El nuevo papa, León XIV, tuvo un breve intercambio de mensajes con EL PAÍS en los días previos al cónclave, en el que, más allá de la mera respuesta a una solicitud de entrevista, mostró amabilidad y aprecio por la labor de los periodistas. Es una pequeña anécdota que ayudar a tener algo más de luz sobre un ángulo importante, y aún por descubrir, del nuevo pontífice: cómo será su relación con los medios de comunicación después de un papa tan mediático como Francisco, que llegó a dar cientos de entrevistas.

Este diario, que mencionó a Robert Francis Prevost entre los principales favoritos a la sucesión de Francisco, le pidió una entrevista por correo electrónico el pasado 25 de abril, cuatro días después de la muerte del papa argentino. Como no hubo respuesta y dado que el cardenal no estaba concediendo entrevistas a ningún medio, este periódico envió un segundo mensaje el día 27 de abril, pidiendo disculpas por anticipado por la insistencia. “La insistencia no es un problema”, respondió Prevost poco después, ese mismo día.

A continuación, explicó que los compromisos de trabajo no dejaban mucho tiempo libre. Eran los frenéticos días en que arrancaban las congregaciones generales, las asambleas de cardenales para preparar el cónclave.

En su mensaje, el futuro papa se excusó diciendo que ya se había pedido a los cardenales no conceder entrevistas y, por tanto, prefería no hacerlo. Pero no dejó de añadir, antes de despedirse, una reflexión de apoyo al periodismo: “Gracias por el trabajo, que considero muy importante”.

La primera audiencia, con periodistas

Lo cierto es que la primera audiencia pública de León XIV será precisamente a los periodistas, este lunes, como ya hizo Francisco tras su elección. El Papa se encontrará con los profesionales de los medios acreditados en el Vaticano, que durante los últimos días han llegado a ser 6.000, en un acto que probablemente se celebrará en el aula Pablo VI, un gran auditorio situado dentro del pequeño estado.

Será la primera ocasión para comprobar su modo de comunicar en contacto con la prensa y sus palabras darán pistas sobre cómo piensa desarrollarlo. Francisco ha sido el papa que más lejos ha llevado la relación con los medios, hablando de todo sin cortapisas y con enorme frecuencia. Para sus críticos, demasiada, pues en los sectores más tradicionales se consideraba que el papa debe manifestarse de forma casi exclusiva mediante su magisterio, sus homilías, sus documentos y sus encíclicas, pero Jorge Mario Bergoglio lanzaba continuamente mensajes de modo informal en conversaciones con periodistas.

Francisco estrenó su intensa relación con los periodistas con la célebre rueda de prensa en el vuelo de regreso de su primer viaje, a Brasil, al decir la frase “quién soy yo para juzgar a un gay”. Estos encuentros con el avión, en cada viaje, fueron una mina de titulares y el papa argentino no temía meterse en charcos, hablando a veces de modo muy coloquial.

Después siguieron una docena de libros-entrevista con periodistas de su confianza y numerosas entrevistas, algo inédito en un pontífice. La primera a un medio español fue a EL PAÍS, en enero de 2017. Una de las incógnitas que debe despejar León XIV, tímido y de carácter muy distinto a Francisco, es si seguirá el ejemplo de su predecesor o, por el contrario, va a reducir esa exposición pública y reducir o eliminar las entrevistas.

El primer momento para comprobar claramente cómo se comporta León XIV con los medios surgirá en el primer viaje que realice. Francisco tenía ya uno previsto a Turquía a final de mayo, con motivo del aniversario del 1700 Concilio de Nicea, pero a la vista de la agenda del nuevo papa para los próximos días, dada a conocer este viernes y que prevé compromisos hasta el 25 de mayo, no parece que vaya a ser posible.



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