro de agua dentro”, desde Quart de Poblet; “Barranco desbordado”, desde Requena… Las llamadas de la desesperación no cesaban. Las decisiones del Gobierno valenciano no llegaban.

12.00/17.00. Dos negativas de la consejera Pradas a la ayuda de la UME. Convocatoria del Cecopi para dos horas después por inundaciones en Utiel/Requena. Mazón: “No hay daños materiales ni alerta hidrológica”.

El presidente Mazón sigue con su agenda. A las 12.30 se marcha a la presentación de la Estrategia de Salud de la región, donde se encontraba cuando él mismo cancela la llamada que recibe de la consejera Pradas, que a esa hora ya ha rechazado la propuesta de ayuda de la UME que le ha trasladado la delegada del Gobierno Pilar Bernabé. Tres minutos antes, la Aemet lanza un vídeo con el portavoz, Rubén del Campo, anunciando que el nivel rojo de Valencia supone un “peligro extremo”. A esto se suma la vicepresidenta tercera y ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera, que pide “máxima cautela” en su perfil de X con un mensaje de la Aemet.

A las 12.48, Bernabé, la delegada del Gobierno en Valencia, llama por segunda vez a la consejera de Emergencias de la región para ofrecerle la UME en las tareas de ayuda en las zonas afectadas. Pero Salomé Pradas vuelve a rechazar el auxilio militar.

La consejera comunica a Bernabé que va a trasladarse a la localidad de Carlet porque le informan de que existe preocupación ante el riesgo de desbordamiento del río Magro. Nueve minutos después, el secretario de Emergencias, Emilio Argüeso, envía un mensaje a un grupo de WhatsApp de la Consejería de Igualdad, Servicios Sociales y Vivienda:

—Trasladad un mensaje de tranquilidad a la par que pedir máxima preocupación, y seguir en todo momento los consejos del 112.

La Confederación Hidrográfica del Júcar comunica por correo electrónico (12.07) a las autoridades de Protección Civil de la Generalitat una “alarma de caudal en rambla del Poyo con 226,94 m³/segundo con tendencia ascendente (por encima del umbral 3)“. Ese tipo de correos se envía cuando se superan determinados umbrales de seguridad, el máximo de nivel 3 registra caudales superiores a 150 metros cúbicos por segundo. A las 13.42 se mandó un segundo correo donde la tendencia era descendente con 120 metros cúbicos por segundo.

Entre el primer correo y el segundo correo, el Gobierno valenciano no toma ninguna medida ante la superación del nivel 3 en el barranco del Poyo.

La situación era a esa hora especialmente preocupante en Utiel. El alcalde, Ricardo Gabaldón, se reúne en el Centro de Coordinación Operativa Municipal con técnicos, concejales y cuerpos de seguridad. Solicita inmediatamente la intervención de la UME, con sendas llamadas a la consejera Pradas y la Delegada del Gobierno, previendo que el desbordamiento del río era inminente. Además, contacta con el jefe de bomberos de la Generalitat para movilizar un helicóptero.

“La contestación siempre era receptiva tanto de Pradas como de la delegada”, cuenta por teléfono el alcalde de Utiel a EL PAÍS. “La UME, finalmente, no acude hasta la madrugada. Se rescataron 80 personas gracias al helicóptero y al trabajo voluntario de agricultores y ganaderos. Pudieron morir cientos de personas, pero suspendimos las clases del instituto, que está al lado del barranco, y no fueron”.

—¿Habló con Mazón?

—No lo recuerdo. Yo recuerdo a los que llamé.

En el Palau de la Generalitat, sin embargo, el temporal parece pasar de largo. Mazón había asegurado que la dana se desplazaría hacia Cuenca, que no había daños materiales ni alerta hidrológica, pese a que el temporal ya está azotando a Utiel, pese a que el caudal del barranco del Poyo ha superado el nivel 3 de riesgo, pese a que hay imágenes de zonas inundadas y pese a que los helicópteros trabajan en el rescate de personas atrapadas. El presidente tuitea su intervención tranquilizadora en su perfil de X a las 13.18, pero borra el mensaje al día siguiente, cuando las consecuencias son ya incalculables y se empezaba a hablar de decenas de desaparecidos.

