El expresidente boliviano Evo Morales hizo una demostración de fuerza en contra de su marginación de las elecciones de agosto. Su marcha “para salvar a Bolivia por segunda vez” llenó La Paz, la capital política del país, de miles de simpatizantes que protestaban para que “inscriban al comandante Evo” como candidato a presidente. Los manifestantes, la mayoría campesinos, mostraron el poder de convocatoria que retiene Morales y colapsaron el tráfico hasta ser desalojados por la Policía en las cercanías del Tribunal Electoral, donde se están recibiendo las listas de candidatos. Varios uniformados y un periodista que cubría los hechos resultaron heridos. El Gobierno detuvo a Ponciano Santos, un importante dirigente campesino y culpó por la violencia a los “evistas”.
El presidente del Tribunal Electoral, Oscar Hassenteufel, declaró a la prensa que sí era posible inscribir a Morales si este tenía un partido al cual representar. Aclaró también que este registro no necesariamente implicaría que el expresidente compitiese en agosto. Aun si se inscribiese, las autoridades electorales evaluarían en los siguientes días los argumentos a favor y en contra de su participación.
En contra existe una decisión del Tribunal Constitucional para limitar el número de reelecciones a una, y para fijar la duración de la gestión presidencial de cualquier ciudadano boliviano en un máximo de diez años continuos o discontinuos. Esta sentencia inhabilita a Morales, que ya ha gobernado el país tres veces. Si las autoridades electorales la cumpliesen, como es de esperar, no podría correr aun estando inscrito.
Una maniobra judicial arrebató al exmandatario el control de su partido, el Movimiento al Socialismo (MAS), que terminó en manos del presidente Luis Arce, con el que Morales se halla en una guerra fratricida desde 2022. Mientras que el MAS se ha quedado sin candidato por la declinación de Arce, cuya imagen sufre un grave deterioro a causa de la crisis económica del país, Evo Morales, que se halla mucho mejor posicionado en las encuestas, carece de partido.
El líder indígena se ha acercado a varias pequeñas organizaciones, abundantes en el sistema político boliviano, que están vacías de militancia, pero tienen derecho a participar en elecciones. Hasta ahora, sin embargo, no ha cerrado un acuerdo público con ninguna. Morales denunció que el oficialismo estaba acorralando a estos partidos con la amenaza de enjuiciarlos por diferentes motivos si “aceptan a Evo”.
Así que hasta ahora no está claro si el líder indígena cuenta con el requisito más básico para postular: una organización con personería jurídica. Morales ha señalado que “tiene partido”. Esto solamente se sabrá a ciencia cierta el lunes 19 de mayo, cuando acabe el proceso de inscripción.
“Abajo los traidores”
A lo largo de este viernes, miles de simpatizantes de Morales entraron al centro de La Paz desde las afueras de la ciudad en dos columnas que colapsaron el tráfico y que recibieron el apoyo de algunos vecinos y el rechazo de otros. “¡Viva Evo Morales!”, “La Paz los respalda”, “Abajo los traidores”, “Abajo la derecha”, gritaban tanto los marchistas como quienes habían venido a recibirlos. Los primeros eran cocaleros, campesinos de las provincias paceñas, mineros cooperativistas que protestaban por la falta de combustible para el funcionamiento de sus maquinarias, comerciantes y miembros de otros sectores. Varias grupos llevaban vestimentas indígenas y los acompañaban músicos con quenas, tambores y pututos (instrumentos de viento que los indígenas usaban originalmente en sus batallas).
La mayor parte de la multitud desfiló durante horas por la principal avenida entre El Alto, la ciudad de inmigrantes en la que el “evismo” sigue siendo muy fuerte, y La Paz, la ciudad colindante y sede del poder político.
Los manifestantes llegaron a la plaza San Francisco, donde se han producido las concentraciones históricas de los trabajadores bolivianos y continuaron hacia las oficinas del Tribunal Electoral, que estaban fuertemente resguardadas por policías. Allí fueron contenidos con bombas lacrimógenas.
“A las buenas o a las malas nos vamos a inscribir. Nos vamos a hacer respetar”, señalaba una participante en la marcha. “Con su provocación nos hacen más fuertes”, decía otro manifestante cubierto con una máscara de papel con el rostro de Morales. Había muchos disfrazados como él. Los evistas habían anunciado que su líder estaría en la marcha, pero que su ubicación exacta sería un secreto para evitar que fuera detenido por la Policía por no presentarse a declarar en un juicio en su contra, en el que se lo acusa de estupro a una adolescente de 15 años. No existe ningún reporte de que haya sido visto en La Paz. Desde que está encausado, Morales vive encerrado en la zona cocalera del Chapare, su baluarte político, rodeado de una guardia sindical que lo protege de las acciones policiales.
¿Cuál sería el “plan B” si Morales quedase fuera de las elecciones? Según Freddy Mamani, expresidente de la Cámara de Diputados y alto dirigente “evista”, “el plan B es movilizar todavía más al pueblo; esta marcha solo es una muestra de lo que puede pasar. Si lo inhabilitan el pueblo se va a levantar. Inhabilitar a Evo es inhabilitar al pueblo. El pueblo se va a levantar sin medir consecuencias; cuando el pueblo se enoja, no es posible controlar; que piensen muy bien el TSE y el Gobierno lo que hacen”, declaró. “¿Cómo puede haber una democracia sin que él participe? ¿Cómo el gobierno que gane va a tener estabilidad?”, preguntó.
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