En su primer discurso, el papa León XIV se presentó al mundo, entre otras cosas, como agustino, “un hijo de San Agustín, que dijo: ‘Con ustedes soy cristiano y para ustedes, obispo”. Y apuntó: “En este sentido podemos caminar todos juntos hacia esa patria que Dios nos ha preparado”, resaltando el fuerte espíritu de comunidad que distingue a esta antigua orden religiosa de la Iglesia, que sigue las enseñanzas y los planteamientos de San Agustín, uno de los filósofos más renombrados para el cristianismo, que vivió en el norte de África y en Italia entre los siglos IV y V. Robert Francis Prevost, un fraile y sacerdote, con más de dos décadas de experiencia como misionero en Perú, es desde el jueves pasado el primer pontífice de la historia que procede de la orden de los agustinos.
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