La agenda de Mazón sigue. A las 13.45 del 29 de octubre, Mazón se reúne con empresarios y sindicatos. Allí confiesa que está “molesto” con la suspensión de las clases por la Universidad de Valencia al considerarla una medida exagerada, según cuenta uno de sus interlocutores. Es el mismo escepticismo que la noche anterior había mostrado el Secretario Autonómico de Seguridad y Emergencias.

Quince minutos después (14.00), la Diputación de Valencia, donde gobierna el PP, envía a casa a sus trabajadores para evitar riesgos. Solo cinco minutos después, la consejera Pradas acepta por fin la ayuda de la Delegación del Gobierno —tras rechazarla dos veces— para que la UME intervenga, pero acotada a la zona de Utiel.

El teléfono de Pradas vuelve a sonar después de colgar con la delegada. Le informan de la desaparición de un camionero. Son las 14.30 cuando decide convocar el Cecopi a las cinco de la tarde con un encabezamiento que informaba sobre la declaración de emergencia 2. Un cuarto de hora después, Argüeso, que está al lado Pradas, envía un mensaje al grupo de la Consellería de Servicios Sociales para contar la gravedad de la situación: “Se está poniendo la cosa muy fea. Está lloviendo con gran intensidad (…) Los barrancos están a punto de colapsar”. La vicepresidenta Susana Camarero responde:

—Jopé. Si necesitas algo, nos dices (sic).

El presidente Carlos Mazón entra a las 14.45 en el restaurante El Ventorro, en el centro de Valencia, para comer en un reservado con la periodista Maribel Vilaplana. En ese momento el 112 registra tres incidentes por la dana, uno de ellos corresponde a un vecino de Utiel quien alerta de que está escuchando gritar a una anciana en la planta baja del edificio. El alcalde de Cullera envía al secretario autonómico de Emergencias, Emilio Argüeso, una fotografía del río Júcar casi desbordado. “Madre mía”, responde Argüeso.

El general Marcos, al frente de la UME, ordena a las 15.41 —tras recibir la solicitud del Gobierno valenciano, mal formulada y corregida después— el envío de una patrulla de reconocimiento hacia Utiel-Requena. La situación se ha agravado tanto debido a las lluvias torrenciales que solo 56 de los militares logran llegar a destino.

Una hora antes de que comience la reunión del Cecopi (16.00), varios operarios que atienden las llamadas del 112 dan por hecho que debe haber muertos. “Nos dimos cuenta muy pronto de que no era un día normal. Cuando yo me fui a las 16.00 ya se sabía que había fallecidos”, cuenta una de las cuatro trabajadoras que han hablado con EL PAÍS sobre la guardia de aquella jornada.

El alcalde de Utiel explica en la televisión À Punt que el río Magro se ha desbordado. Pide a la población que no salga de casa aunque vean su coche arrastrado por el agua.

17.00 a 20.11. Cientos de llamadas avisan del desbordamiento del barranco del Poyo. El Cecopi no recibe información de las alertas registradas por el 112. Desde las 19.00 se discute el envío de un mensaje a móviles. Mazón llega a las 20.28.

