El reino del fútbol sala está habitualmente ocupado por las acaudaladas secciones de clubes de fútbol, caso del Benfica, el Sporting de Portugal y el Anderlecht, también el Barça, casi siempre presentes en la Final Four. Pero hay una isla, Mallorca, que le lleva la contraria a la lógica y está escribiendo la historia moderna con letras de oro: el Illes Balears Palma Futsal. Después de destrozar ayer de mala manera al Kairat Almary kazajo en la final (9-4), suma 24 duelos y tres Champions de carrerilla. Hazaña ni siquiera al alcance de los gigantes españoles como Movistar Inter (cinco títulos en global) y Barça (cuaatro), líderes en la tabla, ya seguidos en solitario por el Palma. Una jerarquía que comenzó en 2023 al superar en los penaltis al Sporting y que siguió el año pasado ante el Barça. La guinda, el partido perfecto ante el Kairat, todavía con dos laureles (2013 y 2017).

Es el Palma un equipo que nació como una aventura sin pretensiones, como un favor entre amigos para ocupar el espacio en un pabellón deportivo que se había quedado huérfano de ocupantes. La idea pasaba por hacer un conjunto de fútbol sala familiar que, con los años y los ascensos, se fue profesionalizando hasta alcanzar la élite, siempre bajo la batuta de José Tirado, desde hace 16 años el director general y deportivo, y la pizarra del técnico Antonio Vadillo, ya 13 ejercicios en el club y ayer de nuevo feliz por el éxito que logró su equipo en el Antares Arena de Le Mans (Francia).

La final era un duelo de estilos: equilibrio e intensidad defensiva del Palma salpimentado con un ataque eficiente; por la creatividad individual y las variantes ofensivas del Kairat, dirigido por el técnico catalán Marlon Velasco. Y aunque se le puso de cara el duelo al equipo balear, pues un chut del portero Luan Muler desde su casa se convirtió en un rechazo que Gordillo, mostacho de otra época el suyo, convirtió en gol, el equipo kazajo igualó con un latigazo de Caio Ruiz que Neguinho desvió a la red. Antes del entreacto, sin embargo, Machado, con un doble remate, y Rivillos, con un chut seco, tumbaron la resistencia del arquero Cavalcanti. Todo de cara, pero quedaba una parte por disputar y un título, el mayor de todos, por resolver.

Cogió color y forma rápido. Preocupado y exigido el Kairat en adelantar al portero para generar superioridades, un error suyo en el pase permitió el gol de vaselina y desde su campo de Fabinho. Quiso el equipo kazajo recuperar lo perdido, ataque al abordaje, pero no cedió el Palma, que nunca le hizo ascos a eso de defender, solidarios todos porque el colectivo está por encima. Y, de paso, metió todo lo que chutó, ninguno como Fabinho, que se marcó un póker.

Gloria y dicha para el Palma Futsal, la envidia de Europa, incluso de los clubes acaudalados de las secciones de fútbol.



Source link