Las remesas, una de las principales fuentes de divisas en México, están en el punto de mira de la política fiscal de Estados Unidos. Un comité de la Cámara de Representantes de EE UU aprobó este miércoles una propuesta para gravar con un impuesto de 5% las remesas. Aunque los demócratas rechazaron el proyecto, los republicanos dieron su respaldo unánime a la iniciativa que proviene de su bancada. De concretarse, se afectarían a más de 40 millones de personas, incluidos los titulares de permisos de residencia permanente y los titulares de visas de no inmigrante, solo los ciudadanos estadounidenses estarían exentos. Para México, en específico, supondría un golpe de, al menos, 3.250 millones de dólares al año.
A las políticas antimigrantes del presidente Donald Trump se han sumado, ahora, el proyecto de una mayor carga fiscal sobre las remesas. Además de este proyecto presentado por los republicanos, el mandatario estadounidense ha declarado anteriormente que está finalizando un memorando presidencial para “acabar con las remesas” enviadas por los inmigrantes ilegales que residan en Estados Unidos. La Cámara de Representantes tiene como objetivo aprobar la propuesta alrededor del 26 de mayo. El Senado, con mayoría también conservadora, tiene que aprobar el texto que los legisladores quieren que el presidente Trump convierta en ley con su firma el 4 de julio. En caso de ser ratificada en ambas Cámaras en EE UU, el nuevo impuesto entrará en vigor en 2026.
Frente al peso que suponen las remesas para la economía mexicana, en el Gobierno de México han saltado ya las alarmas. La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, calificó esta semana como “inaceptable” la propuesta de imponer un gravamen del 5% sobre las remesas. “No estamos de acuerdo es, incluso, en Estados Unidos, inconstitucional, porque se cobraría doble impuesto, porque los mexicanos que viven en Estados Unidos ya pagan impuestos”, declaró la mandataria en su habitual conferencia matutina. En sintonía, este jueves, la Cámara de Diputados se unió al Senado en una solicitud para abordar el proyecto con los legisladores estadounidenses.
Uno de los mayores logros económicos de los mexicanos se encuentra del otro lado de la frontera. El año pasado, las remesas marcaron un nuevo hito al rebasar los 64.745 millones de dólares, una tendencia que sigue en ascenso este año. En los primeros cuatro meses de 2025, los mexicanos residentes en Estados Unidos enviaron 14.269 millones de dólares al país. La remesa promedio fue de 383 dólares y el 99% de las transacciones se efectuó a través de transferencias electrónicas, de acuerdo con el Banco de México. Los dólares que mandan los mexicanos, principalmente desde EE UU, se sitúan por encima de los generados por el sector agroalimentario, la inversión extranjera directa, las ventas petroleras en el extranjero y la derrama económica que genera el turismo internacional. De acuerdo con datos del Banco Mundial, las remesas desde Estados Unidos en 2023 totalizaron más de 656.000 millones de dólares. India, México y China son los mayores receptores de esos fondos.
Desde hace años, las remesas han supuesto un balón de oxígeno para la economía mexicana, principalmente para las zonas más marginadas y rurales del país. De acuerdo con un estudio del Centro de Estudios Monetarios Latinoamericanos (Cemla), el 52% de los hogares beneficiarios de remesas habita en poblaciones de menos de 15.000 personas. Entre los Estados más beneficiados por las remesas son Jalisco con 10%, Michoacán con 9,7% y Guanajuato con 8,4 %, entidades con una gran población migrante del otro lado del Río Bravo.
Gabriela Siller, directora de Análisis de Grupo Financiero Base, calcula que un impuesto del 5% a las remesas, manteniendo todo lo demás constante, implicaría un golpe equivalente a 3.250 millones de dólares en un año. Con esto, el PIB de México se vería afectado en 0,18 puntos porcentuales en un año. Si bajo un escenario central se espera que la economía mexicana muestra un crecimiento de 0% este año, con el impuesto a las remesas entrando en vigor en julio, el PIB caería a 0,09%, aproximadamente.
La especialista añade que la aplicación de un impuesto sobre las remesas obligará a los migrantes mexicanos a buscar nuevas formas de enviar ese dinero a sus familias en México, a través de canales informales, por ejemplo, a través de otras personas que viajen al país o de un ciudadano estadounidense. “Es importante recordar que como parte de la iniciativa se contempla bloquear el envío de remesas a personas indocumentadas. Está medida sería aún más perjudicial, puesto que podría frenar la llegada de aproximadamente 30% de las remesas o alrededor de 19.000 millones de dólares en un año, con lo que el PIB de México caería 1% en un año o 0,5%”, añadió.
En un análisis, Banamex indicó que la medida tiene un componente político importante que afecta a los más vulnerables. “Nuestro escenario base es que el impuesto se traduciría en una disminución en el envío de remesas respecto al escenario sin impuestos de hasta 0,1% del PIB. La recaudación de ingresos por la imposición del impuesto a las remesas al exterior parece limitada”, señaló la institución financiera.
Enrique Díaz-Infante, director especialista del sector financiero del Centro de Estudios Espinosa Yglesias, añade que el gravamen del 5% que propone Trump aplicar a las remesas tendrá un impacto negativo en el bienestar de las familias más pobres del país. “Las remesas tienen un impacto social importante en las familias receptoras, ya que se destinan a la construcción de vivienda y para gasto de salud, educación y de subsistencia en general y en emprendimiento de unidades de negocio de subsistencia”, concluye.
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