El alcalde de Barcelona, Jaume Collboni (PSC), ha recibido una carta con 2.334 firmas que le reclaman que abra al atletismo el Estadio Olímpico de Montjuïc, cogollo de unos Juegos Olímpicos que cambiaron a la ciudad de Barcelona para bien y para siempre.
La misiva, redactada por un grupo de personas amantes del atletismo reunidas en el colectivo Amics de l’atletisme en pista, cuenta con el apoyo de decenas de directivos, entrenadores, atletas y periodistas que le recuerdan a Collboni que el estadio Lluís Companys, reconstruido para la ceremonia de inauguración y las pruebas de atletismo de los Juegos Olímpicos de 1992, apenas ha acogido pruebas de atletismo en los últimos 33 años: unos Campeonatos de Europa en 2010, un Mundial júnior en 2012 y pocos y puntuales mítines Ciudad de Barcelona. Mientras, en el Lluís Companys se ha convertido en el estadio de fútbol de emergencia para el Barça y el Espanyol durante las obras de construcción del campo de Cornellà tras la demolición de Sarrià y durante la reforma del Camp Nou. El club perico se basó en Montjuïc más de una década, entre 1997 y 2009, compartiéndolo con el Barcelona Dragons de fútbol americano.
El Barça ya ha cumplido dos temporadas completas en el campo de la montaña. Al menos, pese a tanto fútbol, se ha mantenido la pista de atletismo, a diferencia del Estadio de la Cartuja de Sevilla, construido para el Mundial de atletismo de 1999, cuya pista ha sido desmontada en la última remodelación para celebrar la final de la Copa del Rey de fútbol.
“Que no haya competiciones de atletismo es una anomalía que se debe y se puede corregir. Otras ciudades europeas que también han organizado Juegos Olímpicos, como Londres, Berlín, Roma o París, reservan sus estadios dos o tres semanas anualmente en verano para acoger competiciones de atletismo, incluidas reuniones de la Diamond League, y hasta organizan competiciones nacionales o locales que animan a la ciudadanía y a las personas que practican atletismo a disfrutar de una instalación pagada con el dinero de todos”, se lee en la carta. “No pedimos ningún imposible, simplemente que se reserve una franja de dos semanas cada año en el estadio para celebrar competiciones de atletismo”.
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