Una mujer yace muerta en su funeral y mira, desconsolada por un futuro que ya no es suyo, y un pasado que le duele todavía en la piel, a las personas de su vida que desfilan frente a su ataúd. Es el argumento de la novela publicada en 1938, La Amortajada, escrita por una veinteañera María Luisa Bombal, la escritora chilena que abrazó lo sobrenatural y la realidad y que se convirtió en una de las grandes pioneras del realismo mágico. Esta obra, que tuvo una influencia directa en Juan Rulfo, llega a las librerías mexicanas en una segunda reedición de la UNAM.

“Una mujer dentro de su ataúd se aferra al pasado […]. En esos instantes de lucidez, como han de seguirle creciendo las uñas y el cabello dentro de la tumba, le crece la sensibilidad, aunque tal vez no pueda ya, quizás jamás pudo, establecer los límites exactos entre la vivencia onírica, la ensoñación y la realidad. Y se pregunta, ¿era preciso morir para saber ciertas cosas?”, escribe en el prólogo de esta edición, la escritora y académica mexicana Beatriz Espejo.

La Amortajada ha aterrizado en las librerías de la UNAM en estos días, en una segunda reimpresión que le sigue a la que la misma universidad hizo en julio de 2004, cuando publicó el título como parte de la colección Relato Licenciado Vidriera. Desde entonces, era difícil encontrarse con esta obra, publicada en Chile con gran éxito entre el público —aunque después olvidada— y considerada en América Latina como una de las primeras exponentes de la novela contemporánea. Además, fue una obra que influyó de forma importante en algunos ajustes que el escritor mexicano Juan Rulfo hizo a su Pedro Páramo previos a su publicación.

Portada del libro 'La amortajada' de María Luisa Bombal, editado por la Universidad Autónoma de México.

En el prólogo, se recuerda: “La Amortajada se ha señalado entre las influencias rulfianas, pero esa jugada tuvo otras carambolas. Emmanuel Carballo, al corregir para el Fondo de Cultura Económica pruebas de la Historia de la literatura hispanoamericana de Enrique Amberson Imbert, descubrió la existencia de esta obra poco conocida en nuestro país, […] y se lo comentó a Rulfo: ‘La leyó de inmediato y cambió la estructura del libro. Estaba a punto de comenzar la Semana Santa y Juan aprovechó esos días para bocetar febrilmente una nueva versión de la novela. El personaje fundamental, Susana San Juan, desapareció, y en su lugar surgió como protagonista Pedro Páramo”.

Además de La Amortajada, la primera novela de Bombal, La última niebla (1935), han sido traducidas a más de diez idiomas. Esta autora, nacida en Viña del Mar, el 8 de junio de 1910, escribió obras de teatro, relatos y cuentos, crónicas, reseñas y adaptaciones. Hablaba español, francés e inglés, y algunos de sus textos los escribió originalmente en esos idiomas. Vivió desde los ocho años con su familia en Francia, tras la muerte de su padre, y años más tarde volvió a su país, en donde se enamoró de Eulogio Sánchez, un joven acomodado junto con el que protagonizaría uno de los capítulos más conocidos de su vida: Bombal le disparó tres veces en un arrebato, tras años de tristeza y rencores de un amor frustrado. No lo mató y la autora pasó nueve meses en la cárcel. Después se fue a vivir durante más de 20 años a Estados Unidos.

Este famoso episodio ha quedado retratado en la prensa de la época (en 1941) y recientemente fue llevado al cine en la película El lugar de la otra, de la directora chilena Maite Alberdi, en 2024.

María Luisa Bombal fue parte del grupo de intelectuales que se juntaban en tertulias para hablar de sus obras y sus intereses. Conoció de cerca a autores consagrados de su época como Pablo Neruda o Jorge Luis Borges. En una entrevista de 2001, la escritora chilena Alejandra Costamagna decía al respecto: “Era considerada un producto raro, no se le tomaba muy de igual a igual con el resto de los escritores hombres de la época”.

Sin embargo, una vez publicadas sus dos novelas, su reconocimiento y éxito editorial le hicieron un espacio en el reducido grupo de hombres consagrados. Entre sus anécdotas más conocidas está la de un paseo por Buenos Aires del brazo de Jorge Luis Borges, en el que tras contarle la premisa de La Amortajada, este le respondió con un argumento que no logró desanimarla: “Él me contaba lo que escribía y yo le contaba lo que escribía. Una tarde le hablé de La Amortajada y me dijo que esa era una novela imposible de escribir, porque se mezclaba lo realista con lo sobrenatural”, decía. Años más tardes, Borges reconoció el valor de la obra y la capacidad de Bombal para continuar con su escritura.

“Respetuosamente, maravillados se inclinaban, sin saber que Ella los veía. Porque Ella veía, sentía”, se lee en las primeras líneas de La Amortajada.



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