El antiguo Palacio de Justicia de París, cerca de la catedral de Notre-Dame, amanece este martes 13 de mayo con un dispositivo de seguridad que no se veía en mucho tiempo. Casi 500 periodistas acreditados, además del público, esperan el testimonio de la megainfluencer y empresaria Kim Kardashian, que declara por primera vez en el juicio contra los presuntos autores del atraco que sufrió en 2016 en la habitación del hotel en el que se alojaba durante la semana de la moda de la capital francesa. Se considera el mayor golpe a una persona en 20 años en Francia. Sobre las 13.00, la protagonista del día ha llegado al juzgado acompañada de su madre, Kris Jenner. Para la ocasión, Kardashian se ha enfundado en una americana negra y una falda abombada, que ha complementado con gafas de sol y un llamativo collar.

Todo sucedió el 3 de octubre, poco antes de las tres de la madrugada, cuando cinco individuos, cuya media de edad entonces rondaba los 60 años (hoy tienen 70), entraron en su habitación, la inmovilizaron y, en menos de 10 minutos, le robaron joyas valoradas en 10 millones de dólares antes de huir en bicicleta. Entre las piezas sustraídas estaba el anillo de compromiso valorado en cuatro millones que le había regalado el rapero Kanye West, su entonces marido (se divorciaron en 2022). Kardashian, que entonces tenía 35 años (hoy tiene 44), estaba en la capital francesa con su hermana para asistir a la semana de la moda, y acababa de llegar a su alojamiento de un desfile de Givenchy.

La declaración de Kim Kardashian era lo más esperado de este juicio, que arrancó a finales de abril y cuyo veredicto está previsto que se dicte el próximo 23 de mayo. Ella ha entrado por la puerta de atrás del tribunal, ha saludado a la prensa y el interrogatorio ha empezado minutos después. Ha dado las gracias a la justicia francesa “por permitirme venir aquí y contar la verdad”. Ha relatado los hechos y el estado de confusión inicial, cuando vio aparecer a los dos hombres en su habitación vestidos de uniforme, junto con el vigilante del hotel: “No sabía qué estaba pasando. Había muchos ataques terroristas en el mundo en ese momento, no sabía si era un ataque”. Cuando uno de ellos la tiró a la cama y empezó a atarle las manos, se le cayó el batín: “Entonces me quedé desnuda y ahí pensé que me iban a violar. Me preparé mentalmente para eso”, ha recordado ante el tribunal.

Kim Kardashian, seguida por su madre, Kris Jenner, y dos personas de su equipo, a su llegada al tribunal de París, este martes 13 de mayo.

Como los asaltantes se comunicaban en francés, ella hablaba al vigilante de seguridad. “Le preguntaba si íbamos a morir. En su mirada no había expresión. Me decía: ‘No lo sé’. Yo le decía: ‘Tengo hijos, tengo que volver a casa”, ha relatado entre lágrimas. “Cerré los ojos y recé por mi familia, por mi hermana. Pensaba que iban a encontrarme muerta en la cama”. Durante su declaración, se ha emocionado en varias ocasiones, una de ellas cuando el presidente del tribunal ha leído una carta de uno de los acusados implicados, sordo y que apenas puede hablar, en la que le pide perdón por el trauma que le causó. Ella se secaba las lágrimas. “Obviamente estoy emocionada, aunque esta experiencia ha cambiado mi vida y la de mi familia. Aprecio sus palabras y le perdono, pero eso no modifica mi trauma”, ha dicho la estrella, que ha explicado, aunque es bien sabido porque lo cuenta en sus redes sociales y su reality show familiar, que estudia para ser abogada: “Creo en las segundas oportunidades”.

Aunque en entrevistas pasadas ya declaró que en aquel momento pensó “que iba a morir”, sus abogados franceses, Léonor Hennerick y Jonathan Mattout, avanzaron antes de su declaración que su representada afrontaba “con dignidad y valentía” el momento de enfrentarse a sus asaltantes y respondería a todas las preguntas.

La escena es llamativa: una megainfluencer, millonaria y con más de 356 millones de seguidores solo en su cuenta de Instagram, frente a un puñado de jubilados, con amplio historial en robos, algunos con problemas de audición o memoria. Declarará en la histórica sala Voltaire, destinada a los grandes procesos y donde se celebra el juicio. Dada la afluencia de medios y de público que se espera, se ha habilitado otra sala anexa, donde se podrá seguir su declaración. La autoridad judicial ha establecido también unas zonas muy acotadas para las decenas de cámaras que pretenden grabar la entrada y la salida de Kim Kardashian.

Numerosos medios de comunicación este 13 de mayo en el Palacio de Justicia de París.

