Jorge Martín y Aprilia viven el peor momento de su breve, pero intenso romance en MotoGP. El vigente campeón del mundo, que decidió firmar con cierto despecho por la fábrica de Noale tras el desplante de Ducati hace menos de un año, cree haber visto lo suficiente como para determinar que la moto que le prometieron los responsables de su nuevo proyecto no es la que precisamente rueda estos días por los circuitos de medio mundo. Por ello, medita abandonar a los italianos a final de año y desechar el vínculo de dos cursos que les unía, sabiendo que hay otras partes interesadas en hacerse con sus servicios. Gracias a una cláusula por rendimiento algo difusa incluida en su contrato, tiene libertad para hacerlo sin acarrear penalización económica alguna.
El planteamiento de Martín, adelantado por Motorsport.com y confirmado por EL PAÍS, no deja de sorprender cuando ni siquiera ha podido completar un gran premio en lo que va de 2025. El nefasto arranque de curso del piloto madrileño de 28 años ha estado marcado por una dolorosa concatenación de fuertes accidentes y lesiones que requirieron dos viajes al quirófano en febrero, seguidos de un grave costalazo durante el GP de Qatar en su retorno oficial a la competición hace un mes. Este último revés le mantuvo varios días en la UCI con 11 costillas fracturadas y un neumotórax traumático, y el corredor apenas comienza ahora a moverse con cierta normalidad para encarar la rehabilitación necesaria antes de su retorno a las carreras.

En un giro imprevisto de los acontecimientos, el número uno del Mundial se encuentra ahora mismo en disposición de negociar con cualquier equipo de cara al próximo curso gracias a una cláusula por resultados que se incluyó sin imaginar la hipótesis de una lesión grave. La propia naturaleza apresurada de la firma de contrato entre las partes, ya que la mayoría de los flecos del vínculo se cerraron durante los cuatro días de actividad en el GP de Italia de 2024, puede haber provocado este vacío legal al que Martín se agarra ahora para justificar su posición de poder sobre Aprilia. Huelga decir que la fábrica del grupo Piaggio ha reaccionado con enfado y estudia si debe tomar medidas legales contra quien todavía es su piloto hasta final de curso.
A sabiendas de que la situación es muy particular debido a la sucesión de lesiones graves, Martín está dispuesto a prolongar el período de prueba de su actual contrato otros seis grandes premios, que empezarían a contar cuando el piloto español hiciera su regreso efectivo a la parrilla. Aprilia aún no ha contestado a dicha propuesta. El pronóstico más optimista indica que podría estar listo para reaparecer dentro de un mes y medio, coincidiendo con el GP de los Países Bajos el próximo 29 de junio, aunque no es un objetivo fijado y quedan pendientes varias validaciones médicas.
Aprilia prefiere por ahora no pronunciarse sobre el enredo contractual después de la reunión que ambas partes tuvieron el pasado viernes en el circuito de Le Mans. Martín se trasladó a propósito hasta el paddock del GP de Francia desde su residencia para comunicar su posición a la fábrica italiana, que vio en él la ficha definitiva para plantar cara a las Ducati de una vez por todas. En esta ocasión, el madrileño prefirió mantener un perfil bajo, más todavía cuando la situación ha creado un cisma difícil de navegar entre él y su nuevo equipo. Nada más terminar la jornada de reuniones emprendió el camino de regreso a casa.
En su día, Martín y su representante ya usaron una cláusula similar para desvincularse de KTM durante la pandemia. Con la temporada 2020 suspendida y aplazada a raíz de la covid-19, y sin ningún gran premio disputado todavía, activaron la salida de emergencia prevista por no encontrarse entre los 10 mejores de la tabla. Pudieron aceptar así, sin penalización adicional, la oferta de Ducati para subir a la categoría reina en 2021.
Cuando Martín optó por el proyecto de Aprilia el curso pasado, lo hizo en parte empujado por su conexión personal y profesional con Aleix Espargaró, el hombre que desarrolló y convirtió en ganadora la máquina de Noale antes de retirarse de la competición para asumir un papel de piloto probador con Honda. Ambos comparten agencia de representación y residencia en Andorra, donde suelen entrenar juntos en bicicleta por los puertos de montaña del principado. La RS-GP fue la única moto capaz de derrotar en 2024 a las Desmosedici, pero este curso marcha en última posición en la tabla de constructores. Su mejor piloto en la clasificación es el novato japonés y vigente campeón de Moto2 Ai Ogura, que marcha décimo a 128 puntos de la Ducati de Marc Márquez.
A finales de 2025, solo un equipo oficial contará con un asiento disponible en sus filas: Honda. La estructura satélite de la marca japonesa, con la que Johann Zarco triunfó en Le Mans, también tiene dos vacantes para el próximo curso. Los otros únicos huecos en la parrilla serían en el VR46 Ducati y en Yamaha. Los cuatro pilotos de la marca del diapasón cuentan con contrato directo con la matriz, a pesar de que el único potencial espacio está en el equipo satélite, precisamente el mismo Pramac junto al que Martín se coronó el año pasado, cuando la escuadra todavía era cliente de Ducati.
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