A partir de las cuatro de la tarde comienzan a recibirse decenas de llamadas al 112 desde zonas donde nace el barranco del Poyo que indican un posible desbordamiento. Entre las 16.00 y 19.00, las operadoras del 112 registran 6.776 llamadas. Al menos 173 personas solicitan un rescate; y 22 informan de desbordamientos de barrancos. A las 18.30, una llamada informa que la policía local solicita el apoyo de la Guardia Civil porque “se ha desbordado la rambla del Poyo”. Los mensajes de la zona donde nace el barranco de la riada más mortífera avisaban de la gravedad incluso antes del comienzo de la reunión en el Cecopi: “Roto muro de contención de barranco/ incomunicados” (16.21); “Rambla a punto de desbordarse” (17.30); “Barranco completamente desbordado”; “Se ha desbordado barranco/se está inundando empresa” (17.52); “Familia con niño pequeño a la altura del barranco” (18. 17); “Se ha desbordado la rambla de Poyo / Policía local solicita apoyo Guardia Civil, Riba-roja de Túria” (18.31); “Se ha desbordado barranco, mucha agua” (18.53).

Pero nadie hizo caso en el Centro de Coordinación de Emergencias de las decenas de avisos de emergencia con origen en esa zona de Valencia. Argüeso se quejó en un recurso ante la jueza de que nadie informó en el Cecopi de que decenas de personas estaban informando sobre desbordamientos en el nacimiento del barranco del Poyo: “El 112 no envió comunicación alguna al Cecopi, y ello pese a que el director del Centro de Coordinación de Emergencias, de quien depende orgánicamente, formaba parte del Cecopi”.

Al comienzo de la reunión del Cecopi, el alcalde de Cullera, Jordi Mayor, envía un vídeo por WhatsApp a Argüeso con el estado del río Júcar con un gran caudal. “Es brutal. Estamos en el Cecopi ahora”, responde el secretario de Emergencias. El presidente de la Diputación de Valencia, Vicente Mompó, presente en la misma reunión, había contado al llegar al Cecopi cómo había presenciado las inundaciones y cómo desde primera hora se estaban rescatando familias al otro lado del río Magro. También explicó que en ese momento le estaban dando más datos a través de decenas de llamadas y avisos al móvil de los alcaldes.

José Ángel Núñez, jefe de Climatología de la Aemet, y uno de los convocados en el Cecopi, se cruzó varios mensajes con sus compañeros para contarles cómo iba todo. A las 17.26 escribe: “Situación crítica. Embalse de Forata casi desbordándose. Están pensando en evacuar, porque el desembalse va a ser muy rápido. Van a declarar el escenario de emergencia 2 la Confederación Hidrográfica del Júcar”. Unos minutos después, de hecho, el Centro de Coordinación de Emergencias emite un aviso especial de alerta hidrológica por el aumento de caudal en el río Magro.

Mazón prolonga su su comida en el Ventorro hasta, al menos, las 17.30, según relata a EL PAÍS el entorno de la periodista con la que almuerza. “[Mazón] no transmitió en ningún momento que estuviera pasando algo, [en referencia a la dana]”, cuenta.

El presidente de la Diputación de Valencia, Vicent Mompó, declara como testigo ante la jueza que investiga la gestión de la dana, el 29 de abril.

A las 17.37, el presidente valenciano hace su primera llamada de la tarde a la consejera Salomé Pradas y luego contacta con el presidente de la Diputación de Valencia, Vicente Mompó.

Mompó aseguró a los periodistas que en esa llamada con Mazón le alertó de la gravedad de la situación: “Le llamé para decirle un poco lo que estaba sucediendo y que había que tomar medidas”. La Aemet comunica a las 18.00 en un tuit que el aviso rojo se va a prolongar hasta las ocho de la tarde. En el 112, las llamadas acumuladas desde esa mañana superan ya las 12.000.

Los medios anuncian que la dana que está castigando a Valencia es la peor de las últimas décadas. Por primera vez, a las 18.10 horas en el Cecopi se plantea la posibilidad de pedir a los vecinos que se confinen en sus casas y a los trabajadores en sus empresas. Unos minutos después, Pradas consigue hablar brevemente con Mazón.

La decisión del confinamiento no se toma, a pesar de que el Cecopi ya sabe que hay personas atrapadas por el agua. Un mensaje del jefe de climatología de la Aemet a sus compañeros es una prueba de ello: “La situación hidrológica está muy mal. Hay una urbanización de Utiel con gente en los tejados a la que no pueden acceder los equipos de emergencia”.

