El día que el Barcelona anunció que Xavi Hernández no continuaría al frente del equipo, recibió un mensaje de uno de sus jugadores más críticos: Raphinha. “Míster, gracias por darme la oportunidad de jugar en el Barça. Perdón si en algún momento mi personalidad fue difícil de gestionar”. Xavi agradeció el gesto de un futbolista ambicioso, habitualmente quejoso durante su gestión debido a la escasa cantidad de minutos que le otorgaba el técnico catalán: solo completó siete de 60 partidos. “No es una crítica a Xavi. Inconscientemente, yo ya sabía que me iba a tocar salir. Intentaba hacerlo todo en 60 minutos y no me salía nada. Y otras veces, cuando sí me salían las cosas, me quitaba igual”, explicó Raphinha en una entrevista a este periódico.

La voluntad de Raphinha chocaba con la de Xavi. Su carácter, según él mismo, a veces es difícil de controlar, quería más y más en un Barcelona que no crecía, al contrario. En su primera temporada en el Camp Nou, el Barça se quedó con el título de la Liga. Una campaña que cerró con una planilla de 10 goles y 12 asistencias en 50 partidos. “La próxima temporada quiero hacer 20 goles y 20 asistencias”, le confesó a su entorno. Confiaba en su fútbol y también en la confección de la plantilla: con Dembélé en París, ya no tendría competencia en su posición predilecta como extremo derecho.

El Barcelona de Xavi, sin embargo, cayó en un tobogán futbolístico y anímico. Y Raphinha ni siquiera encontró consuelo en su mejor rendimiento individual: firmó estadísticas de 10 goles y 13 asistencias en 37 encuentros. “Hubiese alcanzado mejores números si me hubieran dado más minutos”, se quejó ante los suyos.

Ese contexto, sumado al coqueteo público del club con Nico Williams, angustió a Raphinha, que planteó a su familia la posibilidad de abandonar Barcelona. Fue entonces cuando Deco contactó a Hansi Flick. La primera decisión del técnico alemán fue reinventarlo como extremo izquierdo, a contramano de la posición en la que históricamente Raphinha se había sentido más cómodo: la banda derecha.

Si antes Dembélé era el preferido de Xavi como extremo derecho, después de la Eurocopa de Alemania, ahora lo era Lamine Yamal para el club. Raphinha, esta vez, no compitió con la joven perla del Barcelona. “Está encantado con Lamine. Ve muchas cosas de él mismo cuando era joven y quiere ayudarlo”, explicaban desde el entorno del brasileño sobre la relación entre ambos. De hecho, la relación trascendió lo profesional. “En un momento en el que lo necesitaba me envió un mensaje. Fue muy largo y personal. Me ayudó mucho. Es un capitán, un veterano, una figura importante. Es importante que se interese”, recordó el 19. Después de ese wasap, tuvieron una charla. “Fue una conversación muy positiva. Una conversación entre dos amigos, dos compañeros con 10 años de diferencia, en la que el mayor intenta ayudar al menor y el menor se deja ayudar”, le explicó el brasileño a su entorno.

Raphinha cuidó a Lamine en el vestuario y Hansi Flick a Raphinha en el campo. “Para mí, con Hansi, ha cambiado prácticamente todo. Me iba del club antes de empezar la temporada. El míster fue súper importante para mi cambio de pensamiento, para quedarme. Me transmite toda la confianza posible para hacer lo que estoy haciendo. Como he dicho, me ha cambiado todo. Me ha cambiado prácticamente la carrera. Estoy haciendo mi mejor temporada desde que empecé en el fútbol y se lo debo todo a él”, confesó el delantero brasileño.

Ocurre un hecho curioso: ambos entornos, tanto el de Raphinha como el de Flick, coinciden en que no hubo una charla especial ni motivadora entre jugador y técnico al inicio de la temporada. Flick analizó que la mejor forma de potenciar el juego de Raphinha era ubicarlo cerca de Lewandowski, mientras Alejandro Balde abría el campo por la izquierda. Raphinha entendió que su fútbol se potenciaría con el riguroso trabajo del alemán. En definitiva, en el silencio de los entrenamientos, Flick y Raphinha confluyeron. “Desde el primer día, Rafa está así de bien. Cuando llegué al Barcelona vi a un jugador que lo da todo por este club. Y se nota, tanto con el balón como sin él. Es un placer ver cómo defiende y cómo pelea cada pelota. Es imprescindible para nosotros”, lo elogió Hansi Flick.

Y, finalmente, Raphinha, de la mano de Flick, ha cumplido sus objetivos: alcanzó los 20 goles y 20 asistencias. De hecho, los ha superado: en los 54 partidos que ha disputado esta temporada, el brasileño ha marcado 34 goles y repartido 25 asistencias. Levantó la Copa, la Supercopa y está a un paso de celebrar la Liga en Cornellà.

De la banda derecha a la izquierda, de caminar en las sombras a ganarse un lugar entre los capitanes, Raphinha mejora a Raphinha. En menos de un año, pasó de pedir su traspaso —cansado de escuchar en los medios las negociaciones entre el Barça y Nico Williams— a negociar un nuevo contrato. “Mi próximo paso con el Barcelona es la renovación”, expuso Raphinha. Según explicó Mundo Deportivo, Deco planea extender su vínculo dos años más, hasta 2029.

“Difícil” para Xavi, “imprescindible” para Flick, Raphinha es mucho más que el consejero de Lamine Yamal.



Source link