Los banqueros mexicanos muestran músculo en la cita financiera más importante del año en Nuevo Vallarta, Nayarit. Con la sombra del muro arancelario de Donald Trump, los capitanes de los principales bancos del país han celebrado esta semana su 88 Convención Bancaria en las costas del Pacífico y han tenido como invitada de honor a la presidenta, Claudia Sheinbaum. Como una mañanera más, la mandataria expuso ante el millar de banqueros los programas sociales de su gobierno, el alza en empleo y el aumento en el salario mínimo. Con diapositivas en mano y sin aspavientos, Sheinbaum hizo un único llamado de atención al gremio: la falta de acceso al crédito en el país. La presidenta contrastó que pese a la rentabilidad de la banca en México —con ganancias récord por más de 288.000 millones de pesos anuales— el acceso al financiamiento apenas es del 33%, por debajo de países como Brasil, Colombia y Perú.

Con esta advertencia de fondo, los banqueros y el Ejecutivo firmaron un acuerdo durante la convención para elevar un 3,5% anual el financiamiento a pequeñas y medianas empresas para alcanzar, al final del sexenio, que un 30% de las llamadas Mipymes tengan acceso a un crédito bancario. La banca de desarrollo apoyará a los privados con esquemas de garantías que mitiguen el costo de los préstamos. En un país donde más del 50% de la población económicamente activa trabaja en la informalidad, el reto para elevar la penetración de servicios financieros ha sido uno de los grandes pendientes del país durante décadas.

La Convención Bancaria en Nayarit también fue escenario del cambio de estafeta en la presidencia de la Asociación de Bancos de México. Julio Carranza entregó el llamado “mazo de mando” a Emilio Romano, presidente del Consejo de Administración de Bank of America México. Romano ya tuvo su primera prueba de fuego al reunirse a puerta cerrada con Scott Rembrandt, subsecretario adjunto de política estratégica del Departamento del Tesoro, para abordar los controles de lavado de dinero en el sistema financiero. “Fue una muy buena reunión donde quedó claro que el futuro del sistema financiero está en buscar la forma de que tanto las autoridades como los bancos tengamos información oportuna para poder actuar de manera eficiente en proteger los sistemas bancarios ante la posible llegada de recursos que vengan de actividades ilícitas. El objetivo es común, estamos totalmente de acuerdo con las autoridades norteamericanas de trabajar conjuntamente”, declaró Romano.

En esta misma línea de integración regional entre México, EE UU y Canadá, Romano ha propuesto ya la creación de un grupo de trabajo con Estados Unidos para estrechar la integración regional y la homologación de operaciones financieras entre los dos países. “Tenemos que ser más ágiles en el intercambio de información, crear mecanismos de detección proactiva. Buscaremos seguir cerrando espacios a actividades ilícitas para proteger la integridad del sistema y dar más confianza a nuestros usuarios”, aseguró.

Emilio Romano

A diferencia del sexenio anterior de López Obrador, los banqueros ahora coinciden en que existe una mayor apertura al diálogo con la inquilina de Palacio Nacional y perfiles más técnicos en el gabinete. El viraje de la interlocución, señalan, servirá para tender puentes en un entorno de incertidumbre, cautela en la demanda de crédito, desaceleración económica y miedo ante los posibles cambios en el comercio internacional y, en específico, por la imposición de más aranceles de EE UU a las importaciones mexicanas. Pese a ello, la banca en México descarta un escenario de recesión económica en 2025. Su estimación del alza del PIB es de 0,2% en 2025 y de 1,4% el próximo año.

Jorge Arce, director general de HSBC en México, reconoció que el país enfrenta vientos en contra. “Esta incertidumbre sí ha quitado la posibilidad de que crezcamos más rápido. Vemos un país sólido, estable, pero que está retrasando mucho sus decisiones de inversión porque hay incertidumbre con nuestro principal socio comercial”, indicó. No obstante, el banquero confía en la capacidad de adaptación del país para sortear la política proteccionista de Estados Unidos. “México va a ser de los países mejor librados que hay porque nadie le vende más a Estados Unidos que México, esa relación no va a cambiar, vamos a seguir muy integrados”, zanjó.

El director general de Grupo Financiero Base, Julio Escandón, añadió que el tema de Trump y los aranceles son situaciones externas frente a las que se tienen que plantear soluciones internas sólidas para propiciar proyectos que demanden, a su vez, créditos. Para el banquero, la prioridad es que México cuente con infraestructura, energía y servicios que atraigan a los inversionistas, así se incrementaría el financiamiento. “El error que estamos cometiendo ahora es irnos con la finta de Trump, él va a seguir así. En general, la banca está muy puesta para apoyar al Plan México, para dar crédito”, indicó. Escandón afirmó que lo mejor que puede pasarle a México es que se adelante la renegociación del TMEC para acabar con la incertidumbre, uno de los efectos más nocivos para el crecimiento económico.

Sobre la reciente petición de la presidenta Sheinbaum de que los bancos deben bajar las tasas de los créditos para dinamizar la economía, los banqueros coinciden en que no es una cuestión que se resuelva por decreto. Los financieros confían en que las tasas de financiamiento bajarán en la misma medida en que el Banco de México continúe con el ciclo bajista en los tipos de referencia de los últimos meses. En su última decisión de política monetaria, el banco central redujo en 50 puntos la tasa de interés para ubicarla en un 9%. “Lo que le estamos pidiendo al Gobierno para bajar las tasas es que la banca de desarrollo se enfoque en su rol, que no es prestar, que no nos compita a nosotros, que nos apoye con garantías, si nos da garantías la banca de desarrollo podemos bajar las tasas”, zanjó Escandón.



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