Mazón habla por teléfono con al alcalde de Cullera pero no le traslada ninguna preocupación por el temporal. “Cojo el teléfono y me dice algo así como: ‘¿Qué tal, Jordi?, que estamos aquí y ha salido tu nombre y he dicho, pues voy a llamar a Jordi”, cuenta el alcalde de Cullera.

En la localidad de Catarroja, a las 18.30, la alcaldesa, Lorena Sirvent, recibe una llamada de su jefe de policía municipal. La alerta de que el barranco se está desbordando. No recibe ninguna comunicación de ningún representante autonómico. Ni antes ni después. “Activé yo misma un chat de emergencias que tenemos con representantes municipales”, cuenta a EL PAÍS la alcaldesa, “y ahí estamos pendientes hasta que se rompen las comunicaciones”. No para de recibir llamadas de vecinos. “Lorena, que en el comercio no pueden salir”. “Lorena, que en la papelería están atrapados”. La policía no puede realizar rescates ante la rotura del puente y el desbordamiento del barranco. Los vecinos se empiezan a ayudar entre ellos. Fallecieron 25.

Son las 18.43. La Confederación Hidrográfica del Júcar comunica por correo electrónico a las autoridades de Protección Civil de la Generalitat una alarma por el ascenso del caudal en la rambla del Poyo de 1.686 metros cúbicos por segundo: “Para su conocimiento, la crecida está siendo muy rápida”. Nadie valora esa información dentro del Cecopi. (Un estudio hace una estimación según la cual el caudal de la riada mortífera pudo triplicar o más los 2.283 metros cúbicos por segundo que se registraron en el aforo —el punto de medición— de la rambla del Poyo antes de romperse a las 18.55).

Mazón está ilocalizable para Pradas, aunque hay constancia de que habla con el director general de comunicación, Francisco González (a las 18.48) y con el secretario general del PP de la Comunidad Valenciana, Juan Francisco Pérez Llorca (a las 18.57). El Cecopi no ha tomado todavía la decisión de enviar una alerta a la ciudadanía.

Pasa más de una hora hasta que se decide mandar la alerta a los móviles de los ciudadanos. Los mensajes del jefe de climatología de la Aemet a sus compañeros señala a las 19.12 que ya se ha decidido mandar el SMS e incluso en desalojar los pueblos de Montroi y Real. Mazón sigue ilocalizable. No atiende las llamadas de Pradas ni tampoco de la vicepresidenta Teresa Ribera, que envía un WhatsApp al director de Gabinete de Mazón.

Carlos Mazón entra en instalaciones del Cecopi en L'Eliana (Valencia), a las 20.28 del pasado 29 de octubre.

A las 20.10 la consejera Pradas habla con Mazón. El mensaje de alerta a la ciudadanía se lanza un minuto después, y solo advierte de los riesgos de circular por la provincia pero todavía no le pide a la población que se proteja en zonas altas.

Mazón aparece en el Cecopi a las 20.28, según las pruebas que su equipo facilitó para eludir cualquier responsabilidad en la decisión del envío de la alerta a móviles. Por entonces, los medios y las redes difunden imágenes y vídeos que muestran la crudeza del paso de la dana por Valencia. El Cecopi realiza un segundo envío masivo de alertas a los móviles a las 20.57. Esta vez sí se pide a los ciudadanos que permanezcan en sus casas: “En viviendas y zonas próximas a ríos, cauces, barrancos o ramblas permanezcan alejados y en zonas elevadas”.

El 112 registró 19.821 llamadas el 29 de octubre. Más de 15.000 se produjeron antes del envío de la primera alerta (20.11). Quien llamaba desesperado debía esperar al menos 120 segundos para ser atendido por una operadora. La mitad de todos los incidentes registrados eran peticiones de rescate.



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