Fernando Grande-Marlaska saca un buen puñado de papeles. El ministro del Interior los mira una y otra vez, una y otra vez. De pronto, observa a su izquierda a la bancada del PP. Los ojos están puestos en la senadora popular por Ávila Alicia Rodríguez. Marlaska está a pocos segundos de escuchar al unísono y con golpes en la mesa un cántico en mitad de una sesión de control en el Senado:

—¡Dimisión, dimisión!

El ministro Marlaska acudía este martes a la Cámara alta dos semanas después de que Pedro Sánchez lo desautorizara públicamente. El presidente del Gobierno le ordenó “rescindir de forma unilateral” un contrato de compra de balas a Israel por más de seis millones de euros que estaba poniendo en riesgo la coalición y la propia imagen del presidente. Desde entonces hasta este martes, el titular de Interior ha guardado silencio. Los populares han ido con todo para atornillar al Ejecutivo tras dos semanas sin plenos y con dos grandes casos mediáticos que han afectado de lleno a la ciudadanía y del que todavía no existen unas explicaciones claras: el apagón eléctrico y el robo de cobre que paralizó a 10.000 usuarios de Renfe el pasado domingo. La senadora Rodríguez, que iba a centrar su pregunta en el contrato de balas, no se ha andado con historias y ha pedido directamente la cabeza del ministro.

—Marlaska, usted no sirve a España, sirve al sanchismo.

“Ha pasado de condenar a etarras, a liberarlos”, ha continuado. “De parecer un hombre de Estado, a ser cómplice del desguace de España. Ha sido reprobado, criticado, abandonado por sus compañeros. ¿Qué hace usted todavía aquí?”. La bancada del PP ha aplaudido a raudales. Tanto, que un senador popular ha sido muy explícito entonando una risa que se ha escuchado hasta en el público, “jo jo jo”.

Marlaska ha sido muy franco. “Si quieren que me vaya, cambien de estrategia”. Y en lugar de contestar por el contrato de balas, del que sigue sin dar explicaciones, ha refutado al PP que aplaudieran al presidente Carlos Mazón durante el congreso europeo de los conservadores celebrado hace unos días en Valencia. “Se dedican a meterse con este Gobierno sin argumentos. Hablan de hacer frente a los populismos y viven sumidos de la dependencia de Vox. ¿Me van a hablar desautorización?”.

El ministro de la Presidencia, Justicia y Relaciones con las Cortes, Félix Bolaños, durante la sesión de este martes.

Ha sido entonces cuando la senadora popular ha contado que ella viajó en un tren de alta velocidad el pasado domingo. Que, supuestamente, estuvo parada 14 horas sin agua, luz, ni alimentos junto a 500 pasajeros. “No voy a reproducir lo que mis compañeros de viaje me pidieron que les dijera”, ha dicho. “¿Sabe qué era el sentir mayoritario? Que si [los viajeros] fueran Puigdemont u Otegi les hubieran mandado el Falcon o el coche de Sánchez […] ¡Querrían apagar la democracia encerrándonos en un vagón de Venezuela y Cuba! ¡Háganos un favor y dimita!”.

El PP nuevamente se ha levantado en tromba para aplaudir a su compañera entre gritos de dimisión y durante varios segundos. La senadora, sin embargo, ha optado esta vez por beber un vaso de agua. No es nada fácil tumbar a Marlaska. Al otro lado, a la izquierda, el ministro de Presidencia y Justicia, Félix Bolaños, también ha aplaudido la intervención popular, se entiende que irónicamente.

De inmediato, el ministro del Interior ha contestado a la senadora del PP que le preocuparía mucho si el PSOE hubiera aplaudido una intervención así. Y ha alabado la gestión de Sánchez durante el apagón. “No había pasado una hora y estaba ya en Red Eléctrica”. Es entonces cuando el presidente del Senado ha tenido que intervenir para pedir respeto por Marlaska, que tras su intervención se ha marchado del hemiciclo.

No. No ha sido una tarde sencilla para el Gobierno. El pleno, muy bronco y con críticas muy duras por el PP, ha servido para punzar al Ejecutivo por la gestión del apagón. Incluso de ERC, su socio parlamentario. “Fallaron las comunicaciones y no conocemos las causas”, ha dicho la senadora independentista Sara Bailac. “Esto es responsabilidad del Gobierno. Lo que el apagón saca a la luz es que no existe un plan. Dejaron a los ayuntamientos a oscuras”.

La vicepresidenta tercera del Gobierno, Sara Aagensen, ha contestado que el Ejecutivo sigue trabajando en identificar las causas. “Este hecho nos va a dejar lecciones aprendidas para mejorar y encontrar la mejor respuesta ante episodios inesperados. No vamos a decir ninguna causa que no sea certera”. Ha pedido tiempo. Ha alabado la recuperación del sistema en cuestión de horas. El senador extremeño, Ángel Pelayo Gordillo, de Vox, ha tirado de retranca tras estas palabras:

—Llegará a la conclusión de que no piensan dar la conclusión.

Pelayo ha aventurado un futuro muy negro para el Ejecutivo. “El apocalipsis que no iba a llegar, llegó”. Y el PP minutos antes volvió a preguntar al ministro de Justicia y Presidencia, Félix Bolaños, por el caso del fiscal general del Estado, investigado por revelación de secretos. “Espero que tengan la conciencia tranquila con la manera que tienen de hacer oposición. Estoy con quienes cuentan la verdad. ¿Y ustedes?”. La senadora del PP, sin embargo, ha cerrado sin medias tintas:

—Usted es un puro chiste. Váyanse por salud democrática.



Source link