El PSG de Luis Enrique es una auténtica apisonadora, da igual qué nombre tenga el rival o qué estilo de juego tenga: quiere el triplete y este sábado han dado su segundo paso. Sin Kvaratskhelia, pero con un Doué desbocado, un fino Barcola, un excelso João Neves, un Dembélé desequilibrante y dos atletas como son Nuno Mendes y Hakimi, el equipo parisino se ha proclamado campeón de la Copa de Francia tras pasar por encima de un inofensivo Stade de Reims (3-0).
El mítico Stade de France acogía este domingo la final de la Copa de Francia entre dos equipos que tenían en mente dos objetivos dispares. Por una parte, el PSG de Luis Enrique, que buscaba dar su segundo paso para el triplete después de ganar la Liga con su solvencia habitual y a la espera de enfrentar al Inter de Milán en la final de la Champions el próximo sábado. Por otro lado, el Stade de Reims, un equipo que se está jugando el descenso en un play out contra el Metz —equipo con el que empató 1-1 en la ida de esa eliminatoria— y cuyo entrenador, Samba Diawara, avanzó cómo sería el guion del partido varios días antes: “La final de Copa no tiene importancia. La prioridad del club es seguir en la Ligue 1″, sentenció el técnico franco-maliense.
Y así como anticipó Diawara, sucedió el partido: con el Reims agazapado en su trinchera defensiva y el PSG avasallando el área rival desde el pitido inicial. Hakimi y Nuno Mendes asediaban constantemente los costados con un Doué al que Luis Enrique retrasó su posición al centro del campo incorporando a Barcola en el once. Vaya si surtió efecto la modificación del asturiano. En el minuto 16 el propio Doué recibió en el centro del campo, giró, levantó la cabeza y filtró un pase milimétrico a la espalda de la defensa del Reims que recogió Barcola y definió a la perfección batiendo a Diouf.

Los mismos protagonistas fabricaron el segundo tanto parisino. Recibió Doué en el área un gran pase de Marquinhos, y desde la línea de fondo metió un centro en paralelo al segundo palo que Barcola atacó con firmeza para poner tierra de por medio.
Poco antes del descanso, la insistencia por ambas bandas de los laterales dio su fruto. Barcola puso un centro al segundo palo donde apareció Hakimi solo para embocar a gol. El partido estaba visto para sentencia con el 3-0.
La segunda parte fue un mero trámite burocrático en el que ambos equipos estaban obligados a jugar los 45 minutos restantes. El PSG siguió atacando pero de una manera distinta: con menos intensidad y más calidad. Los Doué, Neves y Dembélé comenzaron a gustarse sobre el césped con jugadas más individuales que combinativas. Aun así, el Reims apenas pudo salir del estado de asfixia al que estaba sometido con jugadores tan eléctricos. Sin embargo, en la segunda mitad la mente de los muchachos de Luis Enrique estaba en el partido de dentro de una semana: la final de la Liga de Campeones contra el Inter en Múnich. No solo por conseguir su ansiada primera Champions que persiguen desde hace años, sino por la posibilidad de conseguir un triplete histórico en el “Año Uno post Mbappé”.
El Stuttgart conquista su cuarta Copa de Alemania
En la final de la DFB Pokal se medían dos equipos para nada habituales en los últimos años. Por un lado estaba el Stuttgart, que realizó una gran campaña el año pasado clasificándose para la Champions. Y por el otro el Arminia Bielefeld, equipo de Tercera División que obró el milagro en las semifinales al eliminar al Bayer Leverkusen de Xabi Alonso.

El Stuttgart era claro favorito, pero temían que le ocurriera lo que al equipo del tolosarra. Sin embargo, en cuestión de 15 minutos sentenciaron la final. Woltemade puso el primero en el minuto 15, Millot el segundo en el 22 y Undav marcó el 0-3 en el 28. En la segunda mitad, Millot volvería a anotar para poner el cuarto y matar el partido. Aunque el orgullo de un equipo de Tercera emergió y en tres minutos pondrían el 2-4 definitivo. Casi 20 años después, el equipo del suroeste de Alemania vuelve a levantar un trofeo.
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