Antes que ella, su estilista y amiga, Simone Harouche —que la acompañaba en ese viaje—, está relatando este martes al tribunal cómo vivió ella el robo desde la habitación de al lado. A mitad de la noche “me despertó un ruido, muy diferente al de las risas de amigos que escuché antes de acostarme. Somos amigas desde hace tiempo. La conozco bien y sé cuando algo no va bien (…)”, ha dicho. Ha contado cómo se encerró en el baño, porque estaba segura de que irían también a por ella. “Me di cuenta de que tenía que hacer algo para preservar mi vida y la de Kim. Me aproximé a la puerta de la habitación para verificar que lo que estaba escuchando era verdad. Oía voces masculinas que hablaban muy fuerte, la escuchaba gritar y en su voz escuchaba el terror que sentía”.

Se juzga a 10 personas, nueve hombres y una mujer —todos en libertad bajo control judicial—. En principio eran 12, pero uno de los implicados tiene alzhéimer y no podrá testificar y otro falleció el pasado mes de marzo. La mayoría tiene historial delictivo. Hay cinco que se enfrentan a cargos de robo a mano armada y secuestro. Fueron los que entraron disfrazados de policías en el hotel No Adress (bautizado así por ser un lugar discreto), situado en la Rue Tronchet, en pleno corazón de París. Estos declararán este miércoles.

Aomar Aït Khedache, uno de los implicados en el robo a Kim Kardashian, durante una pausa en la sesión celebrada el 28 de abril en el Palacio de Justicia de París.


Associated Press / LaPresse
Only italy and Spain

Dos de ellos esposaron al vigilante de seguridad y le obligaron a llevarlos a la habitación “de la mujer del rapero”, en referencia a Kanye West. Uno de ellos, el que se considera que estaba al mando de la operación, es Aomar Ait Khedache, alias El Viejo. Ya hizo una primera declaración (volverá a ser interrogado esta semana), pero tiene problemas de sordera, le cuesta hablar y tiene que salir de la sala de audiencia a menudo. Reconoce los hechos, pero niega ser el cabecilla del golpe.

Otro de los acusados es Yunice Abbas (71 años), con amplio historial delictivo y que incluso ha escrito un libro titulado Yo secuestré a Kim Kardashian. Declaró en los primeros días de juicio y se mostró arrepentido: “Fue un completo error. Lo lamento mucho. Ella está traumatizada, nunca pensé en eso”, dijo. El resto está acusado de complicidad o tenencia ilegal de armas. Los que faltan empezarán a declarar a partir de este miércoles, después de que lo haga ella.

Yunice Abbas, otro de los implicados en el robo a Kim Kardashian, a su llegada en el primer día de juicio celebrado en París, el 28 de abril de 2025.

Mohamed Q., el conductor que llevó esa noche llevó al hotel a la estrella de la telerrealidad, también ha testificado. La empresa que se encarga de los desplazamientos de la familia Kardashian (entonces también de Kanye West) le había contratado como refuerzo, pues los habituales no podían esa noche. Se sospecha que pasó información a los acusados sobre el lugar donde se alojaba. Dijo al tribunal no acordarse de los detalles, solo de haber dejado a una de las hermanas en el hotel y haber llevado a la otra (Kourtney Kardashian) a una discoteca. El guardaespaldas de Kim Kardashian, Pascal D., declaró que tenía varias llamadas perdidas de ella, así que dejó a su hermana en la discoteca, se fue al coche y le dijo al chófer que llamara a la policía y se dirigiera al hotel que, tras el asalto, ha cambiado de nombre.

La fuga de la banda fue tan surrealista como el atraco en sí. Los investigadores tardaron en detenerlos, a pesar de que no pusieron mucho esmero en no dejar rastro. Dejaron en el lugar del delito las bridas con las que inmovilizaron a Kardashian y al vigilante de seguridad, que también forma parte de la acusación particular y dice estar traumatizado por lo sucedido. Los asaltantes incluso perdieron alguna parte del botín por el camino.

Abderrahmane Ouatiki, en el centro, quien era el vigilante del hotel en el que se hospedaba Kin Kardashian, a su llegada al tribunal este martes 13 de mayo.

Ya han declarado también los investigadores de la Brigada de Represión del Crimen, los que llegaron a la habitación tras el robo. El jefe de la investigación, Michel Malecot, contó cómo lograron tirar del hilo, a través de los vídeos de las cámaras de seguridad y también de escuchas telefónicas, y detener a los presuntos autores. “Es cierto que cometieron errores, pero, hay que admitirlo, era un buen equipo de criminales experimentados”.





Source link