Escribió Elena Garro sobre su exmarido Octavio Paz: “Yo vivo contra él, estudié contra él, hablé contra él, tuve amantes contra él, escribí contra él. Escribí de política contra él, en fin, todo, todo, todo lo que soy es contra él. En la vida no tienes más que un enemigo y con eso basta. Y mi enemigo es Paz”.

Así de contundente. Así de claridosa. El enemigo puede ser una parte sustancial de la persona. Tener un enemigo te da fuerza, movimiento, te motiva. Es impecable lo que dice Garro. En política nos definen muchas cosas, pero una de ellas —y no menor— son nuestros enemigos. De López Obrador podemos criticar muchas cosas —cada vez más—, pero no la claridad de su estrategia en la que definía claramente a sus enemigos con nombre y apellido.

Se supone que el enemigo natural de la oposición sería la 4T, la presidenta y algunos de sus cercanos y sus compañeros de partido. La oposición debería estar ocupada en decir sus nombres, darles marcaje personal, no soltarlos. Exhibirlos una y otra vez (algo de eso hizo el priista Rubén Moreira con el descolorido claudista Ramírez Cuéllar). Y claro, oponerse a todo lo que pongan y propongan. Pero, parece que la oposición tiene no solo otros datos, sino también otros planes. Por “la oposición” me refiero en concreto al PAN y al PRI. Me parece que MC está haciendo su propia estrategia y le va saliendo bien:centrarse en bajar al panismo y al priismo, esa es su prioridad. Hay encuestas que ya los ponen por arriba de esos partidos (debo decir que uno de mis hijos forma parte de los cuadros emecistas).

Es un hecho que todos vemos a la presidenta y sus huestes señalar todos los días al PAN y al PRI como los grandes males de este país. No importa que estén en un dígito, para la presidenta es importante nombrarlos y fustigarlos. El enemigo le ayuda a definirse y a defenderse. Los movimientos y dichos de sus adversarios son magnificados y relanzados para atacarlos y ridiculizarlos.

¿Cómo piensa el PAN desempeñarse con su enemigo? No lo sabemos. Al parecer su peor enemigo son ellos mismos. La confusión parece generalizada en ese partido. Hay una clara falta de definición en temas y actitudes. Debiera ser una oposición radical, pero parece que piensan que lo mejor es ser la “oposición responsable“ de los noventa. Pero eso ya no funciona. Es más, la respuesta a esa actitud es el castigo, no el premio.

¿Por qué el PAN aprueba las leyes y planteamientos de seguridad de la 4T? Le avientan loas absurdas al titular de la seguridad de Sheinbaum como si se tratara de un familiar de los panistas. El PAN juega a quedar bien, pero la presidenta siempre los hará quedar mal. Si es cierto que la némesis panista son las huestes de Sheinbaum, pues no les deberían aprobar nada, se deberían oponer a todo de manera sistemática. López Obrador así lo hizo. Se opuso a todo y a todos. Los panistas no podrán vender como propios los buenos resultados que se tengan, por ejemplo, en seguridad, esos serán del Gobierno. Con esas actitudes contradictorias el panismo simplemente se desdibuja y se pierde. En tiempos de radicalismos el panismo juega al amigable componedor que nada más queda como hipócrita acomodaticio y eso sí lo castigan los votantes.

La ciudadanía exige definiciones no solamente sobre a favor de qué estás, sino en contra de qué estás. La duda panista se confunde con actitud timorata, con culpa moral de haber hecho algo de lo que se arrepienten. La indefinición no es el camino, porque el otro termina por definirte a ti.

Umberto Eco en un ensayo titulado Construir al enemigo (Lumen), menciona que “en los procesos estalinistas primero se construía la imagen del enemigo y luego se convencía a la víctima de que se reconociera en esa imagen”. Ya son varios los años en que el panismo ha terminado por ser lo que decía López Obrador y ahora la presidenta y sus compañeros. Dice Eco: “Tener un enemigo es importante no solo para definir nuestra identidad, sino también para procurarnos un obstáculo con respecto al cual medir nuestro sistema de valores y mostrar, al encararlo, nuestro valor. Por lo tanto, cuando el enemigo no existe, es preciso construirlo”.

Mientras el panismo piense que su definición es ser “humanista” y “poner en el centro a la persona” está en problemas. Gran parte de la política ahora tiene que ver más bien con los contras que con los pros. Las encíclicas hay que dejárselas al Vaticano, que anda de estreno.

Ya nada más para cerrar sobre la cita que inicia este texto cabe decir que Octavio Paz decía de su expesposa Elena Garro: “Ella es una herida que nunca se cierra, una llaga, una enfermedad, una idea fija”. Como se ve, a veces no hay que ir muy lejos para encontrar al enemigo.



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