La sensibilidad de los mercados ante cualquier noticia de corte geopolítica está a flor de piel. Está ocurriendo con los acuerdos comerciales para frenar la guerra arancelaria, y pasa también, en el caso del petróleo, con los avances en el diálogo para un pacto nuclear entre Irán y Estados Unidos que ponga fin a las sanciones sobre la exportación de crudo que Washington impone a Teherán. “Estamos en negociaciones muy serias con Irán para una paz a largo plazo. […] Nos estamos acercando a, tal vez, llegar a un acuerdo”, ha afirmado el presidente de EE UU, Donald Trump, durante la gira de cuatro días que está llevando a cabo por Oriente Medio, según informa Reuters.
Esas palabras, unidas a las declaraciones de un alto funcionario iraní a la cadena estadounidense NBC, en las que dejaba entrever la voluntad del país persa de hacer concesiones alcanzar un pacto, están empujando el barril de Brent a la baja. En la mañana de este jueves cotizaba en torno a 64 dólares, con caídas que rondan el 3%.
Los inversores descuentan así el aumento en las posibilidades de que cientos de miles de barriles de petróleo iraní al día queden exentos de restricciones próximamente, y por tanto haya mucha más oferta en el mercado. Según Bloomberg, Irán produce actualmente alrededor de 3,35 millones de barriles al día, por debajo de su promedio de 3,56 millones en 2018. De ellos, exporta aproximadamente 1,66 millones de barriles diarios, por debajo de los dos millones que vendía al exterior cada día durante el acuerdo nuclear de 2015-2018, cuando se suavizaron las sanciones.
En ese contexto de temor a un mercado inundado de crudo, las acciones de las empresas de energía europeas eran las más penalizadas este jueves del índice Stoxx 600, con una caída del 2,5% en el conjunto del sector. BP (-3,5%), Shell (2,62%), TotalEnergies (1,5%) o Repsol (1,10%), se cuentan entre las más afectadas.
En lo que va de año, el Brent pierde ya alrededor de un 15%, y está muy por debajo de los 75,08 dólares por barril en que se movía en vísperas de la victoria electoral de Trump. Algunos analistas creen que todavía hay margen para que siga bajando a corto plazo, aunque no demasiado: Goldman Sachs estima que el precio medio del barril de Brent será de 63 dólares este año, y de 58 dólares en 2026, debido a los mayores riesgos de recesión derivados del conflicto comercial, y a un potencial aumento de la oferta por parte de los países productores de petróleo. A comienzos de mes, los países de la OPEP+ (Organización de Países Exportadores de Petróleo, además de Rusia), acordaron un aumento en la producción de crudo por segundo mes consecutivo, aumentando el ritmo de bombeo para mayo en 411.000 barriles por día, lo cual llevó al Brent a perder los 60 dólares momentáneamente.
Esos vientos en contra para la cotización del petróleo chocan con otras fuerzas que tiran en sentido opuesto, aunque con mucha menos potencia. La Agencia Internacional de la Energía (IEA por sus siglas en inglés) ha revisado al alza sus previsiones de crecimiento de la demanda de petróleo para este año y el próximo en su último informe mensual, después de que en el primer trimestre el consumo se viera impulsado por un comienzo de año más frío que el anterior, inusitadamente suave. Ahora, la IEA calcula un crecimiento de la demanda promedio de 740.000 barriles al día en 2025, y de 760.000 en 2026, lo que suponen 20.000 y 70.000 más respectivamente si se compara con sus números del mes pasado.
Vaivenes en las conversaciones
Pese a los avances de las últimas horas, las negociaciones entre Irán y EE UU han sufrido diversos altibajos en las dos semanas precedentes. En un primer momento estaba previsto que la cuarta ronda de conversaciones sobre el programa nuclear iraní se celebrara en Roma el pasado 3 de mayo, pero el encuentro se aplazó sin fecha después de que Washington anunciara sanciones adicionales a empresas relacionadas con las exportaciones de petróleo iraní.
Concretamente, el Departamento del Tesoro de EE UU castigó a más de 20 compañías de una red que, según su versión, envió durante mucho tiempo petróleo iraní a China. Estas firmas facilitaron las entregas a China de barriles por valor de miles de millones de dólares, en nombre del Estado Mayor de las Fuerzas Armadas de Irán y su empresa fachada, Sepehr Energy, según señaló el Tesoro de EE UU en un comunicado.
Sin embargo, una vez superado ese episodio, las negociaciones pudieron reanudarse con celeridad, con Mascate, la capital de Omán —un país que está actuando como mediador—, como sede. La reunión se produjo este domingo, y se prolongó durante tres horas, con un resultado que las autoridades estadounidenses calificaron de “alentadores”, pero sin que saliera nada en firme más allá del compromiso de volver a mantener un cara a cara próximamente.
Trump está buscando en la zona apoyos en su conflicto con Irán. Este miércoles instó a Qatar a utilizar su influencia sobre Irán para persuadir a los líderes del país a alcanzar un acuerdo con Estados Unidos para reducir su programa nuclear, que avanza rápidamente. “Espero que puedan ayudarme con la situación de Irán”, dijo Trump durante su intervención en la cena formal. “Es una situación peligrosa y queremos hacer lo correcto”.
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