Fumata negra en la asamblea de la CNTE. Tras ocho horas reunidos e importantes tensiones en el tramo final, los maestros de la Coordinadora Nacional han concluido la reunión interna sin un acuerdo claro y conjunto sobre la respuesta al documento que llevó el Gobierno mexicano a la mesa de negociación este miércoles por la tarde. El sindicato se ha fracturado en torno al punto clave, si intervenir o no en las elecciones judiciales del domingo, y las delegaciones se han replegado para consultar con sus bases cómo quieren proceder. Sí se ha acordado, en cambio, realizar una marcha este viernes a las nueve de la mañana desde el Ángel de la Independencia, en la Avenida Reforma de Ciudad de México, hasta el Zócalo capitalino. La protesta se replicará también en los Estados con diferentes bloqueos.
La amenaza de boicotear los comicios del domingo parecía conjurada el miércoles, pero se ha impuesto finalmente entre los sectores más radicales del sindicato, que la han devuelto a la mesa en la asamblea conjunta. “No estamos en una posición de boicot”, dijo el portavoz de Ciudad de México, Pedro Hernández, al finalizar la reunión con los responsables de Gobernación, Educación y el ISSSTE la tarde anterior. Aunque se desconoce qué delegaciones han impulsado la opción más combativa, el duro tono con el que la representante de Oaxaca se ha dirigido estos días al Gobierno indican que este podría ser uno de los comités que han empujado por llevar el pulso hasta el final. Oaxaca es el contingente más numeroso, con un apoyo en el Estado del 95%, y el único que este jueves mantenía las movilizaciones en la Avenida Reforma de la capital.
El Gobierno se ha mantenido en un silencio prudente casi todo el día, a excepción de un par de comunicados donde reiteraban lo expuesto en las negociaciones del miércoles y de una breve entrevista del secretario de Educación, Mario Delgado, en Enfoque Noticias, en la que se ha mostrado preocupado por “los niños sin clase”. “Me parece muy injusto para ellos y para las familias”, ha enfatizado antes de afirmar que el único plan B con el que cuentan es que el sindicato “entre en razón” y siga trabajando y dialogando. La presidenta, Claudia Sheinbaum, tampoco se pronunció durante su conferencia matutina sobre la reunión de ayer ni sobre las posibles respuestas de la CNTE, a la espera de que fuera la propia Coordinadora quien diera el siguiente paso.
La invitación “formal y pública” con la que el Gobierno pretendía forzar al sindicato a sentarse a la mesa antes de las elecciones judiciales ha terminado partiendo en dos el consenso interno con el que habían actuado hasta ahora. No lo suficiente, no obstante, para que decidan actuar por separado. Las movilizaciones de este viernes convocarán a todas las delegaciones desplegadas en la capital y también buscarán el respaldo entre las que se quedaron en los Estados, en un último empuje de fuerza antes de un fin de semana que se antoja sensible y complicado para todos los actores involucrados.
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