En Mónaco, el escenario más universal y único de todo el calendario del Mundial de Fórmula 1, además de ser su lugar de residencia, Lando Norris volvió a ser ese piloto que encandila al público por su estilo, especialmente a los seguidores más jóvenes, esos que la dirección del campeonato va loca por enganchar. El británico, arrinconado por el brío exhibido en este arranque de curso por Oscar Piastri, su vecino de taller en McLaren, se ha pasado un mes en el diván, sumergido en el simulador y haciendo terapia con los ingenieros, para recuperar su mejor versión, esa que le llevó a discutirle a Max Verstappen el último título en algunos momentos de la temporada. “Intentamos usar la información recopilada en algunos de los últimos eventos para encontrar la última décima que le faltaba a Lando. Creo que los técnicos han hecho un excelente trabajo identificando qué tendríamos que haber modificado, y él también puso todo de su parte”, convenía Andrea Stella, el responsable técnico del equipo de Woking (Gran Bretaña).

La pole position que se adjudicó el sábado, por delante de Charles Leclerc, le colocó en un lugar ya de por sí privilegiado, que en Montecarlo se convierte en determinante. De Norris se dice que es rápido pero mentalmente más vulnerable que, por ejemplo, Piastri, por no hablar de Verstappen. Una de las asignaturas en las que va más pez es la arrancada, circunstancia que volvió a quedar claro este domingo. A pesar de tratarse de Mónaco, donde la primera curva está a menos de 200 metros de la primera posición de la parrilla, al muchacho de Bristol a punto estuvieron de birlarle la cartera (Leclerc), cosa que le habría complicado mucho la existencia. Un pisotón al freno y una derrapada in extremis le permitió al de McLaren mantenerse al frente del pelotón, y a partir de allí todo fue gestión de la situación.

La prueba, planteada a dos paradas en los garajes por reglamento, fue de las de manual en el Principado. Con contados cambios de posiciones y con una serpiente de monoplazas repartidas por los toboganes que caracolean por la ciudad. Leclerc, el héroe local, presionó a su colega todo lo que pudo, amagando con tirarle el Ferrari pero sin llegar a poder hacerlo en ningún momento, un clásico de esta carrera. La tercera plaza del cajón la ocupó Piastri, que permanece como líder del Mundial a la espera de fines de semana mejores. Carlos Sainz cruzó la meta el décimo, mientras que Fernando Alonso se vio obligado a abandonar a media prueba (vuelta 38) y cuando circulaba el sexto, con el motor de su Aston Martin completamente frito. A pesar de la ligera mejora mostrada en las dos últimas pruebas, el asturiano sigue sin haber podido estrenar su casillero de puntos, y eso supone su peor comienzo en los últimos diez años.

Este triunfo, el segundo de este 2025 y el sexto de su palmarés, es un auténtico bálsamo para Norris, que no ganaba desde la cita inaugural, en Australia. Desde entonces fue su vecino quien se vino arriba y se impuso en tres grandes premios consecutivos, antes de que Mad Max lo bordara la semana pasada, en Imola. Competir en inferioridad de condiciones es incómodo, pero verse obligado a ganar a resultas de disponer del mejor coche, inyecta una presión que no todo el mundo es capaz de soportar. Que se lo pregunten a los compañeros más recientes de Verstappen, un animal competitivo como ninguno, como se volvió a hacer evidente en las últimas diez vueltas. El holandés, circunstancialmente en cabeza —solo había hecho una parada de las dos obligatorias—, bajó su ritmo tanto como pudo para dejar a Norris, que circulaba pegado a él, a merced de los ataques de Leclerc. “¿Dónde está Oscar? Le necesito”, soltó el de McLaren, por la radio, a la espera de que la llegada de Piastri incomodara al monegasco. Finalmente, ni las artimañas del actual campeón permitieron ningún adelantamiento relevante, ni a Norris le entró la tiritona de otras veces, y eso es la mejor noticia para la hinchada y la peor para Zak Brown, el director de la escudería británica, que tiene a su pareja de pilotos separada por solo tres puntos en la tabla general.



Source link