Playoffs NBA – playoffs – jornada 43

New York Knicks

New York Knicks
Indiana Pacers

Indiana Pacers

A la tercera fue la vencida. Los Knicks no llegaban a una final de la Conferencia Este de la NBA desde hace un cuarto de siglo y en esta, empezaron perdiendo los dos primeros partidos en su estadio, el mítico Madison Square Garden. Con Jalen Brunson como líder, el equipo neoyorquino se impuso este jueves con claridad (111-94) a los Indiana Pacers para delirio de su afición. Con ello, se sitúan 2-3 en la eliminatoria al mejor de siete encuentros. El primer gran obstáculo a superar será el partido de este sábado en Indianápolis, de nuevo a vida o muerte para los Knicks.

Los Knicks se adelantaron en el primer minuto de partido con dos canastas de Brunson y desde ahí hasta el final del partido siempre fueron por delante. El fantasma del primer partido, cuando los Pacers remontaron 14 puntos en los últimos 2:40 minutos para forzar la prórroga y llevarse la victoria, estuvo presente en el Garden casi hasta el final. Esta vez, sin embargo, los de Indiana no repitieron milagro.

Los Knicks acabaron el primer cuarto 27-23 y se fueron al descanso con una renta apreciable (56-45). Fue en el tercer cuarto cuando más abrieron la brecha y se plantaron en el último tramo del partido con una ventaja de 17 puntos (90-73), aunque su renta había llegado a ser de 22. En el primer partido, los Pacers fueron capaces de remontar 17 puntos en solo seis minutos y medio, así que los nervios estaban a flor de piel cuando la distancia se acortó a 12 puntos y quedaban 8:15 minutos en el cronómetro.

Los Knicks, sin embargo, ampliaron enseguida la distancia y la remontada se convirtió en misión imposible, por más que los Pacers no tiraran la toalla. Haliburton se fue definitivamente al banquillo y el partido se cerró con la diferencia más amplia de los cinco disputados hasta ahora (111-94).

Rick Carlisle decidió mantener algo más tiempo del habitual en el banquillo a su estrella, Tyrese Haliburton, acaso pensando en el duelo del sábado. Además, tras su exhibición del martes, con un triple doble y ninguna pérdida de balón, el base de Indiana no tenía su día. Solo sumó ocho puntos. El novato Bennedict Mathurin, que ya demostró su calidad y su buen estado de forma en el cuarto partido de la serie, se convirtió saliendo desde el banquillo en el máximo anotador de los Pacers, con 23 puntos en 25 minutos.

Por parte de los Knicks, fue Brunson el que hizo un gran partido, con una elevada puntuación (32 puntos, cinco rebotes y cinco asistencias) y un alto porcentaje de acierto en tiros de campo y triples. Le secundó Karl-Anthony Towns, con 24 puntos y 12 rebotes. El dúo se convierte en el primero desde Shaquille O’Neal y Kobe Bryant en que ambos logran más de 20 puntos en cada uno de los cinco primeros partidos de una final de conferencia.

La victoria de los Knicks mantiene viva la final del Este. La estadística dice que muy pocas veces un equipo es capaz de remontar un duelo a siete partidos desde un 1-3 adverso, pero los de Nueva York han esperado 25 años para tener la oportunidad de llegar a una final de la NBA y están dispuestos a desafiar los precedentes. Demostraron en el tercer partido que son capaces de ganar en Indiana, aunque para ello necesitasen una racha imparable de Towns.

En la final ya esperan los Oklahoma City Thunder, que despacharon a los Minnesota Timberwolves en cinco partidos en la final del Oeste y son favoritos al título. Gane quien gane este año el trofeo Larry O’Brien, será el séptimo campeón de la NBA diferente en siete temporadas.



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