La compra de medicamentos enfila por fin la fase final del proceso, después de meses de contratiempos e irregularidades que terminaron en abril con la anulación por corrupción de todo el procedimiento. El Gobierno ha anunciado este martes el inicio de la subasta inversa para volver a licitar los contratos en los que se detectaron sobrecostes de hasta 13.000 millones de pesos y aquellos asignados a empresas que no habían cumplido con las entregas prometidas. Con este método, que consiste en poner a competir a los proveedores por precios cada vez más bajos sin perder la calidad, se volverá a adjudicar la compra de 837 tipos de medicamentos. El proceso deberá terminar el 26 de mayo, dentro de dos semanas, pero la Subsecretaría ha adelantado la adquisición urgente de 85 millones de insumos para garantizar el abasto de los tratamientos más importantes mientras culmina el procedimiento. Entre los 175 tipos de piezas incluidos en esta compra, 21 corresponden a tratamientos oncológicos.
Este mismo lunes, el Ejecutivo también terminó de reasignar los contratos en los que no se había detectado ninguna irregularidad pero que habían quedado igualmente suspendidos por la anulación del proceso decretada por Anticorrupción. Los acuerdos para la compra de estas 2.200 millones de piezas, que incluyen 954 tipos de medicamentos diferentes, han sido concedidos a los mismos proveedores que habían ganado la licitación en un inicio. “Son claves donde quedó claro que habíamos adjudicado a los mejores proveedores, no solo en términos de coste sino también porque habían mostrado estar rutinariamente entregando los insumos”, ha dicho el subsecretario Eduardo Clark, que está comandando la compra. Desde este martes, las instituciones pueden comenzar a pedir las piezas correspondientes a esta compra, en la que el Ejecutivo estima haberse ahorrado unos 11.600 millones de pesos con respecto a otras anteriores.

Hay un tercer grupo de medicamentos, que incluye algo más de 1.000 tipos de insumos entre fármacos, reactivos, dispositivos y pruebas, que habían sido adjudicados en enero de forma directa a los únicos fabricantes que los comercializan y cuyos contratos se han mantenido vigentes desde entonces. “Son los de más alto costo, de algunas de las enfermedades más complicadas, los más caros para el cáncer, la hemofilia y otras enfermedades”, ha especificado Clark: “Estos no fueron afectados y rutinariamente están siendo pedidos, entregados y dispensados a los pacientes”. Se trata de la adquisición de unas 600 millones de piezas en la que estiman haberse ahorrado 27.000 millones de pesos con respecto a otras compras. Entre los tres paquetes de medicamentos de la megacompra lanzada en noviembre, el Gobierno calcula un ahorro de unos 40.000 millones de pesos con respecto a precios de referencia anteriores.
Con los contratos asignados esta semana y los que se adjudicarán en la próxima quincena, debería culminar el tortuoso proceso de compra con el que el Ejecutivo pretendía remontar el desabasto del último sexenio, que alcanzó el año pasado el 30%, según las estimaciones del sector. Hasta ahora, las irregularidades detectadas se han saldado con la destitución del director general de Birmex, los laboratorios estatales encargados de la compra, y de al menos cinco funcionarios más. El Gobierno ha inhabilitado a Biomedics para futuros contratos y tiene bajo investigación a otras 16 farmacéuticas. Este es, al menos, el segundo caso de corrupción observado en Birmex, encargado históricamente de la fabricación de vacunas, en un corto periodo de tiempo. En una auditoría forense correspondiente al ejercicio de 2023 hecha pública este febrero, se recogían irregularidades por un monto de 1.045 millones de pesos (unos 51 millones de dólares), un cuarto de la muestra que se auditó entonces. El Gobierno no se ha pronunciado sobre este proceso.
Salvado el escollo de la corrupción en el actual proceso, resta el del desabasto, una amenaza que todavía planea sobre las entidades de salud y las administraciones públicas que los contratiempos presentes han impedido conjurar. Hace un mes Veracruz acusaba la falta de insumos justamente para los tratamientos oncológicos, cuyo Ejecutivo estatal se mostraba dispuesto a asumir la compra. La adquisición urgente anunciada entonces por Sheinbaum está todavía inmersa en el proceso anunciado hoy. Representantes del sector, además, acusan el rezago en los pagos. Sigue habiendo deudas arrastradas del extinto INSABI y ahora el ISSSTE está generando nuevas deudas, explican al periódico.
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