Para explicar el año del Barcelona, campeón del triplete nacional, después de ganar la Liga, la Copa y la Supercopa, hay que hablar de Lamine Yamal, por supuesto, como también de Pedri y de Frenkie de Jong. Pero no se entendería el éxito del Barça de Hansi Flick sin Raphinha (28 años), autor de 34 goles y 25 asistencias en 56 partidos. Tuvo su premio el brasileño: pasó por las oficinas del club este jueves por la tarde para estirar por una temporada más su contrato hasta 2028. El nuevo vínculo coloca a Raphinha a la altura de su estatus, salta hasta el segundo escalafón de la plantilla, el que, por ejemplo, ocupa Pedri, renovado el pasado enero. El brasileño termina la campaña en el cielo azulgrana, una situación que resulta paradójica después de que el Barcelona le buscara salida el pasado verano.
Mientras en la pasada Eurocopa España pasaba pantallas y Nico Williams y Lamine Yamal se ganaban la admiración de Europa, en los despachos del Camp Nou meditaban cómo generar un golpe de efecto mediático en un momento en el que las arcas del club no estaban para grandes derroches. En realidad, no estaban para ningún tipo de dispendio. De hecho, desde el área deportiva aseguraban: “Si no hay ventas, no habrá fichajes”. Sin embargo, Laporta necesitaba generar ilusión en una afición arrasada emocionalmente tras el fiasco de Xavi. “Nico Williams me gusta mucho y hay dinero para ficharle”, advertía el mandamás azulgrana. Las palabras del presidente del Barcelona molestaron tanto a la directiva del Athletic Club como a Raphinha, el jugador al que Hansi Flick le había comunicado que lo colocaría como extremo izquierdo, posición en la que destaca el pequeño de los Williams.
Pero si el club le abría la puerta, él la cerraba. “Tengo dos años de contrato”, subrayaba, en su momento, Raphinha. Y se tapó los oídos frente a la tentadora oferta del Al Hilal de Arabia, equipo en el que por entonces militaba Neymar. “Primero la gloria, después el dinero”, destacaban desde su entorno. Sin embargo, tampoco quiso saber nada de regresar a la Premier. Raphinha estaba convencido de que podía triunfar en el Barcelona y Flick era su trampolín. “Empecé sabiendo que tenía que adaptarme a otras posiciones y a otra forma de jugar. Pero doy lo mejor: si antes trabajaba al 100 por cien, ahora doy el 200”, comentó el delantero brasileño.

No se equivocó Flick. No se equivocó Raphinha. El alemán lo colocó como extremo izquierdo, cerca de Lewandowski, y el brasileño explotó su fútbol. Antes ya se había ganado el respeto de sus compañeros: fue elegido capitán, justamente por delante del polaco, el pasado verano. “Lo conocía de hace mucho tiempo, el primer año fue bueno, la segunda temporada bajó un poco el nivel, pero este año ha sido brutal. Un jugador para estar en el Barça tiene que estar al 200%. Raphinha desde el primer minuto no quería irse, mostró total confianza en sí mismo, y nosotros encantados porque lo que queríamos era subir el nivel”, expuso Deco, director deportivo del Barcelona.
Había sido Deco, justamente, su puente para llegar al Barcelona en el verano de 2022. Por entonces, era su agente. Pero desde que fichó como director deportivo, por motivos éticos, Deco se deshizo de su agencia y, por lo tanto, de Raphinha. No lo tuvo fácil Deco para negociar el nuevo contrato de Raphinha. Había dos bandos: por un lado, la mujer y el suegro; por el otro, el padre del jugador y un amigo. Ambos, el mismo interés: la comisión. Se impuso, según cuentan en los despachos de la Ciudad Deportiva, el sentido común. Una suerte para el Barça y para Raphinha. De descarte a estrella, un año volátil para el delantero que no quería oir nada de dejar Barcelona.
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