“Soy el orgulloso padre de tres hijas. He tenido el privilegio, más rápido de lo que quisiera, eso sí, de verlas crecer y desarrollarse como mujeres. He tenido muchas conversaciones con ellas y con mi esposa, y he sido testigo de varias otras. Como seguro les pasa a otros padres, en especial en hogares “100% femeninos”, también he sentido, en más de una ocasión, que me falta el lenguaje para acompañarlas, a veces simplemente me siento torpe y no logro conectar con ellas en los aspectos más naturales y esenciales de su desarrollo femenino, y uno de ellos, es la menstruación”.

Con estas palabras, Cristóbal Somarriva Quezada -padre de tres hijas y ejecutivo de la compañía de productos de higiene y cuidado personal Softys y su marca Ladysoft, comienza la carta abierta que escribió con motivo del Día Mundial de la Higiene Menstrual, que se celebra cada 28 de mayo para visibilizar los desafíos que aún enfrentan las niñas y mujeres al gestionar su ciclo.

En su misiva, Somarriva reconoce las barreras culturales que suelen apartar a los hombres de esta conversación. “Me di cuenta de que el silencio heredado ‛porque es cosa de mujeres’ genera vergüenza y distancia”, relata. Su objetivo -dice- es acompañar a sus hijas “con lenguaje y empatía” y contribuir a un entorno familiar donde la menstruación se trate sin pudor ni estigma.

Para Somarriva, integrar a padres, abuelos y hermanos en la educación menstrual es “una cuestión de equidad y salud”. Además, comparte que: “En el camino, he aprendido que hablar de menstruación no es solo hablar de ciencia o de biología. Es también hablar de equidad, de salud, de bienestar, y también de romper ciertos estigmas. Es acompañar a nuestras hijas para que vivan este ciclo con confianza, sin sentir que deben esconderse”.

De acuerdo con la ONU, la falta de estudios sobre la mujer y el constante tabú de la menstruación ha creado un estigma y discriminación, donde en algunas partes del mundo aún es considerado sinónimo de

Cristóbal Somarriva Quezada, ejecutivo de la compañía de higiene Softys, acompañado de una de sus hijas. Imagen: cortesía. “impureza”.

El tabú que persiste

La experiencia en primera persona de Cristóbal Somarriva es parte de una realidad que se vive en el mundo. Según un informe reciente de Unicef y la OMS solo dos de cada cinco escuelas del mundo imparten educación específica sobre menstruación y menos de un tercio dispone de papeleros adecuados en los baños de niñas. En Latinoamérica, un estudio de UNICEF evidencia además que el 43% de las niñas y adolescentes prefieren no asistir a clases durante su periodo menstrual debido a la falta de productos adecuados y una infraestructura escolar insuficiente.

Con las cifras sobre la mesa, el mensaje de Somarriva cobra fuerza en estos tiempos: “Necesitamos incluir a los hombres desde el conocimiento, la empatía y el respeto”, afirma. El padre chileno celebra que fechas como la de hoy abran “espacios de conversación” y sean una oportunidad para formar y acompañar a sus hijas “con humildad”.

Antes de cerrar su carta, el ejecutivo recuerda que hablar de menstruación “no es solo biología”, también implica bienestar emocional y la ruptura de estigmas que afectan la autoestima de niñas y adolescentes. Una tarea, insiste, que requiere la participación de toda la familia, especialmente de los padres que, como él, buscan las palabras justas para estar presentes.



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